En diciembre próximo y de acuerdo a los estatutos del Partido Acción Nacional, concluye el periodo de Gustavo Madero en la dirigencia nacional. El balance para el de Chihuahua no ha sido óptimo: perdió la elección presidencial de 2012, perdió la oportunidad de ser la real oposición al unirse a Enrique Peña Nieto en el Pacto por México, y en medio de un mar de sospechas, apenas logró retener Baja California con menos de un tres por ciento de ventaja electoral. Por estas razones y por someterse al plan presidencial de que toda iniciativa de reforma “progresista” no salga de las cámaras ni de las fracciones, sino de la mesa del Pacto por México que une al PRI, al PAN y al PRD, las alas opositoras dentro del Partido Acción Nacional exigen que no se reelija como puede hacerlo, sino que deje la dirigencia nacional. Los principales detractores de Madero son los calderonistas que encabeza –dado que Felipe Calderón está en Harvard– el senador Ernesto Cordero, a quien depusieron de la coordinación panista en la Cámara Alta y señalaron de irregularidades en la entrega de recursos a sus compañeros senadores de Acción Nacional. Total, a la fecha dos grupos disputan lo que queda del PAN después de la pírrica victoria en Baja California, donde solo recuperaron dos municipios y 12 diputaciones mientras mantuvieron de manera apretada el gobierno: los maderistas contra los calderonistas. Los independientes, aquellos sin grupo pero con peso ideológico, se dividen entre quienes apoyan a Madero y quienes no lo hacen, pero que tampoco están de acuerdo con el control que el ex Presidente quiere ejercer en el albiazul. Ahí, en ese espacio que se abre como una tercera vía, aparece el ex gobernador de Baja California y hoy Senador de la República –fue el único que en 2012 ganó el estado en Baja California– Ernesto Ruffo Appel. Hace unos días platiqué con él luego que Juan Marcos Gutiérrez, otro bajacaliforniano avecindado en la Ciudad de México, lo mencionó en su lista corta de quienes podrían aspirar a la dirigencia nacional del PAN. Con ese seseo que le caracteriza, a su estilo, Ruffo no se anotó pero tampoco se descartó. “No la ando buscando, apenas me estoy encanchando en el Senado porque nunca había sido legislador y está muy interesante”, dice que está reforzando la comisión para la frontera norte donde ve oportunidades para Baja California en tratándose de gas y energía a propósito de yacimientos de gas natural encontrados en Texas y en Chihuahua. Pero, vaya, que igual él no pensaba en ser Senador, que solo entró a la contienda para apoyar a Josefina Vázquez Mota. Total, no hay un sí ni hay un no, en voz propia, para Ruffo tras la dirigencia nacional. Pero el Senador es ya parte de un grupo que busca cambiar las formas que en el Partido Acción Nacional los han llevado a sumar derrotas, perder gobiernos y pelearse por el instituto. Ruffo es parte del movimiento azul de los ex gobernadores, que integran hoy día, ocho ex mandatarios estatales emanados de esas filas: Ernesto Ruffo Appel de Baja California, Carlos Medina Plascencia de Guanajuato, Fernando Canales Clariond de Nuevo León, Fernando Elizondo Barragán también de Nuevo León, Alberto Cárdenas Jiménez de Jalisco, Felipe González González de Aguascalientes, Marcelo de los Santos Fraga de San Luis Potosí, y Francisco Barrio Terrazas de Chihuahua. Fue parte del grupo hasta que destapó sus aspiraciones para suceder a Madero, Juan Carlos Romero Hicks de Guanajuato. Todos ex gobernadores panistas de la línea que va por el rescate ideológico del PAN, y no de la preponderancia de intereses de grupo o personales, podrían –en un momento dado– y si la lucha por la dirigencia solo está entre calderonistas y maderistas, erigirse como la tercera vía, lo que quieren, dice Ruffo, “es acabar con quienes luchan por sus intereses y no por la institución que es el PAN”, no le gusta porque no ha sido partidario de ello, la palabra grupo, por eso mejor los ex gobernadores se asumen como un movimiento, un proyecto de reinstitucionalización del PAN, donde con la regla rotaria, solo entra quien es aprobado por la totalidad de los miembros. Los próximos 10 y 11 de agosto se celebrará una reunión panista que empezará a definir la sucesión o reelección en Acción Nacional. Faltan por adecuarse algunos cambios a los estatutos que no han entrado en vigor, aunque es un hecho que al próximo dirigente lo elegirán los militantes y no el consejo como era norma. En estas adecuaciones, explicó el ex gobernador, podría Madero quedarse algunos meses más al frente del PAN. Pero por si las dudas y por si la lucha encarnizada de los intereses de los calderonistas y los de los maderistas se apropian del partido, la tercera vía ya está en movimiento. Y Ruffo es parte de ella.