Seguramente Carlos Slim Helú cree y sabe que es lo mismo abusar de los clientes en México como en cualquiera de los países latinoamericanos donde ofrece sus onerosos y deficientes servicios de telefonía y televisión de paga. Pero lo que no calculó es que en Estados Unidos debe tener más cuidado. La prueba de su “distracción” es no haber cumplido con un programa para proveer a los norteamericanos de escasos recursos, bajas tarifas en telefonía a través de su empresa de servicio prepago TracFone. La sanción que la Comisión de Servicios Públicos de California impuso al magnate mexicano de origen libanés, suma los 24 millones de dólares por haber incumplido el lineamiento desde el año 2000. TracFone es una subsidiaria de América Móvil que tiene operaciones solo en el Estado de California, entidad donde las telefónicas están obligadas a ofrecer descuentos a los usuarios que demuestran no tener la solvencia para contar con un celular. A cambio, las compañías de telecomunicaciones reciben reducciones importantes en el pago de impuestos. En estos momentos de seguro Carlos Slim debe estarse lamentando que en el vecino país no exista la COFETEL ni la SCT.