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miércoles, octubre 2, 2024
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Un PAN desmoronado

Crisis de identidad: “Nos comparan con el PRD” Javier Lozano Alarcón fue uno de los secretarios de Estado en el sexenio de Felipe Calderón; quizá, uno de los más obedientes y cercanos del círculo presidencial. Ahora, como senador de la República, se ha convertido en uno de los defensores del calderonismo y uno de los principales opositores a la dirigencia nacional del Partido Acción Nacional encabezada por  Gustavo Madero, la cual está a meses de concluir.  En entrevista con ZETA, Lozano arremete: “Madero tiene un autismo político de no darse cuenta de qué está haciendo con el partido, lo está despedazando. Pero bueno, ya falta menos tiempo”. El tributo del ex secretario de Trabajo en contra de Madero es parte de la serie de declaraciones posteriores a la decimoséptima Asamblea Nacional Extraordinaria del PAN, donde se modificaron los estatutos del partido, y calificada por los propios militantes como “arbitraria”, “desastrosa”, “vergonzosa” y, en el juicio más moderado, con “algunos errores humanos”. El  desliz La reforma de estatutos se concentró, entre otras, en la manera de nombrar al próximo dirigente nacional que suplirá a Madero. Ahora el dirigente será electo por el voto de la militancia. Contrario a como se escogía por medio de “delegados”. La asamblea, celebrada en la Arena Ciudad de México el sábado 10 de agosto, se vio interrumpida por gritos, codazos y lanzamiento de objetos voladores en contra de Gustavo Madero y la mesa directiva. “Fraude”, “corrupto”, “peñista”, fueron algunos de los rugidos al aire más concurridos. Pero esa es tan solo la última muestra pública del conflicto interno. Desde que la nueva dirigencia nacional  tomó posición (finales de 2010), el partido se polarizó entre el equipo de la entonces Presidencia de México y el grupo que conformó Madero, inicialmente visto como una contraparte en el PAN ante el dominio de Felipe Calderón. Ahora, los afines al ex Presidente de la República -ahora metido en la Universidad de Harvard como becado- conducen el grupo a favor de la salida de Madero y su no reelección, y fueron, principalmente, los que reventaron en  inconformidad  el sábado pasado. El mismo grupo panista que acusa el uso de la fuerza por parte del partido en su contra. Por ejemplo, la senadora Gabriela Cuevas, a quien se le negó su participación en la asamblea y platicó a ZETA que fue agredida por los organizadores y elementos de seguridad privada. Terminó recibiendo empujones y “un rasguño”. Cuevas recuerda: “La secretaria particular del presidente del partido me echó el cuerpo por delante, dando manotazos, no me permitía el acceso al escenario”. La parte oficial admite que existen conflictos internos en el partido desde “meses atrás”. En entrevista con Cecilia Romero Castillo, secretaria general del Comité Ejecutivo Nacional del PAN, la segundo de a bordo en la dirigencia nacional más bien identifica el “enojo” de un “número de asambleístas” que “dado a la premura de la aprobación, expresaron su inconformidad de manera muy beligerante y, en algunos casos, poco panista”. Javier Lozano, pese a todo, ve algo positivo en la “desastrosa” escena: “Lo bueno dentro de todo esto es que no le queden ganas a Gustavo Madero de reelegirse, y que falta menos tiempo para que se vaya”. El fondo del meollo Lo que realmente está detrás de los trances ventilados en el PAN nacional, es la sucesión del partido. En diciembre (el 4, para ser exactos), Gustavo Madero terminará su periodo como líder nacional. Primero, existe aún la posibilidad (al menos estatutariamente) de la reelección de Gustavo Madero por un segundo periodo de tres años. En declaraciones ante la prensa nacional, Madero no ha dejado clara su verdadera intención de buscar su segundo periodo, o de concluir su estadía en el partido. Existen otros nombres que se meten a la tómbola de la sucesión: como principal opositor al maderismo, Ernesto Cordero Arroyo, actual senador y también ex secretario de Estado de Felipe Calderón. Suenan también Josefina Vázquez Mota, ex candidata presidencial perdedora, Felipe Bravo Mena, Juan Carlos Romero Hicks, e incluso se ha comentado a Diego Fernández de Cevallos y la ex primera dama Margarita Zavala. El brete Madero-Cordero El 19 mayo, Cordero fue destituido como coordinador de la bancada del PAN en el Congreso de la Unión por la decisión de Madero. Las reacciones de inconformidad fueron el boom de las declaraciones en aquello días. Las primeras del propio Cordero, acusando a Madero de ser el “satélite del PRI”. Un mes más tarde (casualmente también el día 19, pero de junio) estalló otro escándalo: En el periodo de Cordero, los senadores del PAN recibieron más de 16 millones 300 mil pesos para supuestas actividades de campaña. Se pensó que fue una revelación pública con autoría desde los calores del CEN. Los Maderos de San Juan Gustavo Madero tomó protesta en 2010, igualmente en diciembre, luego de imponerse en votaciones frente a Gil Zuarth, ex secretario particular de Felipe Calderón y obvio favorito del entonces Presidente. En entrevista con el senador Ernesto Ruffo, recuerda el ascenso del actual dirigente nacional: “El grupo de Madero es una reacción en contra de los calderonistas, que empezó desde que Calderón se fue adueñando de las distintas instancias del PAN, contratando al Gobierno Federal, a consejeros nacionales, o a los gobiernos de los estados, y así fue dominando”. Tanta fue la apropiación del partido del entonces mandatario que “y al rato -persiste Ruffo- el presidente del PAN era el Presidente Calderón, y los presidentes en el PAN,  no eran más que una secretaría más del Presidente Calderón. Eso causó una reacción dentro del PAN, que son los maderistas”. Pero el conflicto de la división, iniciado en esos tiempos, cobró más fuerza conforme se avanzó el tiempo, hasta reventar en los golpes del sábado 10 de agosto de 2013. En el PAN, “peor que con Salinas”: Lozano Para el senador Javier Lozano, uno de los impulsores de Cordero, la asamblea del PAN “lo único que evidencia es que se trata de una dirigencia con rasgos autoritarios. Estamos peor que con Salinas, ni nos ven, ni nos oyen”. De entrada, el ex secretario de Estado descalifica la manera de conducir la votación de la asamblea: “Lo hicieron a ojo de buen cubero, en una votación de mano alzada, como tanto hemos criticado, y que nos llevó a modificar la Reforma Laboral para darle más transparencia a los sindicatos. Nos comportamos peor el sábado”. A eso, Lozano suma el “hartazgo de la militancia” por una dirigencia “que ya se niega a escuchar, pareciera que esta dirigencia trata mejor a los priistas que a los panistas. Si no, vean el trato que le da a Peña Nieto y a su gobierno. “El trato que se le dispensa al Presidente de la República no es ni el que se le dio a Felipe Calderón. En la asamblea no hubo una sola palabra, una sola expresión del PAN como oposición, una sola crítica al gobierno. Es vergonzosa la manera en que se está conduciendo el partido”, remata. Ante todos los señalamientos que vinculan a Madero a doblegarse frente al actual ocupante de Los Pinos y su partido, la secretaria general del PAN se defiende: “Son presiones de enojo y de molestia, pero totalmente sin fundamento”. Los estatutos y los “estate quieto” El 16 de marzo de este año, la dirigencia nacional del PAN había convocado a los delegados de su asamblea en Puebla para renovar los estatutos del partido: 132 artículos que conforman los principios del PAN se revisarían. Únicamente se llegó al 50, pues por falta de delegados, se tuvo que suspender y posponerse hasta el 10 de agosto. Finalmente y luego de los pleitos de la asamblea pasada, se alteró la manera de elegir al dirigente nacional y presientes estatales, será por medio del voto de militantes; asimismo, se facilitó la afiliación al partido y se contempló la desaparición de los militantes “adherentes”, entre otras modificaciones. Gastón Luken, ex aspirante al gobierno de Baja California, estuvo ahí como invitado. A su decir, “el PAN da un paso en la dirección correcta. Lo que se busca es oxigenar, abrir al partido con mejores prácticas. Que los militantes tengan más poder de decisión y más peso”. El rasguño a Cuevas Cuando en la decimoséptima asamblea extraordinaria se presentó el documento de las modificaciones, tres oradores se manifestaron a favor y tres en contra. Marko Cortés,  quien presidía la mesa de debate, preguntó a los asambleístas si aceptaban su aprobación. Para que fuera así, dos terceras partes debieron levantar una papeleta con un “sí”. Pero con “premura” (como lo calificó Romero), se tomó como aprobado. Desde ahí el grupo estalló, se acercaron a las vallas, otros se escaparon a la seguridad e invadieron el presídium. A Madero le arrojaron cáscaras de plátanos, vasos de plástico y papeles arrugados. Elementos de seguridad privada detuvieron el “enojo”. Ya ni siquiera se permitió a Gabriela Cuevas tomar la palabra. La senadora narra: “La parte que me tocó a padecer a mí, cuando se desbordó. Andar poniendo guaruras que golpearon a la militancia. Me tocó un rasguño, alcancé a quitarme a tiempo”. La panista cavila: “Crecimos en un régimen donde la represión era parte de todos los días, pero no crecimos con esta represión en el PAN, esta parte de violencia, como cierto uso de la fuerza, que creo fue desmedida”. Como los del PRD Raúl Reynoso Nuño es un bajacaliforniano que perteneció al CEN de Gustavo Madero  hasta hace semanas, cuando renunció. Se dice preocupado por la “imagen” de su partido después de la asamblea. La “preocupación (de Reynoso es) ver cómo se está desmoronando la imagen del partido… nos comparan con el PRD, y por como nos comportamos durante gobierno y en algunas campañas pasadas, nos refieren al PRI”. Sobre el periodo de Gustavo Madero, Reynoso analiza: “Adquirió características de enfrentador, zafarranchista e impositivo. Nosotros, los que acompañamos a Madero desde un principio, teníamos una visión de más trascendencia y reformadora del PAN y del país”. El “fracaso”, Reynoso lo ubica en “la percepción mediática… fue un completo desastre”. La Tercera Vía Ocho ex gobernadores del PAN han formado un grupo identificado como la “Tercera Vía”. Entre ellos, Ernesto Ruffo, quien identifica en lugar de tres grupos, solo a dos: “Los que buscan estar dentro del gobierno, y el grupo de los ex gobernadores, los que están por un PAN frente al gobierno”. Según Ruffo, al grupo -al cual solo se puede entrar por unanimidad de los integrantes- “nos interesa tener un partido con la visión de los ciudadanos supervisando el gobierno”. Y en todo caso, si fueran del PAN, “deben ser doblemente revisados porque son propios”. Entre otros, Carlos Medina, de Guanajuato; Francisco Barrio, de Chihuahua; Alberto Cárdenas, de Jalisco; y Fernando Elizondo, de Nuevo León conforman el bloque de la Tercera Vía. Ruffo discierne: “La naturaleza del debate entre ellos (calderonistas y maderistas) es la lucha por el poder, no por México”. Dan razón a Molina y palo a Canchola El Tribunal de Justicia Electoral del Poder Judicial del Estado resolvió el jueves 15 de agosto el recurso interpuesto por el ex candidato de Movimiento Ciudadano, Juan Manuel Molina, con lo cual se convierte en virtual diputado local, al superar en porcentaje de votación a la candidata Claudia Casas, en el XVI Distrito. La puntuación final quedó en 5 mil 88 votos (y no los 6 mil 530 que había recontado el Consejo Distrital) para Claudia Casas, lo que sumaría un 10.71 por ciento, quedando debajo del 11.49%  del candidato de Movimiento Ciudadano del Primer Distrito Electoral. A decir de Molina, el “fraude” fue tan evidente que su proyecto solo recogió “los planteamientos en el sentido de que no coincidían los números de las sábanas electorales con los números de las casillas”. El virtual diputado de la XXI Legislatura espera que el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Baja California acate la resolución del Tribunal y que los involucrados acepten el criterio, además de que continuará con la demanda penal en contra de los funcionarios que cometieron el “fraude electoral”. “Esto no puede volver a suceder en Baja California, un fraude como el que se cometió en ese Distrito (XVI) por funcionarios irresponsables que violaron la confianza de la ciudadanía”, concluyó Molina. En cuanto a la impugnación del Noveno Distrito, interpuesto por José Luis Pérez Canchola, el tribunal electoral desechó por improcedente el recurso de revisión, luego de que el primer recurso de la alianza “Unidos por Baja California” fue retirado por la alianza panista. El presidente del tribunal electoral, Armando Bejarano Calderas, afirmó que a Pérez Canchola no se le dio la razón, en virtud de que los votos no eran suficientes para cambiar el porcentaje a su favor. (Cristian Torres/Sergio Haro)

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Redacción Zeta
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Redacción de www.zetatijuana.com
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