“Los Corruptores” es la novela con la que Jorge Zepeda Patterson incursiona en la narrativa de ficción después de una extensa y reconocida trayectoria periodística de más de 20 años en diversos medios de comunicación en México. Conocedor de los entramados de la política nacional por más de dos décadas, Zepeda propone un thriller que abunda en el debate sobre el regreso del Partido Revolucionario Institucional (PRI) a Los Pinos, “luego de doce años de administraciones panistas débiles e ineficientes”, explica el autor en algún capítulo de la novela. La obra literaria de Zepeda Patterson estará disponible en librerías y tiendas en línea a partir del 20 de septiembre de 2013, aunque Random House Mondadori ya adquirió los derechos para publicarla próximamente en italiano. Planeta México sugirió que esta primera adquisición abre la brecha de la venta de derechos de esta obra para la Feria Internacional del Libro de Francfort, Alemania. Grupo Planeta publicará la novela del fundador y director de Sinembargo.mx en un estreno internacional que comprende Latinoamérica (con su respectiva traducción al portugués de Brasil), Estados Unidos y España. A propósito de las traducciones en puerta, Zepeda expresa a ZETA: “De entrada me siento muy satisfecho, para mí ha sido una sorpresa, toda vez que se trata de la primera incursión mía en la ficción. Empezó por ser un divertimento, una manera distinta de contar las mismas cosas que he venido contando tantos años, ahora por la vía de la ficción; y darme cuenta que ha gustado e interesado a los profesionales del mundo editorial en distintos países, me hace sentir halagado y satisfecho. El trabajo de escribir ficción a estas alturas de la vida me ha resultado muy fecundo y una experiencia muy grata”. El regreso del PRI Cuatro amigos desde la niñez, tres hombres y una mujer, entre ellos un periodista, son perseguidos por lo que saben de un misterioso asesinato de una actriz que involucra al casi omnipotente secretario de Gobernación, el segundo hombre más importante en la jerarquía política del país. Zepeda Patterson advierte: “La trama de esta novela se queda corta con respecto a lo que realmente sucede en las esferas del poder en México y, para el caso, en cualquier otro país. Gran parte de las situaciones aquí descritas son absolutamente ciertas. “Están cambiados los nombres y los lugares geográficos donde tuvieron lugar, por supuesto, pero las descripciones sobre la clase política, los escándalos y el análisis de los procesos históricos, derivan en gran medida de la experiencia de mi ejercicio como periodista durante más de veinte años”, apostilla Zepeda Patterson. “Los Corruptores” es un apasionante y vertiginoso thriller político ambientado en diciembre de 2013, justo a un año del regreso del PRI a Los Pinos, en el que el puntilloso narrador explora los rostros de la infamia de la clase política en México, tema que muchas veces no puede ser tratado a través de la documentación periodística. — ¿Por qué optaste por una novela y no un libro de análisis de política, como anteriormente habías escrito? “Por muchas razones: Una, porque después de veinte años de estar haciendo columna política, y libros que abordan la realidad, percibe uno que hay limitaciones en la forma que ofrece la no ficción, el análisis de la realidad, y que muchas veces la novela, la ficción, da la posibilidad de conectar con el lector los mismos temas de manera mucho más intensa, más sensibles; y al final, bueno, otra narrativa que le permite dar una vuelta de tuerca a la descripción de la realidad”. — “La trama de esta novela se queda corta con respecto a lo que realmente sucede en las esferas del poder en México”, anotas en la obra. ¿Por qué entonces decidiste escribir una novela? “Porque muchas veces nosotros como periodistas sabemos de determinados acontecimientos políticos de lo que sucedió tras bambalinas, pero una cosa es saberlo y otra documentarlo en términos periodísticos, sabemos que fehacientemente es así, pero no tenemos el archivo, el testimonio que permita publicarlo en términos periodísticos. “En mi vida de director de periódicos, periodista en general, me fui enterando de muchas de estas circunstancias, situaciones y, como digo, infamias, que fui recuperando a propósito de esta novela; no tanto cargándola a personajes reales, sino a sucesos de la clase política”. — ¿Por qué decidiste mezclar partidos políticos y nombres propios reales, pero en ocasiones no? “Los personajes centrales son ficticios, mientras que otros como Carlos Salinas, López Obrador o Miguel Ángel Mancera -que entran y salen de la novela-, simplemente aparecen como contexto, podrían ser tratados sin inventar yo nada a sus figuras históricas al hecho de que son de carne y hueso. “Los personajes -que asumo, invento, les gusta una música, un platillo para comer-, hacen revelaciones de sus motivaciones interiores, tiene que ser de ficción en la medida en que nadie está debajo de la cama del verdadero secretario de Gobernación para oír qué es lo que platica en la noche con su mujer. “Lo que intento es que el comportamiento de los personajes ficticios sea absolutamente verosímil y consistente con la información que yo tengo de la clase política, de tal manera que el lector entienda que a través de estas situaciones, está obteniendo un reflejo real, verosímil de los modos de hacer de los que nos gobiernan”. — ¿Qué es realidad y qué es ficción en “Los Corruptores”? “En el fondo la mayor parte es realidad, puntualmente algunas anécdotas lo son, es decir, yo le atribuyo en la novela al gobernador de Veracruz, con otro nombre, algunas infamias que en realidad pertenecían a otro gobernador; el hecho es real pero no está asignado a una persona real, justamente porque no puedo documentarlo más allá de saber que es realidad”. — En los hechos que narras, la novela transcurre prácticamente en menos de un mes, entre noviembre y diciembre de 2013, además las referencias que incluyes, hacen evidente que la novela la escribiste en el último año. Platícanos cómo escribiste la novela, ¿cuándo la empezaste, cuándo la terminaste? “La comencé hacia fines del año pasado, aproveché las vacaciones de diciembre para trabajar fuerte, la terminé en abril de este año. Me llevó unos seis meses. La verdad es una novela que venía cocinando yo en la mente sin haber puesto nada en papel, pero yo diría durante veinte años de periodismo”. — Tomando en cuenta a Tomás, personaje central que por cierto es un columnista, ¿qué tan autobiográfica es tu novela? “En parte sí hay algunos rasgos, pero obviamente exagerados, otros rasgos eliminados. Al final un autor se tiene que desdoblar para hacer verosímiles a sus personajes, es decir, hay algo desde el autor en distintas fases, actitudes, no solo de Tomás, sino de otros personajes; y además, luego otros aspectos artificialmente incorporados a Tomás que no pertenecen al autor. “Yo diría que hay un poco de uno como en cualquier novela y mucho de invención. Desde luego, en más de veinte años en periódicos las experiencias del periodista y de los periodistas que le rodean están muy documentadas, es casi antropología desde el oficio del periodismo en México”. — ¿Cómo dibujar a un personaje como un secretario de Gobernación sin que sea una acusación o alusión directa? “Yo he hecho una fusión entre el secretario de Gobernación y el secretario de Hacienda, digamos entre Chong y Videgaray, en términos del poder, en términos de la fuerza que tiene, casi como el papel que cumplía Camilo Mouriño en el sexenio anterior, al arranque, donde era el indiscutible brazo derecho del Presidente Calderón. “El gran tema de fondo es el regreso del PRI, por eso está ambientada en diciembre de 2013, que es a un año del regreso del PRI. Si bien Peña Nieto acaba de rendir su informe, él estrictamente cumple un año el primero de diciembre. “Todo el tiempo los actores de la novela están discutiendo si el regreso del PRI representa el regreso del autoritarismo o de políticos, o, como ellos dicen, que tienen más oficio y que con sus defectos y virtudes sí sabían gobernar; ésa es la polémica, el debate, pero toda la discusión política tiene que ver con eso, es decir, es el regreso del PRI una versión sofisticada del autoritarismo de antes. Y ellos analizan hechos que están sucediendo en la novela de carácter político, o como digo, después de la enorme parálisis panista de 12 años de los sexenios de Calderón y de Fox, este regreso de los priistas permite salir de la parálisis en que vivió el momento político mexicano”. — Aunque documenta la historia contemporánea de México, ¿cómo te gustaría que “Los Corruptores” fuera leída en el extranjero? “Más que novela histórica, porque es un género muy específico, la novela histórica que normalmente recupera situaciones importantes digamos en el devenir histórico, yo quisiera que se recuperara como una novela realista, como una introspección, como una película de la clase política y luego como una novela de suspenso que habla de mucho del México que hoy vivimos. No es una novela sobre el narco, sin embargo ahí está la fuerza del crimen organizado, está presente como un gran telón de fondo que una y otra vez aparece en la novela”. Entre el periodismo y la literatura Jorge Zepeda Patterson (Mazatlán, 1952) es uno de los periodistas más reconocidos en México. Su pluma, siempre sagaz y crítica, equilibra la abundancia de periodistas aduladores del régimen priista. Dirigió los periódicos Siglo 21 y Público en Guadalajara. Fue director de El Universal y merecedor en 1999 del Premio María Moors Cabot de la Universidad de Columbia. Coordinó los libros “Los Suspirantes 2012” (Planeta, 2011); “Los Intocables” (Planeta, 2008); además de “Los Amos De México” (Planeta, 2007). También es coautor, junto a diversos escritores y periodistas, de títulos como “El Presidente. Uno de los Tres te Gobernará: Descúbrelo” (Planeta, 2006); “Los Suspirantes. Los Precandidatos de Carne y Hueso” (Planeta, 2005); y es coautor junto a Salvador Camarena de “El Presidente Electo. Instructivo para Sobrevivir a Calderón y su Gobierno” (Planeta, 2007). Es fundador y director del portal de noticias www.sinembargo.mx Ahora que debuta en la narrativa de ficción, Jorge Zepeda Patterson aclara: “Yo he sido lector de toda la vida desde niño, nunca he dejado de leer. Antes que periodista, yo diría que soy lector; es en buena medida una de mis principales ocupaciones a lo largo del tiempo”, confiesa a ZETA. “Siempre he tenido un enorme respeto por la literatura. Desde chico comenzamos todos por las aventuras con Julio Verne y equivalentes, y poco a poco te va acompañando de la vida en cada una de las facetas”. El autor revela a este Semanario otras lecturas y autores que definieron el rumbo del crítico periodista y escritor lúcido: “En la infancia, Julio Verne y los clásicos Dumas, habrían sido fundamentales. Luego poco a poco va uno entrando en otra zona, en la literatura rusa por ejemplo, ya hablando más de la adolescencia, antes de la adultez cuando empieza uno a leer Dostoievski, Tolstói y demás. Hoy en día me captura mucho más bien literatura internacional, anglosajona”. A propósito de sus influencias como escritor, se confiesa lector de Karl Stig-Erland Larsson, legendario periodista y escritor sueco nacido el 15 de agosto de 1954 y fallecido el 9 de noviembre de 2004: “En los últimos años pasé por la novela negra, que siempre me ha gustado, me encanta Mankell, el autor sueco, y debo decir que la trilogía de Stieg Larsson, ‘Millennium’, esa lectura fue la que me convenció de que yo podía escribir en una tesitura similar. “Al leerlo y ver cómo se volcaba su conocimiento de reporterismo, de la vida de una revista, de una redacción, me di cuenta que yo también tenía muchas cosas que decir al respecto, o que podía decirlas al respecto, sobre la realidad mexicana, y que el ángulo del periodista ficcionado era perfecto para develar muchas de estas historias que yo traía”. Finalmente, el autor adelanta a través de ZETA que ya está escribiendo la segunda parte de “Los Corruptores”, cuyo título se encuentra en ciernes, pero planea publicarlo el próximo año. Mientras tanto, vale la pena adentrarse en su delirante narrativa sobre la devaluada política mexicana en “Los Corruptores”, donde realidad y ficción se confunden.