Luego de prestar el servicio de vigilancia a la constructora Urbi para sus diferentes desarrollos, y al no tener liquidez para solventar la prestación realizada por elementos de la Policía Auxiliar, la inmobiliaria pagó con una casa el trabajo realizado por los uniformados comunitarios; hasta ahí todo parecía estar en lo justo. Sin embargo, elementos auxiliares denunciaron a ZETA que ahora sus jefes quieren rifar la vivienda y obtener el recurso a través de los propios policías, ya que desde hace dos semanas, los obligaron a comprar un boleto con valor de mil pesos. Según los perjudicados, cada semana les son rebajados 200 pesos de su salario (hasta completar los mil pesos), lo cual representa un gasto muy elevado para los agentes de seguridad. Agregan que ninguna autoridad de la Policía Auxiliar -representada por una organización civil- les explicó el concepto de la rifa y qué fin tenía, únicamente les obligaron a comprar el boleto. “La semana pasada llegó una persona a pagarnos en efectivo, y de inmediato nos dijo que se nos rebajaron 200 pesos porque teníamos que comprar de manera obligatoria un boleto para la rifa de una casa, ya que al no tener dinero Urbi para pagar por el servicio, se nos liquidó con el pago de la casa; recurso que ahora quieren sacar a nuestras costillas. “En lo personal, que se me rebajen 200 pesos semanales de mi salario se me hace muy difícil, tengo una familia que mantener y eso merma mis ingresos. Además no nos pueden obligar a comprar un boleto a fuerzas, debe ser opcional”, explicó un elemento policiaco, para complementar que la corporación agremia alrededor de 300 elementos, los cuales brindan servicio comunitario a colonias que los contraten. No pertenecen a la Secretaría de Seguridad Pública, pero ésta controla su operatividad. “Los compañeros están muy molestos, porque además de que no se nos brinda ninguna prestación ni seguridad social, todavía tenemos que pagar un boleto que nos lo están vendiendo muy caro y de manera obligatoria. Los recursos los debe sacar la asociación civil, acomodar los boletos por su cuenta, no querérnoslos vender a nosotros. Es muy injusto”, citó un afectado. Pedro Serrano Gándara, señalado por los elementos como director de la Policía Auxiliar, negó a ZETA ocupar ese puesto, dijo que solo se encarga de la operatividad de la asociación y que desconoce la situación denunciada por los agentes. “Lo que pasa es que la Policía Auxiliar es dirigida por una asociación civil (sin especificar el nombre o sus titulares), quienes tratan de solventar sus gastos y pago de nómina con la organización de diferentes eventos, siempre se han manejado así; pero esto de la rifa de la casa, lo desconocía por completo”, aseguró. De acuerdo al funcionario, lo único que puede hacer la corporación municipal es llamar a rendir cuentas a los encargados de la asociación, ya que reconoce como un abuso el obligar a los policías a la compra de un boleto, pues ésta debe ser voluntaria. “La Policía Municipal hará algunas observaciones a la asociación civil, se mandará llamar a los titulares para tomar algunas acciones, así como exhortar a los policías auxiliares que denuncien cualquier irregularidad a la corporación. Es en lo único que podemos contribuir”, culminó Serrano.