20.8 C
Tijuana
lunes, septiembre 16, 2024
Publicidad

Violento y abusivo despojo

Por 22 años fue pareja de Roberto Gil Estrella, y aunque fue su segundo matrimonio y no procrearon familia en común, su esposo le heredó la casa que compartieron; sin embargo, fue despojada arbitrariamente por Roberto Gil Maesse, hijo del primer matrimonio de su concubino. Doña Dalia Arrieta Nieto, de 74 años, relató a ZETA que por más de dos décadas compartió la propiedad de mil 469 metros cuadrados con su esposo,  la cual se ubica en Calle Tercera número 7808, Zona Centro, entre F Martínez y Mutualismo. El terreno, que fue herencia de Enriqueta Estrella Gil, madre de Gil Estrella, se componía de varios locales comerciales, pequeños departamentos y la casa que habitaba la pareja. Arrieta Nieto señaló que con la familia de su pareja siempre llevó una buena relación, sin embargo, estaban un poco distanciados, pues cada uno de sus hijos había hecho su vida y tenían un poder adquisitivo alto. Antes de que Gil Estrella enfermara, Doña Dalia quiso reunir a los hijos de su esposo, no con todos tuvo éxito, pero comenzaron a socializar con Gil Maesse, a quien tenían más de 40 años sin ver. “El hijo de mi esposo comenzó a frecuentarnos, era muy atento con nosotros, de repente nos decía que si teníamos problemas económicos, no dudáramos  en hablarle y pedirle ayuda. Como mi esposo empezó a enfermar poco a poco debido al cáncer que padecía en el pulmón, por fumar desde muy chico, sufríamos para adquirir los tratamientos que eran muy costosos; pero aun así sobrevivíamos con las pocas rentas que recibíamos”, mencionó. De acuerdo a la mujer, en una ocasión su pareja se asustó porque el 13 de mayo de 2010, llegó al domicilio un requerimiento del Ayuntamiento de Tijuana, pues se adeudaban cinco años de Impuesto Predial que, de no liquidarlos, causarían el embargo de la propiedad. “Mi esposo y yo nos asustamos mucho, que no dudamos en pedirle ayuda a Roberto, en un principio mi esposo no quería, porque aunque fuera su hijo desconfiaba de él; aun así le solicitamos nos prestara 50 mil pesos para pagar el adeudo y nos dijo que no había ningún problema, pero mientras yo me iba a comprar unas medicinas, se aprovechó de la enfermedad de mi esposo y le hizo firmar un documento y hasta poner sus huellas digitales, con el pretexto de que arreglaría todo para que nosotros no tuviéramos ningún problema. “Mi esposo hasta se enojó conmigo porque lo deje solo con él, porque le hizo firmar los documentos en blanco, de ahí las cosas comenzaron a estar muy mal; se vivieron las verdaderas intenciones de Roberto, despojarnos de la propiedad, hasta que lo logró”. Doña Dalia expresó que su esposo falleció en octubre de 2010, después de estar 33 días en agonía, a la edad de 90 años. “Aunque los problemas con Roberto eran más frecuentes, yo me sentía con la tranquilidad de que mi esposo me había heredado en vida la propiedad en partes iguales con su hijo Benjamín Gil, quien era su hijo favorito”. Lo que nunca se imaginó Doña Dalia es que el poder que le firmó Gil Estrella a su hijo Roberto, era un supuesto contrato de cesión de derechos de la propiedad. Sin embargo, ese poder tenía fecha del 15 de junio de 2002. No conforme, Gil Maeese inició un juicio testamentario de bienes, cuando logró tener la propiedad, ésta la cedió y traspasó el 21 de febrero de 2011 en forma gratuita, tanto el inmueble como sus construcciones, a Dinora Valenzuela Valenzuela, esposa de su apoderado, el licenciado Aureliano García Aguilar. Dalia interpuso un amparo directo en contra de la resolución dictada por el juez con fecha del 31 de agosto de 2012, sin embargo, el 5 de septiembre fue notificada con la pérdida de la propiedad. “Roberto alega que su padre le cedió y donó a título gratuito desde 1989 el inmueble, y el 15 de junio de 2002 comenzó a realizar diversos actos de dominio hasta obtener el predio. Pero yo tengo en mi poder un testamento que mi esposo a mí me heredo en vida en el año 2000, junto con su otro hijo, Benjamín. Sin embargo, yo no tenía una posesión legal del predio”. La afectada explicó que la relación entre padre e hijo se llevó de una manera fría y de un marcado apartamiento, manifestándole el concubino en todo momento que tuviera reserva siempre en relación a Roberto Gil Maesse, pues era una persona ambiciosa y falsa. “Y así fue el documento que después presentó como el supuesto contrato de cesión de derechos, del cual tuve conocimiento hasta el 8 de octubre de 2012, en el que se mostró la audiencia de desahogo de la prueba a mi cargo dentro del expediente 1247/2010”. La mujer comentó que cuando falleció su esposo, Roberto le pidió autorización para revisar su domicilio y toda la documentación que tenía en su poder le fue arrebatada. Ahora Doña Dalia fue despojada de su propiedad la semana pasada, e inmediatamente la construcción fue destruida. “Después de tener mi casa, ahora vivo en la calle, viviendo con la familia; no es justo que una persona con tanto dinero y propiedades, sea tan ambicioso y me haya despojado de mi propiedad en contubernio con las autoridades”, resaltó. Por su parte, el abogado Daniel Ornelas, quien recientemente asumió la presidencia del Colegio de Abogados “Emilio Rabasa”, así como el licenciado José Luis Molina Magaña, quienes llevaron el caso de Doña Delia, mencionaron a ZETA la impotencia de cómo los jueces resolvieron el caso, dejando a la deriva a la señora. “El juez aplicó otros criterios jurisprudenciales de los que no estuvimos de acuerdo, ésa fue una de las muchas fallas. Desgraciadamente México es un país de apariencias, nada es lo que es. Tenemos leyes que no se aplican, pero desgraciadamente las instancias son las que se agotan y nos dejan como abogados con mal sabor de boca, que no se aplicó conforme a nuestro criterio, como es. Es una especie de impotencia que le da a uno, porque considera que con los argumentos que esgrimimos, deberíamos haber tenido éxito. Y no fue así”, puntualizó Molina Magaña. Los abogados lamentaron que Doña Dalia ya no puede hacer nada para recuperar la propiedad. “Desgraciadamente ya está agotado, nuestra estructura de marco legal señala tres instancias, y las tres instancias ya fueron agotadas. Es una ley cárnica que no es infalible. Es un trago amargo. Y una ambición por parte de Ruiz Maesse”, culminó Ornelas.    

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
- Publicidad -spot_img

Puede interesarte

-Publicidad -

Notas recientes

-Publicidad -

Destacadas