1.- Despierto al día siguiente de las elecciones realizadas el domingo anterior en Baja California y otras entidades; es lunes, se me dificulta ponerme de pie. Aún retumban en mi mente los sesudos discursos y las generosas promesas de los distintos candidatos a algún puesto de elección popular, que durante la campaña repetían un día sí y al otro también, agravan mi malestar los ramplones estribillos –sería una exageración llamarlas canciones– que aluden a uno y a otro suspirante por la gubernatura, los sigo escuchando aún. Pareciera que la noche anterior hubiera bebido whisky en cantidades industriales, pero no. Me “intoxiqué” con tantos discursos, con tantas llamadas a mi celular y a mi teléfono fijo, quedé harto de mensajes en mi e-mail y Twitter, me puse “hasta el gorro” de propaganda electoral. No estoy cierto de lo sucedido, por la noche me fui a dormir con la imagen y las palabras del líder nacional del PRI, el resucitado César Camacho y del candidato a la gubernatura de BC Fernando Castro Trenti proclamándose ganadores apenas pasadas las 6 de la tarde y pidiendo a sus rivales políticos reconocer “las tendencias que no les son favorables”, se aventaron la puntada de recordar la figura de Luis Donaldo Colosio hace 24 años cuando fue de los primeros en reconocer el triunfo panista, ahora solicitaban que los panistas y aliados que les acompañan, aceptaran “su derrota”. Los azules también se proclamaron triunfadores, los líderes nacionales del PAN y del PRD están ahí, no así “Kiko” Vega. Quien luego se dejó ver. Apenas abro los ojos –primero uno y luego otro– con mucha dificultad, busco la bata y trastabillando, me dirijo a la TV y a la lap-top para encender ambas y enterarme de lo sucedido en la jornada electoral. La mañana del lunes 8 de julio es fresca. 2.- Pero, al parecer, no fui el único “que bebió en exceso”, la “maléfica” y amplia sonrisa – literalmente de oreja a oreja– que el domingo por la tarde lucía Fernando “el diablo” Castro Trenti, habíase tornado en un gesto, una mueca poco relacionada con la victoria proclamada apenas 12 horas antes, tampoco la mirada y la voz eran las mismas. Así las cosas, me parece experimentar un “Déjà vu”, apenas si alcanzo a escuchar que alguien descalificaba el PREP y no reconocía los resultados que éste arrojó: No sirve, hubo error, dolo, hay que esperar a los conteos distritales, si es necesario a mano y olvidándose de la computadora, argumentaba ese “alguien” que resulta ser el mismo candidato que horas antes se decía triunfador. El IEPCBC (Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Baja California) dirigido por un reconocido priista, Rubén Castro Bojórquez, decidió no validar los resultados, cuando se habían computado casi el 100% de las casillas. El sistema “se cayó”, hubo error en un algoritmo, otra vez esa versión del tan discutido PREP. ¿Dónde he escuchado eso antes? Me pregunto. Así las cosas, el PREP no sirve, o sirve solo a medias, sí funciona para las alcaldías y diputaciones en las que el PRI y sus aliados llevan delantera, no así para la carrera en pos del gobierno del Estado, simple y sencillamente porque no gana, ahora prefieren “esperar a los conteos del miércoles”, luego entonces, ni tan ganadores como pregonaron muy tempraneramente. 3.- Ya con un buen café, caliente y bien cargado, como que empiezo a despertar. Caigo en cuenta de que, en efecto, como ya se había comentado, “al PAN se le movía una patita”, los bajacalifornianos volvieron a negar la oportunidad al PRI para que gobierne la entidad, a pesar de que ya se estaban “repartiendo el pastel y relamiéndose los bigotes”. Una derrota tras otra, ni Hank en su tiempo, ni ahora Castro Trenti; “El diablo” suma otra derrota electoral en su haber político, malo para él, pues no existe ningún “gobernador plurinominal”. Muchos se quedarán “sin chamba” por otro sexenio. Derrota también para el equipo de su padrino, el “desbigotado” legislador –ya no sé si senador o diputado, pues brinca de una cámara a otra con tremenda facilidad– Manlio Fabio Beltrones, la primera elección importante en la administración de “Enriquepeñanieto”, el abstencionismo muy alto, apenas si la participación ciudadana alcanzará con muchos trabajos el 40%. Las mismas caras, costosas campañas, aburridas, con “estrategias” de hace más de medio siglo, las campañas más que sucias, idénticas promesas, desilusión y desinterés del electorado, bien podrían ser algunas de las muchas causas del abstencionismo. Pienso –aunque usted no crea– y reflexiono: ¿Por qué en Ensenada, Tecate y Tijuana si gana el PRI las alcaldías y no la gubernatura del Estado? A lo mejor no es el partido sino el nombre, la figura y los antecedentes de los candidatos que han perdido las elecciones en busca del poder en BC, es tarea del tricolor darse cuenta de ello y remediarlo. En fin, esta historia, como en las series de suspenso, continuará… P.D.- Por fortuna, dentro de pocas horas habré de “retirarme” para una necesaria y merecida estancia en una isla lejana, muy lejana, de playas casi vírgenes, sin automóviles, sin TV, sin bancos; toda ella es tranquilidad, llena de arena blanca y de “soles”, del que calienta y de la que refresca. ¡Ah, y sin conflictos post electorales! Óscar Hernández Espinoza es egresado de la Facultad de Derecho por la UABC y es profesor de Cultura de la Legalidad y de Formación Cívica y Ética en Tijuana. Correo: profeohe@hotmail.com