Tengo un amigo que le encanta criticar cuanto escribo. Me zarandea hasta cuando falto en teclear una coma. Igual felicita y reprocha. Cuando menos lo espero comenta: “Oye, ¿por qué no escribes de…?” y me suelta el tema. Le salen buenas ocurrencias. Pero también suelta cada idea medio estrafalaria. Eso sí, le encanta y apasiona el tema del narcotráfico. Está harto informado. Hace unas noches me llamó. Estaba viendo un telediario defeño y yo también. “Oye, ¿ya te fijaste?”. –¿De qué? “Llevan 38 minutos desde que empezó el noticiero y solamente puros escándalos”. –Pues sí. “Pero fíjate. Todos son políticos o faranduleros y siempre terminan en lo mismo: Narcotráfico”. Entonces soltó un rosario de referencias sobre eso: Investigan a Carlos Ahumada y una larga nómina de sujetos y damas. Todo maloliente borlote del PRD. De pasada embarran a equipos de futbol. Puritita putridez. Y ahora resulta: Sospechan del milloneta: Enchufado con el narcotráfico. Aparte. Policías y funcionarios de Morelos andan peor. Casi casi nadando entre marihuana y cocaína. Como que el Cártel de Juárez ocupa la silla del Gobernador. Y este señor hasta en amoríos anda con bella hija de capo. Está bien que públicamente presuma hacer cuanto le plazca con su bragueta. Pero en la política y en la vida no hay que hacer cosas buenas que parezcan malas. Bueno. Hasta al cantautor Joan Sebastian lo investigan. Seguro eso almacena droga a capos. De pilón Sócrates Campos Lemus. Despachaba como asesor del Procurador General de la República. Alguien escarbó juventud de su pasado. Y le encontró una foto. Aparece muy sonriente con los meros gallones del narco. “Luego ya ves. Ni quién le puso peros: Dos toneladas de ropa y alimentos. Pura ayuda para las víctimas de Piedras Negras. Todo cortesía de Osiel Cárdenas Guillén. El Padrino del Golfo”. Efectivamente. Las mandó como paloma: Trátala con cariño que es mi persona. Entonces dijo mi amigo: Como que ya no tiene mucho chiste escribir de narcotráfico. Cualquiera pela-gatos anda metido. Están choteando el negocio. Solitos se destapan. Unos por descarados y otros se pasan de tarugos. “Escribiste el otro día cómo las noticias de políticos superaban a las de narcotráfico. Y es cierto. También que era puro cuento la ‘Reina del Pacífico’. Igual. Que había muchos policías mafiosos y la PGR estaba retacada. Se probó solito”. Entonces me advirtió. “Por lo menos esta semana no vayas a tratar del narcotráfico. Poooor faaaaavorrrr”. Quién sabe cómo ni por qué entonces recordé a “La Tacón Dorado”. Era un personaje de “Cada Quien su Vida”. Aquella sorprendente obra teatral del maestrísimo Luis G. Basurto. Fui con mis amigos a verla. Hubiera querido luneta pero nada más nos alcanzó para balcón. Ya estaba modernizado el interior del antiguo Teatro de La Paz en San Luis Potosí. Empezaban los años cincuentas. Fuimos porque no era lo mismo como en el cine. Acá veíamos de carne y hueso a las damas. A “las pintadas”. Nunca les decíamos como ahora “sexo-servidoras” o “trabajadoras sexuales”. Me suena despectivo. Burlón. Total. Se me grabó aquello de “La Tacón Dorado”. Güera oxigenada. Cuarentona. Vestido amarillo huevo ceñido. Tanto como para no poder esconder sus carnitas de sobra. Eso sí, escote marca “el que no enseña no vende”. Maquillaje pasadito de mano. Lunar falso como aquella de Cielito Lindo: Junto a la boca. Cigarro sin boquilla y chicle tronador. Infaltable. La obra de Basurto no fue para ofender a damas como “La Tacón Dorado”. Al contrario, de allí el título “Cada Quien su vida”. Por eso antes inspiraban a grandes compositores. Recuerdo: “Te vendes/quién pudiera comprarte/quién pudiera pagarte/un minuto de amor”. Bolero luego con pegajosos ritmo danzonero. Luego aquella tan bien cantada por “Los Panchos” inolvidables: “Perdida/porque al fango rodaste/….vencida/quedaste tú en la vida/por no tener cariño que te diera ilusión”. También todavía la escuchada: “Vende caro tu amor…aventurera/…aquel que de tu boca la miel quiera/que pague con brillantes tu pecado”. O esa de “….yo sé que es imposible que me quieras/que tu amor para mí fue pasajero/y que cambias tus besos por dinero/sacrificando así mi corazón”. Marga López, magnífica, personificó a la modosita en la clásica película “Salón México”. Andrea Palma cimbró antes con “La Mujer del Puerto”. Fue una caracterización de arrebato. Hasta cuando fumaba en el burdel era sensual. Agustín Lara filmó su vida. Apareció como pianista en una casa de citas. “Te quiero/aunque te llamen pervertida”. Mujeres como “La Tacón Dorado” fueron tema de muchas películas. Interpretadas siempre por célebres artistas. No le ponían peros al papel. Hoy me asombra cómo las persiguen y explotan. Ya no hay quien cante su vicio, gusto o desventura. “Salón México” diferenció el “cinturita” del policía. Retrató la realidad de aquel tiempo. Ahora los cuicos les exigen su cuota o servicio gratis. Desde los gobernantes para abajo solapan por dinero tanta prostitución. Permiten venta de chamacas, señoritas y ahora hasta niños. Por eso clausuraron el CAIS (Centro de Atención Integral a Sexoservidoras) de La Merced defeña. Y en Delegación Cuauhtémoc está peor. Policías detienen a 30 mujeres por día. Las multa. Libera. Y otra vez a capturarlas. Claro, a menos de una mochada o que los jenízaros busquen en cada mujer la miel que de sus labios quieran probar. Igual sucede en Tijuana y muchas ciudades. Entre más cantinas, bares y centros nocturnos autorice el gobierno más prostitución. Explotación. Negocio. Mafia. Recibí a propósito un mensaje. Jalisco es el principal Estado para comprar y vender señoritas, señoras y niños. Son obra de perversos. La policía les conoce pero solapa. Conectados con malvados en Europa y Estados Unidos. Mexicanitas inocentes enviadas al extranjero. Hasta hubo una empresa de japoneses. Les ofrecía contratos para ser artista. Las escogía según “pruebas de talento”. Pero llegando a Oriente no había de otra. Solo servían par satisfacer a ricachos. Pagaban mucho por su virginidad. Lo romántico-tragedia de los años pasados dejó de ser. No más películas ni canciones de alabanza hasta el lloriqueo. Simplemente se acomoda a estos tiempos la frase del poeta: “Convirtieron en un mercado tu frágil corazón”. Texto tomado de la colección Dobleplana publicado el 27 de abril de 2004, propiedad de Jesús Blancornelas
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