Esta semana se dio a conocer el resultado del Índice de Competitividad 2013 del Instituto Mexicano para la Competitividad, y las cifras no son nada buenas. De hecho el país reprobó de nuevo, al obtener una calificación de 4.6 que lo sitúa en la posición 32 de 46 países. Incluso Brasil superó a México, pues mereció el lugar 31. En orden, el primer sitio lo consiguió Suiza, con 7.5 de puntaje, de ahí siguieron Dinamarca, Suecia, Holanda, Irlanda y Reino Unido. Peor aún es que de acuerdo al director general del IMCO, Juan Pardinas Carpizo, México se coloca en el sitio que tuvo hace 11 años, y esto se debe a su pobre desempeño en aspectos como la caída de la Inversión Extranjera Directa (IED), las fuentes de energía contaminantes que se usan en el país, el aumento en el costo de la nómina para los empleadores, su nula capacidad de crecer por medio de la productividad y la imposibilidad de reducir la economía informal; aspecto en el que México ocupa la posición 43. Los países que obtuvieron los peores resultados fueron El Salvador, Guatemala, Venezuela y Colombia.
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