Con el nombre de “Diana, Cazadora de choferes”, firmó una carta para atribuirse el asesinato de conductores de autobús en Ciudad Juárez, Chihuahua, cometidos el 28 y 29 de agosto. Las víctimas trabajan en una ruta de transporte utilizada por empleadas de maquiladoras, quienes, durante los turnos nocturnos, con frecuencia son víctimas de abuso sexual. “Mis compañeras y yo hemos sufrido en silencio, pero ya no podemos callar más, fuimos víctimas de violencia sexual por… y aunque mucha gente sabe lo que sufrimos, nadie nos defiende”, fue parte de la carta anónima que sirvió para que la Fiscalía del Estado contara con su primer sospechoso. De acuerdo a la versión de testigos, la mujer subió a los camiones para disparar en la cabeza a los conductores, con una pistola. Con sus testimonios, se logró un retrato hablado que ubica a una mujer de aproximadamente 50 años, cabello rubio y piel morena. Sin embargo, para organizaciones sociales que buscan el esclarecimiento de los homicidios y violaciones de cientos de mujeres en Chihuahua, “Diana, Cazadora de choferes” es un símbolo de justicia social y no de venganza. “Como madre de una víctima, que no he alcanzado esa justicia y representante de tantas familias sin justicia, opino que si el Estado no es capaz, la sociedad tendrá que levantarse. Más de una vez, hemos pensado en hacer esto, utilizar este recurso social”, declaró para ZETA Norma Ledezma, directora de la organización civil “Justicia para Nuestras Hijas”. Aunque Ledezma, quien dirige la fundación desde 2002, aclaró que no apoya este tipo de soluciones, admitió que ante la simulación de un Estado de Derecho, “la sociedad se harta, se cansa, llega al límite y entonces, surgen personas como ésta”.