Instituciones crediticias como Banco Azteca, Financiera Independencia y Crédito Familiar, se aprovechan de la poca información y necesidad que impera en una parte de la población. Prestan dinero rápido, con pocos requisitos y, al final, sale caro. Acaso le piden al solicitante dos referencias y “una credencial con tu domicilio”. Al día siguiente se hace una visita a la casa del usuario y, en menos tiempo, el crédito o préstamo está aprobado. “Los requisitos pueden ser muy sencillos, la cuestión es que te enganches, lo único que quieren es tener la certeza de la ubicación para poder buscar las maneras de recuperar, y esto ha llevado a la gente a un estrés, yo creo que ha metido a muchos trabajadores a situaciones de estrés muy graves”, comenta al respecto el economista José Luis Contreras Valenzuela. Detrás de esas facilidades, lo que se vienen son complicaciones. Para empezar, los intereses que manejan estas instituciones, rebasan aproximadamente por 20 puntos porcentuales a los de los bancos tradicionales. Una revisión hecha por ZETA arrojó que en promedio, la tasa de interés en préstamos en efectivo está entre un 70 y 80 por ciento, obligando al deudor a liquidar casi el doble de lo que alguna vez recibió. “Los créditos personales, o los préstamos, andan más o menos por ahí como en el 80 por ciento de interés, del ordinario, interés ordinario. ¿Cuál es el costo más alto? Es el interés moratorio, que anda arriba del 118 por ciento, y algunas instituciones de éstas fluctúan hasta el 140 por ciento”, explica Raúl Felipe Luévano Ruiz, delegado en Baja California de la Comisión Nacional de Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (CONDUSEF). Pero los altos cobros no son una limitante para subsanar una necesidad. “Fíjate, del 2000 al 2012, los créditos de ese tipo han crecido más de cinco veces. En 2000 los créditos dados, según registra el Banco de México, en tarjetas comerciales eran aproximadamente 48 mil millones de pesos. Ahorita andan por arriba de los 600 mil millones de pesos, más de un 40 por ciento de instituciones no bancarias”, informó Contreras Valenzuela. En cuentas sencillas Juana García sale de una de estas financieras y se detiene a observar el recibo del último abono que hizo. Cuando el reportero se le acerca, refiere que no tiene idea de por qué lleva ocho meses haciendo sus pagos y apenas ha abonado mil pesos en capital. Le restan 4 mil pesos, y lo que queda de interés. El efectivo lo solicitó para invertirle a su tienda de abarrotes en la colonia Campestre Murúa, se le pregunta cuánto terminará pagando y responde: “Como unos… no me acuerdo, pero por ahí tengo el contrato”. La necesidad de meterle al negocio, de entrarle al carrito, al refrigerador, a los uniformes escolares o al pasaporte, orillan a la ciudadanía al fenómeno del “abono chiquito” que, claro está, termina en liquidación grandota. El cliente desconoce la naturaleza de un crédito, y cómo éste se va liquidando, no es de su conocimiento que al momento de abonar, la mayoría cae en el interés y no en el capital. Así las deudas se van postergando, y con créditos altos, se vuelven impagables. ZETA realizó un recorrido por tres de estas financieras: Banco Azteca, Crédito Familiar y Financiera Independencia. En cada una de ellas se solicitó información sobre los préstamos personales. En base a la información obtenida, se concluye que la tasa de interés anual de estas instituciones, es en promedio de un 72 por ciento en un préstamo que no rebasa los 5 mil pesos para primerizos. Por ejemplo Banco Azteca, perteneciente a la cadena comercial Elektra, a TV Azteca, empresas propiedad de Ricardo Salinas Pliego, ofrece a los principiantes una cantidad de 5 mil pesos, a pagar en 52 semanas (un año), con abonos de 167 pesos. Haciendo la multiplicación pertinente, el cliente terminaría pagando 8 mil 684 pesos al cabo de un año, sin tomar en cuenta un posible cargo por retraso, Impuesto al Valor Agregado y comisiones. La cifra representa un costo del préstamo de 3 mil 684 pesos, es decir, un interés del 73.68%. Financiera Independencia maneja un interés del 71.16% para préstamos de seis meses, el mínimo es de 3 mil 600 pesos, que se termina pagando en 6 mil 162, eso sí, abonos de 237 pesos durante 26 semanas. Por otra parte, Crédito Familiar ofrece pagar alrededor de 720 pesos mensuales, a un plazo de 12 meses, esto representa 8 mil 640 pesos por un préstamo original de 5 mil pesos. No obstante los cobros, la ciudadanía sigue visitando estos centros de deuda, opina el delegado de la CONDUSEF: “La falta de conocimiento de comportamiento de ese crédito, para empezar desconocen las tasas, y luego, por supuesto que desconocen los pormenores del contrato, porque muchas de las veces ni les dan ese contrato, y creo que esos problemas, sobre todo en Financiera Independencia y Banco Azteca, son con los que tenemos más problemas”. Luévano Ruiz Agrega que estas instituciones omiten explicarle a la gente las condiciones de la operación, datos fundamentales como la tasa de interés moratorio o el Costo Anual Total (CAT), por los que no saben cuándo tendrían que pagar por un retraso y cuánto terminarán pagando. Banco Azteca con más quejas Desgraciadamente para los usuarios, la mayoría de las veces todas estas cifras vienen en los contratos, pero no son mencionadas por los agentes de las empresas que los enganchan en el préstamo, tal y como sucedió en la visita que ZETA realizó. “La gente realmente lo hace por desconocimiento, llegan aquí y dicen, ‘si hubiera sabido, no lo hubiera contratado’, pero se las pintan bien bonita y después nos hablan de la verdad cuando ya resultó el problema”, sostiene el entrevistado. En la CONDUSEF tienen estadísticas de quejas o denuncias contra instituciones financieras. En el primer trimestre de 2013, Banco Azteca registra un total de 120, el 3% tomando en cuenta las 4 mil que reciben sobre empresas financieras en general -bancarias y no bancarias-. Financiera Independencia figura en la base de datos, con 40. Pero las acciones que toma la delegación federal son procedentes solo en un 40% de los casos, la mayoría, por supuestos incumplimientos de contrato. “Nosotros recibimos la reclamación, le pedimos lógicamente algún medio de prueba que ellos puedan proporcionar, mandamos vía internet al órgano de investigación que cada institución debe tener. Nos mandan un informe que no debe exceder de los treinta días, en ese informe nos dicen si es procedente o no es procedente. Tenemos un bajo índice de respuesta de esas instituciones, les ganamos muy pocas veces. A comparación de otras instituciones, donde tenemos un promedio que fluctúa entre 58 y 62 por ciento de respuesta favorable para el usuario, y con estas instituciones es al revés, tenemos en casos de éxito el 30 vs. el 70 por ciento en promedio”, comenta el delegado. Las inconformidades surgen por la imposibilidad de pagar créditos tan altos o la impuntualidad en los pagos, “entonces cuando pedimos información a la institución, sí firmaron ese contrato con intereses tan altos, en términos estrictos de la competencia de CONDUSEF poco podemos hacer, ¿por qué? Porque estuvieron enterados del contrato, aunque no se lo explicaron, la gente lo firmó como enterado”. Otro problema del cual tiene registro la Comisión, es el de las pocas medidas de seguridad con las que cuentan las tarjetas de crédito otorgadas por estas instituciones en comparación con las de los bancos. “De tal forma que son fácilmente violables o clonadas, que nos pone a pensar y a considerar que posiblemente haya empleados infieles que están haciendo los duplicados y que existen expertos rateros en esto, en fraudes financieros”, acusa Raúl Felipe Luévano Ruiz. Cobranza agresiva Por si fuera poco, los métodos de cobranza de estas financieras han rayado en el hostigamiento hacia los deudores, acciones que van desde la amenaza de embargo, hasta la colocación de cartelones en la vía pública. “Que vayan a tu domicilio y que peguen un engomado con la leyenda ‘bien inmueble en proceso de embargo por falta de pago’, o que te peguen en los postes cercanos a tu domicilio como si fuera un ‘se busca fulanito de tal, se encuentra pendiente de pago, quien lo conozca por favor avísenle’. Otra de las medidas es contratar despachos que amenazan a la gente con el embargo, sin estar de por medio un juicio, acción que no corresponde ni a un particular, ni a uno de estos abogados. “Llamando a las cinco de la mañana a las casas, a los centros de trabajo y que haya regulación también en los mecanismos de cobranza, porque pronto también utilizan despachos de asusta bobos con anuncios”, argumenta el economista José Luis Contreras Valenzuela. En INFONACOT A las afueras del Instituto del Fondo Nacional para el Consumo de los Trabajadores (INFONACOT) en Tijuana, la fila se hace desde temprana hora. Refieren los usuarios que en ocasiones hay gente apartando lugar la tarde anterior, son aproximadamente 140 personas las atendidas diariamente. Diana Lizbeth Sánchez Inzunza, directora estatal del Instituto, afirma que tal afluencia se debe a que INFONACOT ofrece condiciones que ninguna otra institución financiera otorga, además de contar con los intereses más bajos en el país. “El trabajador nos compara, un trabajador es un consumidor también, y un consumidor te va a comparar. El simple hecho de que la demanda vaya en incremento, quiere decir que somos una muy buena opción para el trabajador”. Explica que en primer lugar, las mensualidades de los créditos son descontadas vía nomina con la retención de la empresa en la que el usuario labora, mismos que no irán más allá del 20 por ciento del sueldo bruto. Las de interés anual van desde el 10 al 33%, según el plazo y descuento que se ajusta a los ingresos del usuario. Por ejemplo, la señora Martina Herrera y su esposo, salieron del Instituto el lunes 29 de julio con su crédito aprobado. A ellos les prestaron 7 mil 900 pesos que utilizarán para comprar un carro. Su contrato es por 18 meses, con un pago mensual de 644 pesos. Terminarán pagando 11 mil 608, es decir, una tasa anual del 31 por ciento. Además, para el trabajador que se quede sin ingresos, existe la posibilidad de dos planes de salida, el primero denominado “70-30”, en el cual se le elimina la deuda cuando liquida el 70 por ciento, y el resto lo absorbe INFONACOT. El segundo se llama “20-20-20”, el primer 20 representa el porcentaje de liquidación que corre a cargo del usuario, el otro 20, significa un convenio de 20 mensualidades fijas que de pagarlas en tiempo y forma, recibirán el otro 20 por ciento de descuento. Sánchez Inzunza informa que actualmente se lleva a cabo una cruzada de Afiliación Nacional de Centros de Trabajo, con la que se pretende acercar al sistema a 835 mil empresas en México.