En la cultura china, la palabra “crisis” es casi sinónimo de “oportunidad”, y pareciera que Fátima del Carmen Brito en Yucatán, no en Asia, entendió muy bien este concepto cuando fingió haber sido secuestrada y pidió a su marido 3 mil pesos de rescate. La Fiscalía General de Yucatán informó que Fátima -de apenas 17 años de edad- llamó a su esposo, de nombre Julio César Jiménez Castillo, para avisarle que la habían plagiado, que los supuestos criminales exigían un pago y que ella no tenía dinero para cumplir con esa demanda. El detalle es que el buen César le contó todo a su suegra, quien decidió avisar a la Policía. Según el testimonio del marido cornupio, cuando llegó a casa se dispuso a cuidar de sus cuatro hijos cuando recibió la fatídica llamada. En eso, mientras la indagatoria estaba en desarrollo, un primo de Fátima llegó a casa y contó que -¡EN ZERIO!- acababa de verla con otro hombre en la Zona Oriente de Mérida, Yucatán. La Ministerial rápidamente organizó un operativo, donde se detuvo a un camión de pasajeros conducido por Gabriel Esparza Domínguez. En la parte trasera de la unidad, la vaquetona de Fátima en el más absoluto estado de ebriedad. La coscolina joven declaró que Gabriel es su amante, e inventó el cuento del secuestro porque sabía que ese día César iba a recibir su liquidación, tras ser despedido de su trabajo. Ahora sí, qué bonita familia.
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