La administración de Carlos Bustamante Anchondo no solo ha promovido el comercio ambulante, otorgando 2 mil permisos que, sumados a los 6 mil existentes, dan un total de 8 mil anuencias para comerciantes móviles. Mientras tanto, el padrón de mercados sobre ruedas 2013 tiene registrados a 340. Del total, 97 se instalan en la delegación La Presa; le sigue San Antonio de los Buenos, con 70; y el tercer lugar lo tiene Playas de Tijuana, con 32. En la presente administración se otorgó un permiso para este tipo de negocio. A los sobre ruedas se les puede ver en colonias como Valle Verde, El Florido, Camino Verde, Las Torres, Francisco Villa, El Jibarito, El Refugio, 3 de Octubre, Azteca y México Lindo. Dichos espacios pueden abarcar 30 calles, cada vía mide 50 metros y da cabida a 15 puestos de 3 metros cuadrados, donde en promedio se instalan 450 vendedores. Con las vialidades tomadas un día sí y otro también, los vendedores de sobre ruedas provocan el descontento generalizado entre colonos de la zona a donde llegan, pues no solo están ahí hasta cuatro veces por semana, sino que obstruyen estacionamientos, dejan basura en la calle y representan un riesgo tanto para los compradores, como para los vecinos. Para colmo, en caso de una contingencia, la circulación por la zona es casi imposible, porque literalmente, los sobre ruedas toman la vía pública. Eliseo Cruz, de la Unión de Vendedores Ambulantes y Mercados Sobre Ruedas “Lázaro Cárdenas del Río”, estableció que cuando sus agremiados llegan a una colonia de Tijuana, buscan no interrumpir los accesos a los fraccionamientos, así como los estacionamientos de las casas. Sin embargo, según Cruz, el problema lo causan los propios vecinos, que se aprovechan de la situación en el afán de ganar un dinero extra. “Pero cuando ellos (los colonos) sacan cosas, estamos en contra de eso porque pagamos un permiso anual (mil 900 pesos), y ellos aprovechan la situación. No podemos hacer nada, pues no somos autoridad”. Afirmó que el padrón de comercio sobre ruedas está fuera de la realidad, ya que la mayoría de quienes obtienen un permiso ya no lo trabajan, por lo que han pedido a la autoridad hacer una depuración. De acuerdo al entrevistado, de 2010 a la fecha, la informalidad ha aumentado un 10 por ciento, y son los mismos socios quienes no permiten su crecimiento. “El Ayuntamiento informó que a partir del 15 de julio, los compañeros que no hayan regularizado sus permisos, van a quitarlos junto con ese tipo de personas que abren en los garajes, van a hacer una limpia. Dicen que pasando el proceso electoral van a hacer operativos, pero del dicho al hecho, hay mucho trecho. Reglamentos hace rondines cada veinte días o cada mes, y argumentan que no tienen personal suficiente”, detalló Eliseo Cruz. Autoridad no sanciona En efecto, el nuevo fenómeno en Tijuana es otro tipo de informalidad que el Ayuntamiento controla menos, y está representado por familias enteras que sacan a vender, a ras de la banqueta, toda clase de artículos de segunda para ganar unos pesos y completar el gasto. Muchas veces esto sucede afuera de sus propias viviendas. Los improvisados comerciantes simplemente abren las puertas del estacionamiento de su casa cualquier día de la semana. En ganchos cuelgan ropa usada, a veces hasta hacen tendederos con los árboles o los cercos de los vecinos, o bien, instalan una mesa y extienden una sábana sobre el piso con bolsos de mano, carriolas, platos, vasos, lavabos, juguetes viejos y hasta retretes. También es ya muy común que estas “segundas” aparezcan en las zonas donde se instalan los sobre ruedas. En un recorrido por diversos puntos de la ciudad, ZETA constató el fenómeno. “Desde hace cuatro años, mi marido no tiene empleo. Trabajaba como elemento de seguridad, y la última vez ya no le renovaron el contrato. Tiene problemas con la diabetes y no contamos con servicios médicos, para ayudarnos, salgo a vender ropa que me regalan. No vivo aquí (colonia Francisco Villa) pero mi hermana sí, y me da permiso de instalarme. Otros días voy a otro lugar”, expresó la ciudadana Beatriz Rodríguez. José, quien tiene más de 60 años y vive en El Florido, indicó que saca a vender “cositas” que familiares y amigos le mandan de la Unión Americana, “para sacar para el taco de comida”. A esta mercadería se suman las personas sin anuencia de la autoridad, con igual oferta de productos que se alojan en mercado ambulantes, generando el descontento de los mercaderes que sí cuentan con permiso. “Se quema la plaza y lo que se vende porque todos traen lo mismo, y luego solo cubren una cuota de 30 o 50 pesos para limpieza y seguridad. Además, vienen personas con carros de California a hacer competencia, traen cosas que ya no usan y aquí las venden”, expresó un minorista en la colonia Mariano Matamoros. Por si fuera poco, también abundan los vendedores ambulantes en los cruceros. Miguel hacía su recorrido por calles de la ciudad vendiendo tamales y atole, pero como en temporada de calor no hay demanda, ofrece aguas frescas, sin ninguna supervisión de la autoridad. Cabe mencionar que cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, dan cuenta que la tasa de informalidad en Baja California es del 20 por ciento, mientras que a nivel nacional llega al 60%. Sin embargo, académicos difieren con los números del INEGI. Empleos insuficientes Respecto a las cifras de informalidad del INEGI, el economista José Luis Contreras Valenzuela mencionó que éstas no incluyen toda aquella actividad que se genera en la vía pública, ya sea vender comida, artículos usados, u ofrecer servicios en algún tipo de oficio. “Se han movido los criterios de la informalidad. El Instituto menciona que se trata de personas que mantienen una relación formal sin haber establecido un convenio contractual formal, y que no tiene los servicios de seguridad social y otro tipo de prestaciones. Es un criterio que está muy rebasado por la realidad”, expresó a ZETA el especialista. “La informalidad le pega cuando menos al 35 por ciento de la población en Baja California. Una de cada tres personas de la Población Económicamente Activa, está dentro de la informalidad, mientras que a nivel nacional, son 6 de cada 10”. Contreras expuso que el fenómeno refleja la precariedad del ingreso de la población, porque México no está creciendo a los niveles que esperaba, e igualmente, el ingreso se encuentra estancando. “Hace seis años perdimos más de 35 mil empleos, y oficialmente dicen que hemos recuperado 50 mil, pero no ha sido suficiente, porque cada vez se integra gente nueva al mercado laboral, seguimos teniendo ese déficit”, concretó el académico, para agregar que la autoridad se ha visto rebasada para controlar o regular ese crecimiento. La solución es que México incremente el Producto Interno Bruto y no se conforme con tasas de crecimiento bajas. Por su parte, y de acuerdo a información de la Cámara Nacional de Comercio en Tijuana, ante el “boom” de la informalidad queda clara la falta de oportunidades en el campo laboral. Para el organismo, el ambulantaje no es malo siempre y cuando las autoridades locales lo regulen, sin embargo, el crecimiento desmedido no solo afecta al comercio formal, sino que se vuelve una competencia despiadada entre los propios ambulantes. Un despacho informativo menciona que para abatir el problema, la autoridad debe impulsar la innovación, generar una mejora regulatoria y promover el acceso a créditos a pequeños negocios. Sí hay desempleo El titular de la Comisión de Planeación y Desarrollo Municipal, Jesús Javier Merino Duarte, dio a conocer que de las cifras que indican en la ciudad hay 72 agrupaciones de sobre ruedas registradas y 340 establecimientos de dicho tipo, 14 mil 500 ciudadanos dependen de dicha actividad comercial. “Desde 2011 hasta la fecha tenemos 7 mil solicitudes pendientes para integrar a los mercados, aunque algunas personas ya no les dan seguimiento porque les hace falta la documentación correspondiente”, justificó. Por el momento, el Ayuntamiento actualiza la renovación de permisos y está dando facilidades a personas de la tercera edad y minusválidos al no cobrarles el permiso, mientras que las madres solteras, cubren el 50 por ciento del mismo. “Aunque la autoridad diga que no hay desempleo, la verdad es que sí está presente. La crisis está difícil, los recursos no te alcanzan, a veces andas con los parientes para que te manden chácharas para vender, en Tijuana la vida es cara. Los trabajos son de familia, trabaja el esposo, la esposa y los hijos, y no les alcanza. Además, con un sueldo de la industria maquiladora, que es de dos a tres salarios mínimos, es insuficiente, pues hay que pagar servicios, alimentación, calzado y vestido, les llega la crisis y empiezan a vender sus cosas. Corresponde a Reglamentos regularlos y llevar una estadística de cuánta gente está en la informalidad”, destacó el entrevistado, para concluir que una cosa son los mercados sobre ruedas y otra el mercado ambulante. Al inicio de la administración se tenían 6 mil permisos registrados, cifra que creció a 8 mil, pues la autoridad otorgó 2 mil permisos para diversos puntos de la ciudad. Crearon 60 mil empleos Por otra parte, el secretario de Desarrollo Económico municipal, Miguel Velazco Bustamante, anotó que de noviembre de 2007 a mayo de 2013, se generaron 394 mil empleos en Tijuana. “Obviamente que el gobierno no genera el empleo, sino que son las empresas. El rol del gobierno municipal ha sido facilitar la instalación de nuevas inversiones, se han generado 60 mil empleos. En enero de 2010 había 335 mil, y ahora son 395 mil. Eso se ha creado con nuevas inversiones que llegaron tanto nacionales como extranjeras, que en 2012 fueron mil millones de dólares, distribuidas en todas las actividades económicas”, dijo. En relación a la tasa de desempleo agregó: “Hacemos el esfuerzo (de promover las vacantes) con las bolsas de trabajo y ferias del empleo, hemos observado que ha disminuido la cantidad de demandantes”. — Usted dice que han disminuido los solicitantes a las ferias del empleo, sin embargo, la realidad en la calle es otra; ante falta de trabajo, las personas venden lo que sea en la informalidad. ¿Cómo se explica eso? “La informalidad es un problema económico social, hay familias y ciudadanos que no están conformes con el salario que se paga porque, al estar en la informalidad, tienen una remuneración mayor. Es un problema en todo el país y es grave, deberíamos incentivar a que pasen a la formalidad, pero para eso hay que facilitarles trámites y no cobrarles mucho un programa a nivel federal para toda esta población”, externó Velazco a este Semanario. “Esto no se va a acabar” El domingo 30 de junio de 2013, ZETA visitó el mercado sobre ruedas de la colonia Salvatierra. El reportero encontró la unidad 12-002 de Reglamentos, el cual ofreció una breve explicación sobre el trabajo de regulación que deben realizar. — ¿En qué porcentaje ha aumentado la informalidad en los mercados? “La verdad no tenemos una cifra, pero un día quitamos a unos, y otro día vienen otros. Esto nunca se va a acabar mientras no haya empleo”. — ¿Han sancionado a las personas reincidentes? “Primero les pedimos que se quiten y, si vuelven a reincidir, pues los multamos o les quitamos la mercancía, pero hay que ser conscientes, son personas que traen cosas sin mucho valor y tienen necesidad. No hemos multado a nadie, además, son muchos sobre ruedas, no hay personal y no alcanzamos a terminar los recorridos”. Acto seguido, los empleados continuaron su camino hasta recorrer la totalidad del mercado donde estaban instalados los vendedores informales; no amonestaron a persona alguna, dieron la vuelta y se retiraron del lugar. Ayuntamiento ignora queja de vecinos Un grupo se colonos del fraccionamiento Villas del Campo denunció a ZETA que los siete días de la semana, un mercado sobre ruedas se instala en la avenida principal sin dejar espacio para la circulación, lo que ha ocasionado accidentes viales. Aparte de eso, obstruyen entradas de estacionamientos así como en las privadas. Las personas entregaron a la redacción oficios que han sido recibidos por el Municipio, donde queda asentado que el problema inició en agosto de 2011, sin que hasta el momento les hayan atendido. Dijeron que ante su insistencia, la Dirección de Inspección y Verificación Municipal optó por no recibirles. ZETA solicitó entrevista con el director de Inspección Municipal, Mauricio Calles Lira, y en dos ocasiones consecutivas otorgó la entrevista al reportero e igual de cantidad de veces la canceló. Por su parte, el director general de Gobierno, Daniel Arturo León Valdez, dijo que durante la administración la autoridad municipal ha otorgado más anuencias a vendedores ambulantes, mas aclaró no saber el número. “No tengo los datos, pero han de ser unos mil 500 o mil 200 en todas las delegaciones. De mercados sobre ruedas no hemos otorgado ni un permiso en la presente administración”. A pregunta expresa de cuáles han sido las acciones que han llevado a cabo para abatir la informalidad en los mercados, dijo que han tratado de que no invadan las zonas que no tienen permitido, agregó que todas las zonas de la ciudad donde se instalan son problemáticas. Pero aun cuando la autoridad dice abatir el problema, la realidad es que lo promueve al otorgar más permisos para ambulantes, y no solo eso: las acciones resultan insuficientes, ante la oleada de comerciantes irregulares que inundan las calles de Tijuana. Las cifras de los sobre ruedas en 2013 340 Plazas (sobre ruedas) 14,500 Personas dependen de la actividad 72 Organizaciones 0 Plazas de piratería retiradas 1,900 Costo del permiso anual (pesos) 1,500 Costo de ingresar a un gremio (pesos) 8,000 Permisos de ambulantes Mercados ambulantes por delegación 23 Centenario 25 Cerro Colorado 20 La Mesa 97 La Presa 24 Mesa de Otay 32 Playas de Tijuana 70 San Antonio de los Buenos 32 Sánchez Taboada 17 Zona Centro