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jueves, octubre 3, 2024
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Adiós a Rafa Saavedra

En un acto sin precedentes, las instalaciones del Centro Cultural Tijuana sirvieron para dar el último adiós a un miembro de la comunidad cultural tijuanense. Durante seis horas, familiares y amigos acompañaron el cuerpo de Rafael Saavedra en el vestíbulo de El Cubo. Desde las seis de la tarde del miercoles 18 de septiembre, familiares, amigos y compañeros, velaron al escritor nacido en Tijuana, a manera de homenaje. Fue un acto sencillo y emotivo para los cercanos a “Rafa” y para su memoria. Los semblantes resultaban contrastantes entre quienes comentaban recuerdos agradables con el autor fronterizo,  quienes vivían el momento con tristeza. En la puerta del vestíbulo fue colocada su fotografía a blanco y negro para recibir a los asistentes, adentro yacía el féretro color plata que fue rodeándose de arreglos florales conforme pasaban las horas. Alrededor de las nueve de la noche, después de un minuto de silencio se ofrecieron palabras de reconocimiento, entre ellas las de Melina Amao, su compañera de maestría en El COLEF. Se fue un hombre con gran presencia en la vida cultural de esta ciudad, pero también un hombre arraigado a su familia, misma que sirvió como apoyo e inspiración en el desarrollo de sus proyectos desde sus inicios. “Nosotros lo apoyábamos a él, en sus inicios, cuando hacía sus fanzines le ayudábamos a compaginar, a tomar las fotos y éramos un grupo al principio, él ya se fue despegando en la cuestión de escritor, y pues siempre fue muy apegado a la familia”, comenta Lauro Saavedra, el menor de sus hermanos. Aún en su trabajo individual como escritor, la adaptación de vivencias personales fueron fundamentales para la consolidación de algunas de sus obras. “En la familia somos muy críticos no, pero el trabajo de él era más contar las historias, muchas veces nos quejábamos de que nos veíamos en los libros de él no, decíamos ‘híjole, ya nos puso en evidencia’, cosas que habían pasado en la familia o cosas que nosotros habíamos vivido como familia, lo adaptaba y lo ponía el en sus cuentos, en sus relatos. Era muy acertado con nosotros lo que él hacía, era una manera diferente de hacernos ver cómo estábamos nosotros”. La decisión de honrar el cuerpo de Saavedra dentro de las instalaciones del CECUT se dio tras una solicitud de su familia al director, Pedro Ochoa Palacio, quien a su vez hizo la petición al presidente del Consejon Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA), Rafael Tovar y de Teresa. “Es un personaje muy apreciado por la comunidad, yo creo que toda la comunidad cultural está conmovida, y eso fue lo que valoramos… en el caso de la pérdida de un autor siempre nos deja su obra, y estamos dando el Último adiós al cuerpo físico. Publicó en el Centro (de la República), fue premiado, estaba muy vinculado a las actividades del Centro, se le veía con regularidad, por eso lo hicimos así”, explica Ochoa Palacio. El martes 17 de septiembre, familiares de Rafa Saavedra confirmaron el deceso del escritor tijuanense, luego de una intervención quirúrgica. Apenas el 8 de septiembre había sufrido un infarto, por lo que requirió hospitalización. Rafa Saavedra deja a su madre, cinco hermanos y 15 sobrinos,  cientos de amigos y compañeros, así como su obra.   Su obra Autor, fanzinero, bloguero, tuitero, periodista, cronista, productor y conductor de radio; ensayista, DJ y cantinero en Don Loope, Rafa Saavedra (Tijuana, 1967-2013) fue también formador de muchas generaciones de jóvenes escritores, reporteros y comunicólogos en diversas instituciones universitarias de Tijuana. En su acervo bibliográfico figuran, entre otros títulos, “Esto No es una Salida. Postcards de Ocio y Odio” (La Espina Dorsal, 1996); “Buten Smileys” (Yoremito, 1997); “Lejos del Noise” (Moho, 2003); “Crossfader 2.0” (Nortestación, 2011); y “Beyondeados, un Libro de Fotos” (Clicka Press, 2011). Publicó en medios como Letras Libres, Moho, Replicante, Complot Internacional, Zona de Obras, Picnic, Quo, Viceversa, Generación, Nexos, entre otros. Fue productor y conductor de programas radiofónicos como “Sintonía Pop”, entre 1987 y 1991; el 17 de septiembre de 2001 condujo la primera emisión de “Selector de Frecuencias”, que duró hasta 2011; a partir de entonces hasta hace unas semanas, conducía “La Zona Fantasma” de UABC Radio. En su blog http://crossfadernetwork.wordpress.com/ publicaba periódicamente su producción literaria. “Tijuana makes me happy”, decía; la frase fue musicalizada posteriormente por Nortec Collective Bostich+Fussible, que por cierto, ha puesto a brincar a varias generaciones. Cursaba la Maestría en Estudios Culturales en El Colegio de la Frontera Norte (El Colef). En días recientes, el escritor había confesado a ZETA que estaba muy entusiasmado con su proyecto de tesis de posgrado que consistiría en documentar el boom de fanzines de la década de los 80 y 90 donde se propagaba la literatura fronteriza, época de proliferación escritural previa a las redes sociales electrónicas como blogs, Twitter y Facebook. Al igual que con Eduardo Arellano y Noé Carrillo, con Rafa Saavedra se extingue una pluma tijuanense bastante joven. (Con la colaboración de Saúl Ramírez)

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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