El impresionante becerrista más importante del país, que es un verdadero espectáculo además de buen torero, regresa a Tijuana coronado de éxitos. Se trata del niño Juan Pedro Llaguno, quien además de belleza, elegancia, gracia, simpatía y ángel, borda el Toreo como los grandes y se convierte de inmediato en amo de los tendidos. A él lo respalda una dinastía. Alternará con Ismael Gómez “Mayito” y “Pepehíllo”, por delante van los caballistas Gastón Santos y Pedro Louceiro III, con ganado de El Llano, propiedad de José Luis Cervantes. El banquete será en el Cortijo San José el domingo 18 de agosto, en punto de las cuatro de la tarde. Terminando el sorteo, el empresario Alberto Bustamante obsequiará una vaquilla a los niños toreros de la Escuela “Teresa Miret” de la Villa Charra del Gato Bronco. Ellos son Armando Frausto y Daniel García. Por cierto, mañana sábado 27 y el domingo 28 de julio en la Villa Charra, se presentarán a la hora de costumbre los “Enanitos Toreros”, con ganado de Torrecilla. Ya hay bastante boletaje vendido, aseguró el propietario Manuel Bowser. Juan Pedro es alumno de la Escuela de Querétaro. Las escuelas son federadas o independientes, ambas gratuitas. Hay una Federación Mexicana de Escuelas Taurinas que preside Jorge Delgado, y por citar algunas, se nombra al Distrito Federal, Guadalajara, Aguascalientes, Monterrey, Tijuana, San Luís Potosí, Zacatecas, Tlaxcala, León, San Miguel de Allende, Saltillo, Morelia, Pachuca, Torreón, Mérida y La Laguna. A las nuevas generaciones se les inculca la educación taurina que conlleva entrenamiento, teoría, disciplina, dieta, ejercicio, consagración, mentalización, sacrificio, todo en base a la defensa y a los valores éticos, morales, ecológicos, sociales y económicos; al igual que la liturgia y la ceremonia que inviste a la Fiesta con un enfoque totalmente profesional. Espectáculos Taurinos de México, de Alberto Bailleres, y Plaza México de Rafael Herrerías, dos de los empresarios más importantes del país, cuentan con la suyas, también gratuitas. Los niños forman parte del futuro de la Fiesta, y todos los involucrados hacen hasta lo imposible por apoyarlos, sembrando en cada uno el respeto, conocimiento y amor a los toros. A los niños hay que informarlos, no deformarlos, los niños quieren hacer el Toreo aunque sea de salón, y nadie tiene derecho a cortarles las alas. En los últimos 20 años, todos los matadores de novillos o toros provienen de una escuela, ya que existen en todo el mundo. Dibujando lances al viento, aprenden a querer, respetar y despejar los enigmas que guarda la Fiesta con seriedad, profundidad y sentido artístico. El arte del Toreo es sentimiento, sorpresa y arrebato, donde se burla a la muerte con donaire y desdén. Algunos dicen que se torea con el cuerpo y se templa con el alma. Otros, que son pies, cabeza y geometría. “Mayito”, “Pepehíllo” y los caballistas Gastón y Louceiro, deberán ir al coso preparados para un “baño” de parte del experimentado Juan Pedro Llaguno, un suceso en los redondeles. arruzina@gmail.com
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