El que creía que los dinosaurios estaban desde hace tiempo enterrados, extintos y totalmente fosilizados, pronto se dará cuenta de tan costosa e ingenua equivocación. Aunque ciertamente ya no hay manadas de lagartijas dentudas vagando libremente, el antediluviano Partido Revolucionario Institucional y sus tozudos dinosaurios políticos, revivieron con bríos en el 2012. No solo eso; se despertaron de la fosa de brea hambrientos por la nutritiva y humilde sangre mexicana. De algún modo los saurios priistas de colmillo retorcido, con su experto sentido del olfato husmearon ya la jugosa chuleta. Olfatearon el bocado más preciado y exquisito que se encuentra escondido en el hondo bolsillo de los apaleados mexicanos a quienes los depredadores políticos ven como un festín de carroña fiscal. De algo servirán los huesudos, raquíticos y moribundos habitantes de la pangea globalizada, como presas idóneas para las insaciables mandíbulas del poderoso prianosaurio-rex. Parecería que el plan de los lagartos de sangre fría (demasiado fría) colados ya en la madriguera del poder, se sienten a un paso de poder extinguir a los lánguidos mamíferos aztecas, por medio de sendos coletazos en la forma de un alud de nuevos y variados impuestos. Dios nos ampare del siniestro impuesto a las croquetas de gato (dientes de sable). ¡Ay señor! Enrique Peña Nieto, Dios lo bendiga, cree firmemente que inventó el hilo negro, el hilo invisible y además alucina que ya sabe gobernar. Cree que es novedosa, revolucionaria e inteligente su paupérrima idea de subir los impuestos en aras de detonar el bienestar del pueblo en plena crisis por cierto. Creo que solo en su pequeña cabeza, que es sin duda más copete que cráneo, puede existir la lógica idiota que enseña que entre más dinero te exprima menos pobre y hambriento te vas a sentir… ¿Será posible tanta tontería en tan pocas sílabas? Ya sabíamos nosotros que Don Peña Inepto…perdón, Peña Nieto, no era un hombre particularmente brillante… ni letrado, ni estadista, ni experimentado, ni sagaz, ni valiente ni articulado, etc., etc., ¡pero caray!, hasta un niño de cuatro años sabe que si le quitas un peso al tostón, le alcanza para menos chicles. Y luego sucedió que los dinosaurios cornudos del centro del país provocados por esa envidia natural hacia los evolucionados tronterópodos tijuanicus de la Baja California, abogaron por exigir al rey terápodo toluqueño que se les quitaran a estos productivos fronterizos, su privilegio fiscal del 11 % y les subieran el IVA varios puntos… ¡Pa' que no se anduvieran creyendo el último mamut del bordo! Pensaron con sediciosa envidia. ¡Que sobrevivan los que puedan contra el feroz godzilla sandieguino que mora del otro lado y que vende todo diez veces más barato! ¿Los del centro hablando de justicia? ¡La justicia no es joder al otro para sentirse mejor! Como tampoco es justicia robar al justo cuando se tiene hambre. En todo caso para que sea parejo el asunto, entonces que a los del centro del país les cobren en dólares su mercancía a ver si les gusta. Esto es solo… bullying al pueblo disfrazado de ley. Los coludidos y coludos dinosaurios priistas alaban en su mayoría a este remedo de parche fiscal rebautizado como reforma hacendaria, diciendo que veamos aunque sea de reojo, lo bueno que trae esta mona runfla de propuesta pasando por alto que es arcaica, abusiva e inservible. Si algún día, alguien en algún lugar me puede probar que pagar todavía más impuestos a cambio de obtener los peores servicios de salud, una pésima policía, unas leyes injustas y tendenciosas, una corrupción rampante, una educación mediocre y una hambruna por doquier, resulta ser un trato justo y equitativo, ese día votaré a favor y aceptaré pagar más impuestos. Mientras tanto, estos escamosos lagartones de la política tendrán que vérselas con el enardecido pueblo, cansado de pagar cada vez más monedas a cambio de recibir puro estiércol de iguanodonte. Otra vez la bronca de siempre entre los poderosos que quieren seguir anidando a sus crías en el poder mientras el pueblo paga los excesos. ¿Será acaso ésta la extinción de los privilegios o el fin de los coludos dinosaurios? El tiempo lo dirá. Muchas gracias. Toraijin Arendori Tijuana, B.C. Correo: atoartfilosografic@hotmail.com