Cuando no es Nextel, es DISH o cualquier otra empresa la que abusa del consumidor mexicano, el cual parece siempre desprotegido, a merced del poderío de los grandes corporativos. Inconformes con los altos cobros y el deficiente servicio de SKY, en el 2011 le fue relativamente fácil a DISH atraer a usuarios inconformes, puesto que contra los quinientos pesos mensuales que cobrara la primera, una oferta del competidor cobrando una tercera parte lucía muy atractiva. Una vez instalado el rojo plato en el techo y conectado a la televisión el correspondiente receptor, la desilusión se hizo presente, porque la calidad de la señal y de la programación dejaba mucho que desear, pero ante el intento de cancelar por esas justificadas razones, la respuesta de la empresa fue abusiva y tajante: Pedir la terminación del servicio antes de tiempo implicaría una penalidad económica, por lo que ante la disyuntiva de poner la queja en la PROFECO y dedicarle tiempo necesario para trabajar, esa no era una opción viable. Solo quedaba una alternativa: Esperar el primer día hábil de enero para solicitar la baja. Llegado el nuevo año, una de las primeras acciones fue llamar a DISH para cancelar el servicio y aunque el empleado al otro lado de la línea puso en práctica su especializado entrenamiento para ofrecer todo tipo de promociones con tal de que no nos apartáramos de su compañía, nuestra decisión era firme, así que tuvimos el cuidado de tomar nombre y circunstancias de la conversación telefónica, quedando entonces solo pendiente que pasaran a recoger sus indeseados antena y convertidor el penúltimo día del mes, como fue su compromiso. Para que no tuvieran que pasar al interior de la casa, desconectamos el convertidor y lo pusimos junto a la puerta de la entrada, mas nunca fueron por él y como lo mismo pasó con SKY, nos pareció normal que no recogieran el equipo. Pasados los meses y cuando ya ni nos acordábamos de su existencia, repentinamente empezaron a llamar los de DISH a deshoras de días hasta festivos reclamando un supuesto adeudo. Al hacerles saber que desde enero habíamos cancelado la suscripción, nos dijeron que efectivamente aparecía nuestra llamada pidiendo la baja, pero que el servicio no se suspendió en definitiva, porque falló su técnico en ir a recoger su equipo, pero que “escalarían” nuestra inconformidad y que en setenta y dos horas darían respuesta. Como dicha respuesta nunca llegó, mas sí otras llamadas de madrugada reclamando el supuesto adeudo, acudimos a TELNOR, puesto que fueron ellos quienes nos recomendaron a DISH y además son quienes están incluyendo el cobro en el recibo telefónico, mas dijeron que nada podían hacer. En consecuencia y no quedando más remedio, a costa de perder valiosas horas de trabajo, nos dirigimos a la PROFECO donde no fue posible lograr conciliación telefónica alguna puesto que insisten en cobrar cientos de pesos por un servicio que tienen meses sin brindar, no quedándonos otra opción más que presentar la queja por escrito y esperar un resultado favorable. Ya estando allí, como si fuera ir a comprar a un establecimiento con múltiples productos, aprovechamos para quejarnos de NEXTEL y lograr una bonificación por igual no estar recibiendo el servicio a pesar de los puntuales cobros y pagos, así como darle seguimiento a la baja del servicio, lo cual no puede suceder de inmediato, aunque se esté al día en los pagos. Claro que antes hubo que estar en lista de espera, porque es tanta la gente que tiene tantas quejas que el personal resulta insuficiente y no se diga el grave problema con el estacionamiento. En fin, pobre de los mexicanos, tan lejos de Dios y tan cerca de los abusos. Todo es cuestión de estar a la defensa del consumidor. Alberto Sandoval es Coordinador de Alianza Civil, A.C. correo: albertosandoval@alianzacivil.org En Internet: www.alianzacivil.org Facebook: alianzacivil Twitter: @alsandoval