Un hombre llega a casa a las cuatro de la mañana. Su mujer le dice: “¿No te da vergüenza venir tan tarde y encima borracho? ¡Anda y duérmete ya!”. Y así pasan varios días. Al sexto, la esposa le reclama: “¡Otra vez…!”. — Te juro que ya no bebo más…, replica el hombre. Al siguiente día ocurre lo mismo. La dama reprocha: “¡Conque decías que no ibas a beber más, ¿no?!”. — ¡Te lo juro que no he bebido más, ¡he bebido lo mismo todos los días de la semana! Autor: Un distribuidor de cerveza.