La Paz, Baja California Sur.- Doña Alma Rosa comenzó a lavar los trastes de su casa, después de la comida, cuando notó un olor fétido en el agua potable que provenía de la llave del fregadero. El ama de casa detectó un olor muy fuerte a cañería, “como derrame de aguas negras, cuando llueve, y brotan por las coladeras, y decidió cerrar la llave, porque no aguantaba el apeste dentro de su hogar”. Entonces llamó a un plomero para que revisara el tinaco de agua y la cisterna. Una vez inspeccionados los depósitos de agua, el fontanero informó que el líquido que estaba almacenado era de color entre café y amarillo, espeso y pestilente, por lo que vaciaron los estanques e iniciaron una limpieza y colocaron cloro. Después de una hora, volvieron abrir la llave e intentaron llenar los depósitos, pero notaron que el agua que provenía de la red de agua potable estaba llegando “muy sucia y apestosa”. El plomero recomendó entonces acudir a Alcantarillado y Saneamiento (Oomsapas) de La Paz, y por lo pronto –para evitar desabasto en su hogar— contratar una pipa que surtiera los estanques en lo que era enviado personal calificado para abrir una investigación y determinar la causa del agua aparentemente contaminada. Habitante de la calle Belisario Domínguez del primer cuadro de la ciudad de La Paz, Doña Alma Rosa expuso el caso a sus vecinos y entonces supo que “algunos presentaba ardor de ojos”, “vómito y diarrea” y otros “ronchas en la piel”. “Nadie se había enfermado aquí y me entero que algunos ya habían caído hasta en el hospital, específicamente dos niños y la mayoría de los vecinos nos reunimos y todos hablaban de la percepción del apeste del agua, algunos casos muy leve y otros mayores como en mi caso”, dijo a ZETA. El ama de casa relató que cuando puso el reporte al organismo de agua potable el 11 de julio, “vino gente, revisó el tinaco y la cisterna y la volvió a llenar. Primero dejaron caer toda el agua apestosa sobre los depósitos, la vaciaron y la volvieron a rellenar hasta que ya salió más o menos limpia”. No obstante, la mujer tuvo desconfianza y decidió llenar sus depósitos con agua limpia, aunque tuvo que pagar 450 pesos por una pipa. Como doña Alma Rosa, según el director del Oomsapas de La Paz, Germán Ruiz Padilla, “más de 126 familias están viviendo esta terrible situación de aguas contaminadas en 18 cuadras a la redonda del primer cuadro de la ciudad capital, y donde actualmente se hace una revisión minuciosa de la red de agua potable y drenaje”. La Comisión Estatal de Protección contra Riesgos Sanitarios (Coepris) –al cierre de esta edición– terminó el estudio de un muestreo que levantó sobre la calle de Belisario Domínguez en el tramo de la avenida 5 de febrero a la Márquez de León dentro del primer cuadro, donde confirmó la presencia de bacterias coliformes fecales de origen animal y humano en un nivel mayor de 8 unidades por cada 100 mililitros. Según la Norma Oficial Mexicana (Nom) 127 de la Secretaría de Salud, el agua potable distribuida para riego y consumo humano, debe ser de no detectable en unidades de heces fecales. Por lo anterior, la Coepris solicitó suspender la distribución de agua potable en la zona que va de la avenida Belisario Domínguez a la Isabel La Católica y de la avenida 5 de febrero a la calle Manuel Márquez de León, y de la hasta en tanto no sea detectado el origen del problema y sea limpiada la red de agua, tuberías y depósitos de agua de todas las viviendas de la zona. La causa La principal hipótesis de la causa de está contaminación –según el director del Oomsapas—es “la posible filtración de aguas negras a la red de agua potable a través de una fuga subterránea que pudo haber surgido en la zona de contingencia, sobre todo en la calle Belisario Domínguez que va de la 5 de febrero a la Manuel Márquez de León y donde se ha lavado dos veces la red de agua potable y las tuberías y vuelve aparecer el problema del agua sucia”. Durante una entrevista con ZETA relató que el problema empezó en la calle Belisario Domínguez y de ahí se expandió hacia la Madero y luego a la Revolución, por lo que se cerraron las válvulas y se lavó toda la tubería y depósitos de agua de las viviendas. Cuando trataron de resolver el problema, la contaminación se fue hacia otras calles, por lo que determinaron aislar el resto de las avenidas y focalizar el asunto en esa zona y donde un vector rastrea las tomas domiciliarias. El funcionario cree que “pudo haber surgido con el colapso de algún tramo de tubería, pues la red de drenaje del primer cuadro de la ciudad tiene 53 años de antigüedad, cuando el tiempo de vida es de solo 20, y a la fecha no ha podido reemplazarse por falta de recursos económicos”. En su oficina del Oomsapas explicó que el colapso sobreviene cuando la tubería deteriorada no aguanta el paso de los automóviles y termina por reventar con el peso de un camión y genera la fuga que muchas veces es absorbida por el propio calor. No obstante, y en algunos casos, se han detectado pozos de hasta dos metros con agua estancada, cuando abrieron un tramo de calle y vieron que ahí estaba almacenada hasta que es extraída y limpiada la zona. Según un estudio de viabilidad del Oomsapas, el reemplazamiento de la red de drenaje en el primer cuadro de la ciudad costaría alrededor de 90 millones de pesos solo en la excavación, extracción y reemplazo de tubería de 8 pulgadas y la colocación de descargas de cemento, pero a todo esto habría que sumar el costo de la repavimentación de las calles que pudieran abrirse. “Es un proyecto por ahora inviable porque se requieren muchos millones de pesos más, y las condiciones económicas del organismo actualmente no son las mejores, sobre todo ahora que tenemos las puertas cerradas en cuanto a créditos por un adeudo de más de 360 millones que heredamos de las administraciones pasadas en el organismo”, comentó el director Germán Ruíz Padilla. El funcionario descartó la versión de que “una compañía habría conectado por error humano la red de drenaje con la de agua potable ahora que están saneando las redes en las calles pavimentadas con concreto”. “Eso no es cierto”, aseguró y sacó un mapa del primer cuadro de la ciudad y detalló punto por punto dónde estaba el problema y las avenidas más cercanas que están actualmente siendo pavimentadas. En el análisis y detallado de información, la calle recientemente pavimentada más cercana es la Isabel La Católica y el problema de contaminación está a 8 cuadras de distancia. “Si se hubiera conectado mal como algunas gentes están diciendo, obviamente la red de agua potable de las 8 cuadras que van del tramo de la calle Isabel La Católica a la Belisario Domínguez, estuvieran también contaminada o en estado de alerta o marcada con punto rojo, pero no, el problema se presenta hasta la 9 cuadra y de ahí hasta las calles aledañas”, expuso. ZETA consultó a un ingeniero civil especialista en obras hidráulicas y consideró que “todo el problema nació por la falta de agua potable en las redes, porque si hubiera agua las 24 horas del día, la presión por sí sola no hubiera permitido que el agua que viene de otro lugar, ingrese a la tubería, aunque supongamos que tuviera una fuga”. — ¿Qué pasó entonces? “Bueno, haciendo un análisis de lo que pudo haber sucedido, te puedo decir que como en la ciudad es una práctica muy común los tandeos del agua, seguramente en alguna hora del día, el agua de la red de agua potable se vació porque dejó de fluir y permitió que el agua que provenía de una fuga de drenaje entrara y se almacenara sin mayor problema. Entonces volvió a llenarse la red y se llevó toda el agua cochina que entró y fue a dar a las viviendas. Para el especialista, “el problema no es el agua que entró y ya contaminó, sino detectar el punto de donde está saliendo toda el agua sucia y que contamina la red de agua potable que llega a la zona centro”. El propio director del Oomsapas, Germán Ruiz Padilla, reconoció –al cierre de esta edición— que el foco de contaminación aún no había sido localizado, por lo que mantenían las válvulas cerradas y surtiendo agua a las familias afectadas a través de pipas, mientras se resolvió el problema. Éste, es la segunda contingencia sanitaria que se presenta de este tipo. La primera fue en el año 2003 en la populosa colonia Guelatao, cuando una fuga de aguas negras contaminó a la red de agua potable de esa colonia. “Fue en menor escala, y ahí descubrimos lo que había pasado, por eso nuestra principal hipótesis, es basada en esa experiencia y cuyo problema en aquel tiempo fue resuelto inmediatamente”, recordó. El funcionario dijo que hoy el problema es mayúsculo y sobre todo “se ha complicado porque es por debajo de la tierra y no tenemos manera de revisar, salvo cada toma domiciliaria y detectando fugas de agua para tratar de llegar a la raíz del problema”. Durante una semana solo se detectaron dos fugas sobre avenidas: una por la calle Josefa Ortiz y Allende y otra por la Rosales y Héroes de Independencia, sin embargo, ninguna es la causa de la contaminación –según adelantó el director– ya que están a más de 8 cuadras del punto crítico.