Dos realidades suceden en Latinoamérica en torno al periodismo. Por un lado, continúa la impunidad en el asesinato y desaparición de periodistas con las nulas investigaciones del Estado mexicano; y por otro, surgen certámenes que distinguen “el mejor oficio del mundo”. Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano anunció el surgimiento del premio de periodismo que lleva el nombre del merecedor del Premio Nobel de Literatura 1982. El certamen reconocerá cinco categorías: Crónica y Reportaje, Cobertura Noticiosa, Imagen Periodística, Innovación y Excelencia. La FNPI advirtió que el Premio Gabriel García Márquez de Periodismo se convoca con la finalidad de reconocer e incentivar, en una época de profundos cambios del periodismo, la búsqueda de la excelencia, innovación y coherencia ética por parte de periodistas que trabajan y publican de manera regular en los idiomas español y portugués, en países de América y de la Península Ibérica. Los ganadores serán premiados con 15 mil dólares estadounidenses en cada categoría. “Es un premio más experimental, más audaz, más arriesgado en su enfoque y se inspira igualmente en la idea de García Márquez y en la filosofía de trabajo que anima a la fundación, pero trata de reconocer los cambios del periodismo, el proceso de transformación; por eso plantea categorías muy novedosas, como la posibilidad de que juntemos y comparemos los trabajos de imagen fija e imagen en movimiento en la categoría de imagen periodística; o mirar qué se está haciendo en innovación; o que en cobertura periodística entren en la misma canasta radio, televisión, textos o mezcla de diversos tipos de soporte”, expuso a ZETA Jaime Abello Banfi, director general de Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano. De acuerdo con la FNPI, el proyecto es posible gracias a una alianza público-privada basada en acuerdos de asociación y patrocinio con la Alcaldía de Medellín, Grupo EPM, Grupo Sura y Grupo Bancolombia. “Es un premio que nos entusiasma mucho, que es una especie de gran fiesta del periodismo de Iberoamérica”, refirió Abello Banfi. Los pormenores del Premio Gabriel García Márquez de Periodismo y las bases de la convocatoria, que vence el 26 de agosto de 2013, están disponibles en la página www.fnpi.org No acostumbrarse al asesinato de periodistas Evidentemente, el Premio Gabriel García Márquez surge en un contexto violento donde el común denominador en Latinoamérica es el asesinato y desaparición de periodistas, aunado a los ataques a medios de comunicación. “El premio lo consideramos importante porque justamente los periodistas trabajan muchas veces en condiciones de debilidad, de vulnerabilidad, de precariedad, de dificultad de distintos tipos”, aceptó Jaime Abello Banfi. El director de la FNPI hizo alusión al reto del periodismo en medio de las abundantes violencias que sortean los países latinoamericanos:“Yo creo ese reto está en contar esa realidad compleja, en mantener la independencia para relatar, investigar y para analizar, no caer en el oficialismo, ni tampoco dejarse arrinconar por el miedo; tener al mismo tiempo una actitud humanística, una actitud de tratar de entender las motivaciones de la gente, mostrar esa complejidad, pero al mismo tiempo, mantener una visión civilizatoria, que es la de los derechos humanos”. Abello calificó de “muy triste” la autocensura donde algunos medios latinoamericanos, incluidos los mexicanos en diversas zonas del país, se abstienen de informar sobre diversos temas delicados como narcotráfico, ejecuciones, tráfico de personas, secuestro y otras violencias. “La autocensura es el no informar por temor, y ese silenciamiento asumido ante la impotencia o la sensación de que no se pueden tocar estos temas porque son muy peligrosos; por supuesto, la autocensura es muy triste, es muy grave, es muy lamentable, y es una gran pérdida para la sociedad”. El director de la FNPI también lamentó que en el tema de asesinatos de periodistas, México no tiene la exclusividad: “Es un problema que se está viviendo en varias partes de América Latina, incluyendo Colombia, también Centroamérica, Brasil mismo, y eso nos muestra la necesidad que tanto en México como en estos países haya claridad en la sociedad, acerca de reconocer la información periodística como un bien social que debe ser protegido”. Jaime Abello Banfi se pronunció enérgicamente en torno al “deber que tienen las autoridades judiciales y los organismos de procuración de justicia de no permitir la impunidad de los crímenes o agresiones de todo tipo contra periodistas; el deber de los cuerpos de Policía y de los cuerpos de militares, de respetar el trabajo periodístico y no convertirse como ocurre hoy en día, en uno de los principales obstáculos para este trabajo voluntaria o involuntariamente. No cabe duda de que ahí hay un problema”. Abello advirtió sobre “la necesidad que tienen los propios periodistas y medios de unirse, de no permitir que haya tolerancia o dejar pasar sin informar, sin protestar todo este tipo de ataques”. En todo caso, el director de la FNPI enfatizó que, ante la impunidad en los asesinatos y ataques contra comunicadores, “se requiere una gran movilización, por eso son muy importantes las organizaciones defensoras de la libertad de expresión y de protección del trabajo de los periodistas, que son pocas en México, debería haber más unidad, más colaboración”. Durante el sexenio de Felipe Calderón (diciembre de 2006 a noviembre de 2012), ZETA documentó 79 periodistas asesinados y 13 desaparecidos en México; mientras en los primeros ocho meses de administración de Enrique Peña Nieto (diciembre de 2012 a julio de 2013), cuatro comunicadores fueron ultimados, tres están desaparecidos y ha habido nueve ataques contra medios. “Es un problema crítico que requiere atención de toda la sociedad, del Estado y del propio sector de medios y periodistas. Estoy seguro que México, reconociendo el problema, asumiéndolo, combatiéndolo, va a salir adelante; lo importante es no acostumbrarse”, concluyó Jaime Abello Banfi.