Joselito Adame tuvo una tarde fuera de serie y dejó ir cuatro orejas y un rabo por sus fallas con la espada. “El Pana” lució mucho mejor de salud y ya es absurdo exigir más, le regalaron dos orejas en el astado de su despedida y mejor las tiró para recoger dos bolillos con los que dio la vuelta al ruedo. “El Zapata” muy placeado externo, gala de facultades en banderillas, y con la muleta, siempre deja que decir y escribir, pero al público le gusta y le celebran sobradamente. Se lidió un extraordinario encierro de Begoña, uno mereció arrastre lento, y otro, ante la petición de indulto, fue condecorado con una vuelta al ruedo que en los últimos 30 años, no se había visto en Tijuana. Es reiterativo citar que los amos de la Fiesta son los toros, y sin ellos no hay nada, es también sumamente difícil que los seis toros sean de bandera, nunca pararon de embestir, ciertamente ya no reciben los tres puyazos que antes eran obligatorios para indultar. Los bureles cumplieron con el peso exacto y respondieron atinadamente. Muy temprano arribó al sorteo Ricardo Sánchez (padre de Juan Pablo), representante de Espectáculos Taurinos de México, propiedad de Alberto Bailleres, al igual que de las ganaderías de Mimihuápam y Begoña. Ricardo se portó muy serio, pero nadie tiene la culpa del comportamiento que tuvo su hijo en su presentación en la corrida anterior en Tijuana. Juan Pablo fue mal aconsejado y Ricardo lo sabe, así que no se comprenden los procedimientos. Joselito Adame se llevó la tarde, vestido de marfil y oro, con cabos negros, prodigando a la asistencia con excelente faenas; de manera particular a “Ilusión”, sexto de la tarde, negro listón, marcado con el número 322 y pesando 510 kilos. Tal disertación provocó el llanto de muchos, y es que la comunión entre toro y torero es sublime, una obra de arte que dura entre 12 y 15 minutos, momentos irrepetibles que estrujan el alma. Joselito recibió con las dificultosas “Zapopinas” y la media, le brindó a “El Pana” y prosiguió con estatuiros, rematando muy toreramente. Su hazaña estuvo a la altura de la investidura que lo ha llevado a recorrer el mundo, dejando muy alta la bandera de México en plazas de España, Francia y Centroamérica. Es un genuino representante de la torería, y desde ya se le menciona como “sucesor al trono”. “El Pana” (aceituna y azabache), de salida por los cosos, es aún muy querido y respetado, emprende una campaña de despedida, ignorándose hasta donde llegará y se lo permitan sus facultades. Salió “Niño Querido”, que al igual que sus hermanos, no tuvieron reclamos. Sobresalieron en bravura, codicia, obediencia, belleza, edad, peso y trapío, aunque “Querido” se astilló del lado derecho. Rodolfo Rodríguez trasteó con la habilidad que le dan tantos años en la brega. Tres pinchazos. Un aviso y descabello. El segundo para “El Zapata”, “Bol”, número 140 y 538 kilos, negro, tocado del izquierdo, (mandarina y azabache). Instrumentó chicuelinas antiguas, tomó los palos: un cuarteo y dos violines. Con la muleta detalló esfuerzos, cobró una entera. Oreja. “Sueño Cumplido”, número 390 y 505 kilos, negro listón. Joselito le tributó dos largas de hinojos, aunado a un soberbio recorte. Bregó. Ajustadas chicuelinas y el manguerazo. Colocó cuatro pares e inició su jornada sentado en el estribo, luciendo su esmerada preparación. Estocada desprendida con derrame. “Cisne Blanco”, negro, número 411 y 515 kilos. “El Pana”, es su final aquí, brindó a edecanes, como es su costumbre. El toro muy capoteado y castigado en varas. Asumió las bernadinas de Rodríguez, elaboró una faena muy a su estilo, que consiste en dar bastante “pico”. En momentos se vio en aprietos, finalmente salió ileso. Finiquitó con trasera, tendida y caída. El premio, dos orejas regladas que él mismo desechó. “Cisne Blanco” obtuvo arrastre lento. “Imperial”, número 21 y 570 kilos, “El Zapata”, remató de rodillas, continuó con chicuelinas, zapipinas, faroles invertidos. Tres violines y galleo. Agarrado a tablas, surtió de muletazos a “Imperial”, estructurando una faena de su peculiar estilo. Se tiró sobre la cruz, consiguiendo una trasera, desprendida. Oreja. arruzina@gmail.com
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