Entre los varios avances de la democracia mexicana está la progresiva simplificación y transparencia en los procesos electorales. Ahora todos los procesos locales, regionales y federales se realizan en una sola fecha del año y poco a poco se avanza en la celebración de procesos coincidentes que eviten celebrar votaciones cada año como ocurre ahora. Cada día son más los ciudadanos que participan en la conducción de los procesos y más claras las reglas de participación de los partidos y el gobierno, a fin de que realmente opere la equidad y sean los ciudadanos quienes decidan y no los gobernantes o los grupos de poder. El pasado fin de semana fueron a elecciones locales 14 de las 32 entidades federativas del país. Los resultados dejan ver con claridad equilibrio. No hubo un partido ganador en todos los procesos. Cada municipio, cada región del país parece obedecer a una lógica política distinta, según lo han expresado los ciudadanos. Dentro de los retrocesos del proceso hay que marcar la sorda, pero creciente amenaza de la violencia asociada a los procesos. Así, en estos últimos meses previos al día de votaciones, se dieron varios asesinatos, secuestros y atentados contra candidatos y sus familiares en distintos rumbos del país. La penosa ola de violencia de los años pasados parece no terminarse con el cambio de gobierno federal y en la conducción priista de la nueva administración. Pocas ciudades y estados registraron alta participación de votantes. A pesar de que existe la creencia generalizada de que los procesos locales generan más participación del electorado, hoy podemos comprobar que no es cierto. Abstencionismo, es el partido ganador. Finalmente, si bien hubo muchas más mujeres candidatas en los distintos procesos, los resultados, no necesariamente les favorecen. Falta mucho aún para que los mexicanos nos sintamos orgullosos de nuestra democracia: pero es nuestra democracia y nos toca a todos nosotros perfeccionarla. Si fuera fácil, bastaría con ir al supermercado de los procesos sociales y adquirir la receta que nos diera una democracia perfecta. Antonio Meza es Director del Instituto Universitario Ortega y Gasset México. Comentarios: ameza@mexico.com