Dos factores destacan en la inseguridad bajacaliforniana durante el primer semestre de 2013, el rápido crecimiento del crimen desorganizado y el regreso de los policías como líderes de actividades delictivas. Sin coordinación institucional, sin control criminal del territorio, están desatados. Las declaraciones de los homicidas detenidos indican que se trata de desempleados, albañiles y demás trabajadores de la construcción, mecánicos, taxistas, están siendo usualmente reclutados e incorporados como sicarios en sub células delictivas nacientes, al referir su pertenencia los detenidos hablan de 3 a 8 meses. El común denominador es que son adictos, en la mayoría de los casos al cristal –la droga más batata– en la mayoría de los casos, pero también consumen marihuana, heroína y cocaína. Además comparten el hecho de que todos han sido encarcelados en etapas tempranas de su vida –de una a 4 veces–, sea por robo con violencia, robo de autos, posesión de droga o de armas de fuego. Básicamente son ladrones adictos que han decidido escalar en el organigrama delictivo, y ahora “administran tienditas de droga”, matan y secuestran, pero todo al tanteo, porque reciben las instrucciones poco precisas por vía telefónica. La inexperiencia sumada a la intolerancia, inconciencia, desesperación y los estallidos de violencia propiciados por la adicción los convierten delincuentes, doblemente peligrosos. En sus dichos, los homicidas detenidos explican que aceptan “el trabajo” como homicidas y días después reciben una llamada telefónica, los citan en el estacionamiento de algún centro comercial les dan el arma, los llevan a una dirección y les orden que bajen y maten al hombre obeso de negro, al sujeto del bigote que va saliendo del restaurante o a los dos fulanos que están en la parte de atrás del auto que está estacionado al frente. Lo mismo en el tema del secuestro. En medio del este desorden nombres de lidercitos criminales con “autoridad” para ordenar asesinatos, empiezan multiplicarse rápidamente. “El Pelón o “El Negro” en la zona norte; “El Ciego” con supuesta línea directa con Ismael “El Mayo” Zambada, también con dominio delictivo en la zona norte y al colonia Libertad: “El Willy” en la colonia Azteca; Felipe Sánchez “El Pin”, Ricardo Villalobos y su jefe “El Julión” en la zona este, entre otros. Nombres y apodos que se suman a los conocidos de Francisco Javier Mendoza Uriarte “El Chapito”, José Luis Mendoza Uriarte “El Güero Chompas” de Los Muletas. Las declaraciones de los matones capturados entre mayo y junio de 2013, reflejan fielmente el caos que se está gestando. De la desorganización y los perfiles En el doble homicidio cometido el 11 de junio de 2013 en Cañadas de El Florido, los delincuentes explicaron que los dos sujetos que mataron a golpes Noel Ibarra y Alberto Mendoza se les fue la mano porque no había orden de matarlos. La instrucción dada en un altavoz de radio por Francisco Javier Mendoza Uriarte fue “Pónganles una putiza”, por eso cuando “El Moreno” se dio cuenta de las muertes reclamó a gritos: “A ti quién vergas te dijo que se tenían que morir los dos” y advirtió que él no tiraría los cuerpos. En medio del desconcierto terminaron reclutando a un chatarrero adicto que se acercó a la casa donde se cometió el asesinato porque vio mucho movimiento. Aceptaron sus servicios porque los dos golpeadores que terminaron como homicidas dijeron que “no sabían manejar”, así de descuidados. Las víctimas de este expediente fueron torturados en una casa de la Privada Los Olivos en Cañadas del Florido, durante dos días los interrogaron a puñetazos, patadas y golpes de barrote, embarraron de sangre paredes y escaleras, gritaron tanto que los vecinos se acercaron a preguntar, los cómplices de los homicidas sólo abrieron un auto y pusieron la música a todo volumen. Nadie llamó a las corporaciones de seguridad. Alrededor de 20 personas estuvieron implicadas en estas privaciones y homicidios, a la fecha solo cuatro han sido detenidas, los cuerpos fueron localizado el 12 de junio y los presuntos responsables, capturados el 13 de junio de 2013. Se trata de Elvira Gallardo, Francisco Villegas, Jesús Escamilla y Miguel Camacho. Forman parte de una célula criminal constituida tres meses atrás, dedicada a la venta de droga. Las ganancias por vender droga e inmiscuirse en el asesinato de sus competidores, eran de 300 pesos, mil 500 pesos y 10 mil pesos semanales. En otro asunto, a Félix Domínguez Ramírez y Joel Miguel Valdez Verdín los mataron el 7 de junio, Antonio Rovira Armenta, deportado (tras cumplir sentencia en Estados Unidos por droga) participó en los homicidios y recibía 300 dólares cada vez que movía un carro con droga o con cadáveres. Lo apresaron el 11 de junio y confesó haber participado además en otro asesinato en la zona norte y un robo a otro traficante que llevaba el dinero de varias tienditas. Fue detenido junto a Héctor Antonio Romo Mendias y Alberto Duran García de León, a quienes señaló como autores materiales de los homicidios. Sin embargo ambos hombres negaron todos los cargos y rechazaron la veracidad del parte policiaco En el expediente de Iván Daniel Salinas detenido el 3 de mayo de 2013 por el asesinato de un hombre en el Bar la Malquerida en la zona Centro de Tijuana explicó que sin previo aviso, ni explicación de la misión criminal, su jefe delictivo le habló por teléfono y citó en el bar, cuando llegó antro, lo vio en una mesa con otros 8 sujetos, se sentó en otro lugar y recibió el siguiente mensaje telefónico: “Si no recoges el arma y disparas con ella, vas a valer verga tú y tu hermana”, ésas fueron las únicas instrucciones. Él siguió tomando cerveza por varios minutos, hasta que el cabecilla del grupo mató a un hombre y en la huida le aventó la pistola, él la tomó, disparó sin ton ni son y después huyó. Posteriormente participó en otros dos homicidios, prácticamente a cambio de droga. A Manuel Montes Moran e Irineo Torres Mendoza los mataron el 16 de agosto de 2012 y sus homicidas fueron detenidos el 10 de mayo de 2013, uno de los asesinos, Martín Adolfo Reyes fue también dijo haber sido reclutado por el vicio “…empezamos una relación por mi adicción”. Se justificó diciendo que su jefe, Carlos García “El Pelón” le decía “… que si no participaba me iba a matar, ya que ya estaba dentro y no me podía salir”. El presunto cabecilla se negó a declarar “…por consejo de mi abogado particular”. Otro caso a destacar es el de Iván Daniel Salinas Casillas detenido el 3 de mayo por la muerte de Óscar Omar Covarrubias Arce, además de ser homicida, trabajaba como guardia de seguridad de Bar La Cantina en Plaza Fiesta, empleo que obtuvo a pesar de ser adicto y tener antecedentes penales por robo de vehículo en grado de tentativa. Ganaba 1 mil 250 pesos a la semana y su jefe “El Willy” lo reclutó con la frase “…eso es una madre, yo me lo gasto en un día”. Por su lado, José Antonio Ayón detenido el 1 de mayo, por un doble homicidio cometido en la colonia 10 de mayo el 27 de abril de 2013 detalló en su declaración que en medio del operativo criminal: “…empezó a darme miedo, me puse muy nervioso y sentí que se me bajó la presión, por lo que mejor decidí ir a comprar una Coca Cola para ver si me mejoraba, dirigiéndome a una taquería ubicada a unas tres cuadras del lugar donde había quedado de esperar a mis amigos, donde al llegar aproveché para echarme unos tacos y entonces escuché balazos…”. Pero no solo él se equivocó, ese día sus cómplices tenían instrucciones de asesinar al joven Hugo Nieto, que les debía 5 mil pesos, “consumía la droga en lugar de venderla”, justificaron, pero en el ataque, terminaron acribillando también al padre del muchacho, porque cuando vio caer a su hijo se acercó a tratar de ayudarlo, y se les “atravesó”. Este grupo también se auto implicó en el homicidio del escolta Marco Antoni Estrada Pérez cometido el 11 de abril donde pretendían ultimar a Manuel Rodríguez García “El Profe”, líder de los pepenadores en Tijuana. Y los policías también… El 18 de junio de 2003 en un operativo realizado por la policía municipal y posteriormente respaldado por el ejército, los uniformados locales capturaron al policía comercial de Tijuana Félix Ochoa Hernández, estaba herido en un taller mecánico de la colonia Ejido Ojo de Agua. Los agentes fueron interceptados en la calle por los hermanos López Hernández quienes les informaron que acababan de escapar de sus secuestradores, que un sobrino permanecía privado de la libertad, y los condujeron hasta el taller donde solo encontraron al policía comercial que las víctimas habían herido con el arma de cargo que le quitaron al escapar. Lo identificaron como el encargado de vigilar que no huyeran. El oficial admitió haber brindado el espacio –sin informar al dueño del taller– para que los escondieran y cuidarlos. Dijo que el 17 de junio de 2013 le habló por teléfono el policía Carlos Badillo Martínez “…y me dijo que si tenía un lugar donde guardar a tres personas que ya las traía aseguradas y me dijo que si le ayudaba que me iba a dar una feria”. Detalló que Badillo llevó a las víctimas acompañado de dos hombres, uno “…era conocido del que no sé a qué se dedica pero solo sé que le dicen Paco, que es de aproximadamente 28 a 30 años de edad, 1.65 metros de estatura, complexión ligeramente robusta, tez blanca, que siempre porta gorra beisbolera, el cual por lo que ha comentado anteriormente era policía ministerial del estado”. Las víctimas declararon que los interceptaron en la calle cuando trataban de abrir un carro de la familia sin llaves porque las habían extraviado, que se sometieron porque creyeron que eran policías, después pidieron 20 mil dólares a la familia y se enojaron cuando las víctimas se refirieron a ellos diciéndoles “oficial” aseguraron que no eran policías sino “maña” y agregaron: “Queremos que tu hermano nos dé una feria porque tu carnal estaba trabajando con una gente y después se fue a trabajar con otra gente y no nos paga nada” . Ya liberados, el 19 de junio, la familia recibió otra amenaza telefónica, llamaban a la hermana de las víctimas por su nombre y agregaban: “…ya van dos días que vas con tu mamá a Secuestros de Playas, van a valer madre tú y toda tu familia, vamos ir a tu tienda y a la llantera y les vamos a hacer un desmadre, vamos a llevar al ejército”, como respondieron que no tenían miedo, del otro lado del teléfono advirtieron: “Pues entonces aténganse a las consecuencias”. Jaime López, quien recibió la petición de dinero, ha sido detenido en cinco ocasiones entre 2005 y 2012 por temas de drogas y armas, y uno de sus hermanos secuestrado y liberado, registra dos capturas por robo y delitos contra la salud. Esta corrupción policiaca no es aislada en fechas recientes, el caso de suma a una serie de uniformados que en fechas recientes también han sido capturados: el policía municipal de Tijuana David Romero Silva, detenido el 21 de mayo por privación ilegal de la libertad e intento de extorsión en contra de tres hondureños y tres mexicanos migrantes, este hombre acompañado de otros “agentes federales” según informó la PGJE, ya había hecho del secuestro de migrantes en esa vecindad de la colonia Castillo una costumbre. El agente de Rosarito Rodolfo Ruiz detenido el 13 de marzo por tráfico y prostitución de menores, y de la misma corporación el agente Salomón Rangel detenido junto a dos delincuentes el 10 de mayo en posesión de droga y un arma que salió positiva en un homicidio cometido en Tecate. O los dos policías de Tecate, Enrique Ernesto Cárdenas Romero y Ángel Adán Gómez Velásquez que intentaron liberar a un delincuente detenido en el poblado de La Rumorosa en posesión de un arma, uniformes apócrifos y turbosina. PEP lo captura en 12 días Secuestrador Medina Lucatero en la SEIDO El 6 de junio de 2013, al día siguiente de ser identificado como el líder del grupo que en Mexicali, secuestró y liberó al empresario Carlos Mora Román, y secuestró y asesinó al joven Bardo Parra, el delincuente identificado como David Medina Lucatero huyó a Tijuana. En la fuga fue apoyado por José Antonio Farías Sánchez, ex policía Municipal de Mexicali y Juan Tomas Soto García. Como resultado de trabajos de inteligencia, la Policía Estatal Preventiva ubicó a Lucatero y sus cómplices en la colonia Villas del Sol y mediante un operativo realizado la noche del martes 18 de junio de 2013, fue capturado en compañía de sus socios criminales. Circulaba en Toyota Corolla, 2003 sobre la avenida Zamora. Como resultado de la revisión precautoria los encontraron en posesión de dos kilogramos de mariguana. Fue entregado inmediatamente a la Procuraduría General de Justicia del Estado y ésta a su vez lo remitió a la Subprocuraduría Especializada en investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO) responsable del expediente desde el 6 de junio. El historial delictivo de este criminal ligado a células michoacanas data de 2009, el 5 de noviembre de se año, fueron asesinados el Comandante de la Policía Federal Ministerial, Ricardo Tamez Ansadaú y el Agente del Ministerio Público Federal, Édgar Hernández Flores, cuando iban a detener a una Griselda Alejandré Medina familiar de Lucatero. Los acribillaron un par de homicidas encargados de la seguridad de la mujer. Griselda, era la esposa del empresario del ramo zapatero, José Guadalupe Díaz Flores, quien fue privado de la libertad el 16 de mayo del 2009, en el delito participó el michoacano e integrante del crimen organizado Omar Antonio Ávila Arceo, el cadáver de la víctima ejecutada a balazos fue localizado posteriormente en Puerto Peñasco. Ávila también fue asesinado en un basural, en la zona periférica de Culiacán. Baleó a líder de pepenadores El 19 de junio de 2013 fue consignado Fernando Iván Moller “El Gester” por el ataque armado perpetrado el 10 de abril en contra de el líder de pepenadores en Tijuana Manuel Rodríguez García, “El Profe”, en el que uno de sus guardias fue herido y murió el escolta Marco Antonio Estrada Pérez. Informó a las autoridades que el operativo criminal fue realizado por un grupo de cuatro homicidas y que la instrucción original era “levantarlo” porque “andaba vendiendo droga en colonias que controla su gente”, explicó la PGJE en el boletín en el que también informaron que por ese delito recibió 5 mil pesos y sus co-indiciados 15 mil.