Quiero comentarles lo que me sucedió con el servicio de transporte que presta Highland Secundaria en Playas de Tijuana. <p>El día viernes 30 de agosto, acudí a la dirección del plantel para contratar el camioncito, solicitándolo solamente para llevar a mi hijo de la casa a su escuela. La persona que me atendió me pidió que hablara con el Profesor Jonathan Gaspar, quien hace las veces de chofer. Me entrevisto con él y me dice que el siguiente lunes irá a mi domicilio a eso de las 6:50 am para recoger al niño; y en caso de requerirlo antes, por el tráfico que se hace al salir del fraccionamiento, acordaríamos otro horario para el día siguiente. Ese mismo lunes fui a la escuela para hablar con el Señor Jonathan. Personal de la dirección lo voceó, pero el señor nunca se presentó a la oficina. Le comenté a la persona que me atendió, que seguramente él me hablaría más tarde y, en caso de no hacerlo, yo le marcaría a su número y nos pondríamos de acuerdo en la hora, pero nunca recibí llamada alguna y tampoco contestó mi teléfono. Debo aclarar que le hice un croquis de mi casa con la dirección completa, número de radio, de casa y celular. Al día siguiente que espero recoja a mi hijo, le marco repetidamente a su número desde temprana hora (6:30 am) para saber a qué hora llegará, pero tampoco contestó. Y como ya era muy tarde y no llegaba, decidí llevarlo al colegio yo mismo. Al acudir a la escuela para exigir una explicación a lo sucedido y pedir la cancelación del pésimo servicio, me encuentro al tal Jonathan Gaspar como si nada, y me comenta que supuestamente pasó a recoger al niño como a las 6:30 y que como no estaba en el lugar donde lo recogió un día antes, simplemente se fue. Le reprocho su actitud y me comenta que no me contestó ni me marcó al celular ¡porque ese día no lo traía consigo! Háganme el favor. ¿Cómo iba a saber yo que pasaría más temprano (si es que lo hizo) si nunca me habló para hacérmelo saber? Tampoco fue a mi domicilio ni me llamaron de la escuela. Le señalo al señor que cómo voy a confiar en él si un día pasa a mi hogar por mi hijo y al siguiente, simplemente no lo hace. El susodicho, de una manera muy grosera, se dio la vuelta y se fue, dejándome solo sin aceptar su irresponsabilidad. Al ver la actitud de Gaspar, una de las personas de administración solicitó me devolvieran mi dinero. Espero que el colegio seleccione a personas más responsables para prestar ese servicio tan importante, porque con empleados como el Señor Gaspar… Alberto S. Tijuana, B.C.
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