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viernes, octubre 11, 2024
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Educación: primero acabar con la vergüenza del hambre

Según el Censo de Infraestructura Escolar 2007, elaborado por la Secretaría de Educación Pública, en México 39 mil 655 (24.5 por ciento) escuelas de educación básica no tienen luz. Otras 55 mil (34 por ciento) no cuentan con drenaje. La encuesta sobre las condiciones de su infraestructura, aplicada a poco más de 160 mil planteles del país, reveló que las instalaciones sanitarias son una de las principales carencias que enfrentan los centros educativos, pues en 53 mil 413 (24.5 por ciento) hay insuficiencia de sanitarios. En cuanto al servicio de agua potable, al menos 11 mil 330 (7 por ciento) no cuenta con acceso al líquido. Además, se estima que otras 14 mil 529 requieren computadoras, pizarrones o pupitres. Otros 36 mil 468 centros escolares (22.5 por ciento) están construidos con madera o materiales no apropiados, mientras 135 mil prescolares, primarias y secundarias (83.5 por ciento) carecen de bibliotecas. La docencia es vocacional. Requiere conocimientos, cualidades y capacidades de las que no todos gozan. Hay rasgos personales que ayudan a ser un buen profesor: Buena inteligencia emocional, tener habilidades sociales, ser una persona equilibrada, con capacidad de empatía, poseer esa sensibilidad humana para captar lo que le puede pasar a una persona y que no se escapen los detalles del sufrimiento, capacidad para sacar lo mejor de uno mismo y del otro. Con una dosis infinita de paciencia, capacidad de resistencia ante problemas como el estrés y capacidad para adaptarse a grupos diferentes… Hay que ser capaz de transmitir valores, tener una necesaria pedagogía de la calma que implica la escucha, dotes de comunicación, ser una persona simpática, un profesor que no sonría no alienta, ni es bueno, y que tenga autoridad, una característica moral que se gana diario. Pero por encima de todo, querer y amar al alumno. Estos referentes nos revelan la distancia del ser del deber ser en nuestro universo cultural y educativo nacional. A cuatro meses del retorno del PRI, observamos un barrido contundente de los pocos derechos sociales que aún se preservaban en la Constitución, producto de una Revolución que costó más de un millón de muertos, además de un control mediático casi total para intentar engañar a los mexicanos sobre la verdadera naturaleza de las lesivas reformas impuestas. La mal llamada reforma educativa se presenta como indispensable para mejorar la calidad de la enseñanza, cuando el único propósito es profundizar la privatización  y el lucro del capital para explotar la educación pública para que grandes empresarios nacionales y extranjeros; se engaña a los padres de familia haciéndoles creer que mejorará la educación de sus hijos y se presenta a los maestros, que tienen el valor de luchar, como revoltosos incompetentes que se niegan a ser evaluados. Si fuera verdad la intención de la calidad de la educación en la historia se registrarían esfuerzos en 100 años de revolución por invertir en infraestructura, equipos de enseñanza, espacios recreativos y deportivos, talleres, laboratorios, bibliotecas, telecomunicaciones, transporte escolar,  beca, internados, capacitación permanente a los maestros y directivos, comedores para mejorar la nutrición. Acabar con la vergüenza del hambre y una selección rigurosa de los mejores maestros para la educación básica e indígena. Abrir la participación a la educación y reducación de los padres y madres de familia. Que las escuelas tengan autonomía y un marco normativo y democrático donde participe la comunidad de padres de familia y el entorno cultural para perfilar sus proyectos con los mejores recursos humanos para atender la formación integral y la realidad de su entorno. Una educación de calidad en pocos años acabaría con el analfabetismo y en México aun es del 10%, un 50% de analfabetas puros y funcionales. Sería recomendable ver el sistema educativo finlandés, para entender cómo el gobierno mexicano está haciendo todo lo contrario de lo que debería hacer, si realmente quisiera mejorar la calidad educativa. Además, han aprobado una nueva ley de amparo, en la cual es improcedente ampararse contra reformas a la Constitución, resoluciones de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, de tribunales colegiados y de otras autoridades; es decir, quedamos indefensos ante los acuerdos cupulares de partidos, gobierno e influyentes empresarios privatizadores. México es cada vez más una dictadura en la cual se están cerrando los mecanismos legales e institucionales para defendernos de la férrea explotación a que nos están sometiendo, por la vía de precios altos, salarios bajos y cierre de oportunidades y derechos humanos esenciales como el trabajo, salud y educación. Los finlandeses escogen solo a los mejores alumnos para ser maestros, convencidos de que los mejores docentes deben situarse en los primeros años de la enseñanza. Hay que superar un proceso de selección muy exigente para acceder a los estudios universitarios para ser profesor.  Solo los estudiantes con mejores expedientes académicos y más elevadas calificaciones pueden plantearse ser profesores. La nota media del Bachillerato y de la revalidación debe superar el nueve sobre diez.   M.C. Héctor Ramón González Cuéllar es Académico del Instituto Tecnológico de Tijuana Correo electrónico: vistahermosa-ac@gmail.com

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