Los maestros de Baja California no luchamos por defender privilegios de nadie, nuestra protesta es por la forma tan vil en que se pretende pulverizar nuestros derechos laborales y prestaciones sociales, a las cuales tenemos derecho como trabajadores de la educación, privilegios los que tienen los Señores Diputados y Senadores, ya que perciben tan altos salarios que ofenden a la clase trabajadora, pues si bien le va, gana de 800 a mil pesos semanales, mientras que los legisladores perciben entre sueldo, dietas y otras prestaciones la cantidad de 152 mil 446 pesos mensuales (dato tomado del periódico El Universal) Ésos sí son privilegios, ya que sin importar tengan o no preparación se les pagan esos sueldos de primer mundo. Y qué decir de los Presidentes, con solo seis años se jubilan con una jugosa pensión vitalicia. Mientras que los maestros(as) tenemos que trabajar 30 y más años. El salario de un maestro en el interior del país ni remotamente se acerca al de los legisladores, razón por la cual defienden con arrestos y valentía sus derechos y prestaciones laborales (aproximadamente de seis a ocho mil pesos mensuales). En Baja California la situación es menos precaria, ya que gran parte del magisterio cuenta con doble plaza (por necesidad), ya que con una sola no podríamos subsistir en la cosmopolita ciudad de Tijuana. Además de que saliendo de la doble plaza algunos compañeros venden diversos productos a fin de completar el gasto del hogar. Otros más se van a trabajar a San Ysidro y San Diego, donde desempeñan diversos oficios. Si beneficios tenemos, los hemos ganado a pulso. Nuestra preparación está avalada por un título profesional, que no fue sacado en una caja de corn flakes del gallo como premio sorpresa. Se obtuvo a base de estudio y dedicación. Muchos maestros además de haber cursado la Escuela Normal, obtuvimos licenciatura o maestría en la Universidad Pedagógica Nacional (UPN). Además de lo anterior es necesario enfatizar que con la implementación del programa de Carrera Magisterial, prácticamente se nos obligó a los maestros a tomar cuanto curso y diplomado se ofertaba. Pues de lo contrario no tendríamos la posibilidad de incrementar nuestro salario. Esto si alcanzabas el puntaje que se requería en los tendenciosos exámenes aplicados por Carrera Magisterial. Enrique Peña Nieto y Emilio Chuayffet han emprendido una guerra de desprestigio contra el Magisterio, utilizando la reforma educativa como punta de lanza para agredir a los maestros. Nuestro país necesita grandes reformas, mas no como las plantean Peña Nieto y Chuayffet. Una verdadera reforma educativa implicaría lo siguiente. -Reducción del salario en un 50% a Diputados y Senadores. -Cancelación de pensión vitalicia a ex Presidentes. -Incremento al miserable salario mínimo de 64.76 pesos, para que los alumnos puedan tener accesos al plato del bien comer y puedan comprar los materiales educativos. -Aumento salarial a empleados de maquiladoras, quienes son vilmente explotados por compañías extranjeras dejando su vida y juventud en esas empresas por unos cuantos pesos. -Aumento del presupuesto educativo y libros de texto que en verdad ayuden a elevar la calidad educativa, pues los actuales han demostrado su ineficacia (chatarra pedagógica). -Clases de inglés gratuitas en educación básica. -Aulas climatizadas, aire acondicionado y calefacción (pues en muchas aulas solo contamos con abanicos de última generación, los que hacen más ruido que un avión si bien te va). -Maestro de educación artística; y veladores. -Bibliotecas y aulas de medios. -Personal especializado en cada escuela para atender niños con problemas de aprendizaje y que requieran atención psicológica (equipo de Usaer). -Presupuesto para mantenimiento de la institución. -Desayunos escolares. -Atención a alumnos con capacidades sobresalientes. Éste sí sería un buen inicio de una verdadera reforma educativa. Pueblo de México, despierta. Viene aumento al IVA, se gravará hipotecas y colegiaturas y, lo peor, los trabajadores no tendrán derechos ni seguridad laboral. Ése es el futuro que les espera a nuestros hijos Atentamente. Francisco Heredia Guzmán <em>Tijuana, B. C.