“Si el matrimonio es un contrato social que poco tiene que ver con las convicciones religiosas o preferencias sexuales, es simplemente legalizar la unión conyugal entre dos personas sin que en eso interfieran las inclinaciones sexuales, punto; entonces no entiendo por qué el problema”, es como define el senador de la República por Baja California, Marco Antonio Blásquez Salinas, su postura sobre la unión entre personas del mismo sexo. Frente a los argumentos del legislador, está la “negación” de las autoridades encargadas de los registros civiles a personas del mismo sexo que buscan legalizar su situación civil. Blásquez revira: “Es reprobable que las autoridades estén negando el derecho a ese contrato, son las mismas autoridades quienes están obligadas a respetar los derechos humanos”. El senador sugiere que incluso en Estados Unidos, el estatus migratorio de las parejas gay se está convirtiendo “en prioridad”. Refiere que ha documentado casos de matrimonios homosexuales realizados en el Distrito Federal (donde sí se reconocen los derechos) y en Estados Unidos, donde son aceptados para regularizar su situación migratoria. “Entonces en nuestro país estamos quedando atrasados en el tema”, considera Blásquez Salinas, quien en próximos días intentará reunirse con el gobernador electo de Baja California, Francisco Vega de Lamadrid, quien se ha manifestado públicamente en contra de los matrimonios entre personas del mismo sexo. De igual manera, el congresista buscará a los diputados locales entrantes para analizar el tema en el que, dice, será “el defensor para que este derecho civil se haga valer y se reconozca”. El titular de la Comisión que da seguimiento a las agresiones periodísticas remata: “Se trata de un contrato para compartir derechos y obligaciones entre dos personas, no de una posición religiosa ni moral”.
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