Qué bueno que ya terminó la telenovela electoral 2013, dejándonos respirar a la ciudadanía mareada con el diluvio de burda propaganda –300 millones de pesos de nuestros impuestos así desperdiciados, ¿cuántas escuelas y hospitales ya no se construirán?–, porque con la amañada ley federal electoral de 1997 (Cofipe) y sus “clones” estatales, la partidocracia nos impide candidatos ciudadanos independientes. En su previo número 2017 del 1ro de febrero mencionaron en su columna ZOOM POLÍTICO (pág. 36A) que seguiremos en “bipartidismo a secas” y dinosaurios del PRI o los ahora iguales del PAN-PRD, todos percibidos de que todo solo son políticos ambiciosos y voraces. Así que, primero, felicitar a la ciudadanía que inteligentemente va quitándose la venda que pretenden seguirnos poniendo sobre los ojos y que cobrando conciencia que la partidocracia es un distorsionado modelo no democrático en poco corto de una dictadura (ya no de un cacique, sino de élites plutocráticas), hemos sabido ejercer criterio al lograr buscar la única escapatoria y refugio responsable a este modelo de “democracia incompleta” –como la llama la periodista Denise Dresser– mediante el “voto diferenciado”, 3 municipios y 9 diputaciones a la coalición priista, Gobernador, 2 municipios y 8 diputaciones a los PAN-PRD. No dándole el carro completo a ninguno. Tras las campañas sucias y trampas típicas de acarreos y compra de votos o cierta borregada y mutuas acusaciones de fraude, el ambiente en casillas fue de indiferencia, enfado o de plano asco por el “pan y circo”. Por ende este resultado ha sido evidente, incontrovertible, claro e innegablemente tajante, de los 2 millones 400 mil electores un masivo 61% han preferido la anulación y la abstención, mientras el vencedor técnico –con si acaso 20% de sufragios recibidos, o aritméticamente solo 1 de cada 5 bajacalifornianos– Francisco “Kiko” Vega del PAN no podrá mentir de modo alguno que obtuvo la preferencia (sic) ciudadana por comicios, e igual le hubiera ido al Licenciado Castro Trenti del PRI. Contra 1 de cada “voto duro” o acarreados o comprados por los mafia-partidos: 3 rechazos. Como todo otro ciudadano, tengo derecho a que mi voto sea secreto, o claro que a buen criterio lo puedo divulgar, por lo que solo agregaré que sufragué diferenciado, emitiendo uno por un colorado, otro por un azul, y otro lo anulé. Actitud compartida y demostrada en resultados finales por nuestra responsable ciudadanía de electores. Los bajacalifornianos en el pasado (a) sacamos al PRI o PAN, en el presente (b) ya estamos diferenciando votos. Y a futuro como (c) remedio de cómo alcanzar una verdadera democracia y quitar a tantos ambiciosos es: 1.- Seguir exigiendo que se reforme la amañada ley electoral, tanto la nacional como la de Baja California para que, como han señalado Carmen Aristegui, Sergio Aguayo, Denise Dresser, etcétera, sí haya candidaturas ciudadanas independientes (los valerosos habitantes de Yucatán ya lo hicieron, ¿por qué en Baja California no podemos?) 2.- Hacer valer la exigibilidad de rendición de cuentas y auténtica transparencia. 3.- Eliminar los fueros que los tapan y sí haya revocación (remoción de mandato) y… 4.- Revocar el fuero de “no procesamiento legal” por abuso de poder, y no nos roben del presupuesto. 5.- Y mientras no se haga, los ciudadanos, sin seguir en esta farsa de oligarquía y aunque hartos, sí acudiremos a votar o anular, demostrando dos cosas, que sí tenemos civismo, pero echándoles en cara el rechazo. Cinco cosas muy sencillas. Solo tenemos que superar dos detalles: (a) ¿cuándo daremos este siguiente paso de madurez como sociedad para exigirlo? Y (b) ¿cuándo tendremos el valor cívico para hacerlo? Pensémoslo, (a) votar combinando diferenciación con anulaciones, no dándoles carro completo, y (b) exigir los cambios. Concluyo repitiendo pacíficamente. Respétennos a la ciudadanía que exigimos dignidad, “vox populi”, y candidatos honestos e independientes (“vox Dei”), que no piensen solo en su idolatría de ambiciones y caciques. Amablemente. José Luis Haupt Gómez