Hace poco transité a pie por el primer cuadro de la ciudad y hoy sí, libre tránsito, libertad plena peatonal. Al ir caminando, alcanzas a observar a la otra esquina, cuanto peatón o ciudadano va cruzando la esquina. Así era antes nuestro centro de la ciudad, allá por 1960-1970-1980. Ya en los 90 llegó la plaga y poseedores de vendedores ambulantes, que los controlan. La mayoría de los puestos ambulantes corridos, ellos son tan solo empleados, no dueños. Es un comercio que nunca debió ser, mas así lo dejaron crecer por años y allí están las consecuencias: impedían la caminata, andar por la banqueta. Eran más puestos que personas caminando. Recuerdo los ochentas, se hacían bolas, pelotones de peatones al querer cruzar tal calle, allá por la Tercera, justo frente a la extinta Botica Sher. En ese tiempo era un bello transitar, sin pestes, ruido, merolicos, fayuqueros, ni demás comercio ilegal. Esta vez sí le doy un 10 a nuestro alcalde Carlos Bustamante (que por cierto anhela, busca Consulado en Washington, EE.UU). Actuó conforme a la ley y punto. Ojalá cayera un aguacero estos días para que se laven las banquetas, porque están asquerosas e infectadas, y mantecosas las bocas de la tormenta. Caminar por el primer cuadro de la ciudad y sin obstáculos de ambulantaje, se siente bello. Por la libertad del hombre, de caminar, transitar, circular, ser peatón, caminante y trasladar-auto-esqueléticamente, uno solo. Mover la humanidad libre y sin rodeo, así de sencillo. Caminar recto, ver a los ciudadanos libres, sin nada que les obstruya su tránsito humano, libres como somos. Espero dure tal medida y hecho realidad el reglamento que se puso en efecto. Y qué bonito se mira y se ve el Centro de mi ciudad, que me vio nacer y crecer. Un centro desahogado, amplio y con esas banquetas que hizo un gobierno en 2004, 2007, que parecen pistas de aterrizar para avioneta Cessna Piper, o Citation. Ahora sí, a nuestras anchas caminando, sin necesidad de hacerle de perfil o ladito. Solo se ven puestos de boleros y puestos de revistas (que por cierto es cultura). El Centro anhelado, solo ha cambiado, las modas de los peatones, los autos más modernos y en lugar de pavimento negro o cinta de asfalto se ve el whitetopping. Y si uno es nacido en Tijuana, con más años. ZETA ni sus luces, aún no existía, pero de ’80 para acá, ¡sí! Quien no ha ido al (tango) “centro de la ciudad”. Vaya, si lo conoció, libre como hoy, recordará muchas cosas. Me llegó la nostalgia de los años 70, 80’s y es volver a vivir, aquello. Qué bello mi Centro de mi Tijuana bonita. ¡Salud! Leopoldo Durán Ramírez Tijuana, B. C.