En disputa el último bien de los empleados del STIC La consideran “la mejor esquina de Mexicali”. Ahí confluyen la avenida Justo Sierra y la Reforma; durante años alojó al viejo edificio del Bol-Stic; después sería la sede de la discoteca más importante de la capital, El Fórum. Había un bar, el Guinnes Récord –antes Los Candados– y fue el primer salón de boliche en la ciudad, en su tiempo, el de mayor lujo, el de caché, el de moda. Lo fuerte era el salón de baile, el llamado Salón Los Globos, con un mezzanine, la pista y un escenario para espectáculos por donde desfilaron miles de historias de los jóvenes setenteros –graduaciones, quinceañeras, bodas o el simple fin de semana–, luego con la fiebre de la música disco el Fórum atrajo los fines de semana visitantes del Valle Imperial y de toda la zona conurbada de la ciudad capital. Otra parte era el Salón Rosa y lo completaba el boliche. Pero desde hace dos semanas el edificio del Bol-Stic, la estampa de la esquina de Justo Sierra y Reforma, desapareció. Primero máquinas y hombres derrumbaron paredes, dejando un grotesco cascaron de hormigón amarrado por varillas, trabes, el esqueleto metálico. Luego la maquinaria no dejó ni eso. Limpio quedó el espacio de mil 23 metros cuadrados, listo para lo que sigue. En el lugar ya iniciaron los trabajos para construir un restaurante –aparentemente de una franquicia–, pero el terreno le fue vendido a la Constructora Cadena, quienes a su vez lo rentaron a los restauranteros internacionales. De acuerdo al dirigente –virtualmente es el único que queda– del Sindicato de Trabajadores de la Industria Cinematográfica, Benigno Cázarez Alarcón, la transacción se concretó por 6 millones y medio de pesos, pagaderos en seis meses. “Eran puros problemas eso de la rentada”, expone Benigno, en función de lo sucedido durante los últimos años donde al menos en dos ocasiones se tuvo que recurrir a procesos judiciales para desalojar a los morosos ocupantes, algunos desaparecidos con deudas de varios millones de pesos. Ahora un grupo de ex empleados cinematográficos, jubilados e indemnizados desde hace 18 años reclaman el pago que les corresponde por la venta del inmueble, propiedad del sindicato del que ellos fueron miembros y donde de sus cuotas aportadas semanalmente se apoyó la construcción del inmueble, ahora derruido. Sobre todo ahora que muchos de ellos ya están viejos y algunos, en situación económica muy deplorable. Pero Benigno se defiende, asegura que a ellos ya se les pagó una parte junto con su indemnización, que además se les han estado aportando en cantidades –no dice a quiénes ni cuánto– y refiere que a algunos de los que ahora lo incriminan no los vio durante años, que apenas los está conociendo ahora que le reclaman el dinero. A su vez los ex empleados cinematográficos adelantan que preparan una demanda penal contra el dirigente. Entre las historias del inmueble una reciente tiene que ver con un personaje ligado al cártel Arrellano Félix, quien les rentó el local para formar El Fórum desde 1992 pero tres años después dejó de pagar los diez mil pesos que le cobraban mensualmente y después de varios pleitos –algunos verbales, otros legales– finalmente le quitaron el inmueble hasta el 2002. Luego lo rentaron nuevamente y en el 2007 tuvieron que recurrir a la vía legal para recuperar el edificio, al que incluso le abrieron un boquete para implementar un estacionamiento. “Estaba salado el lugar”, insiste Benigno para quien la opción de venta fue la única viable ante lo sucedido con las rentas en años anteriores. Nada informan El Sindicato de Trabajadores de la Industria Cinematográfica Similares y Conexos de la República Mexicana –adherido a la CTM– fue uno de los más importantes del país, aglutinaba a los trabajadores de los cines –operadores, boleteros, acomodadores, guardias. En Mexicali la sección 11 llegó a contar a cerca de 200 miembros, Celedonio Apodaca, diputado constituyente fue dirigente de la sección, y hasta tuvieron un cine propio, el Tepeyac, ubicado en pleno centro de Mexicali. El edificio del STIC –con boliche, bar y salón de baile– fue inaugurado en 1964 en la céntrica esquina a una cuadra de la Avenida Internacional, en un predio de mil 23 metros cuadrados obtenido por Permuta de Bienes con el Gobierno Federal en una operación concretada el 13 de noviembre de 1962. El Stic cedió a cambio el predio ubicado a espaldas, por la avenida Madero y el gobierno les dio el terreno del lado de la Reforma. “El edificio se construyó con nuestras cuotas, nosotros aportamos para su construcción un sueldo por semana”, dice una de las mujeres que fue integrante del sindicato. Pero lo que antes fueron repletas salas cinematográficas –Variedades. Reforma, Bujazán, Cali, Curto, Mexicali, Lux– los grandes cines de la época, en los 80s les llegó la crisis junto con el boom de las videocaseteras y la posibilidad del cine en casa. Los grandes edificios se quedaron vacíos y, a mediados de los 90s, los empleados cinematógrafos fueron indemnizados y jubilados. Ahora reclaman su parte por la venta del inmueble. Cuestionan cómo solo a algunos de los 40 ex trabajadores Benigno les ha aportado pequeñas cantidades, pero sin claridad en los montos, o en la lista de “beneficiados”. Señalan que les oculta el monto de la venta y el nombre del comprador. Aparte que hay un grupo de viudas las cuales hasta el momento no han recibido ningún beneficio. “Él tiene como 12, 14 años de secretario general, pero solo, solo, él ha estado jineteando el edificio, lo rentaba, agarraba el dinero, nunca reportó nada”. Ante la falta de información y la ausencia del pago equitativo, los ex trabajadores adelantan que preparan una demanda legal ante las instancias correspondientes. “Él no es el dueño del edificio, es el que menos derecho tiene para vender, es el que menos aportó, es el que entró al último. Él entro en 1969 y en 1972 se quitó la cuota que dábamos para el edificio”. La propiedad del edificio De acuerdo al abogado y especialista en temas laborales Luis Alfonso Vargas, los bienes son del sindicato, el cual es una persona jurídica porque tiene el registro sindical que le otorgó la autoridad correspondiente y tiene un representante. “Como persona moral tiene patrimonio y puede poseer bienes. ¿Quién es el sindicato? –se pregunta y él mismo responde– Los miembros del sindicato. ¿Quién es el dueño de los bienes? El sindicato como tal. “En relación a los bienes, ahí tienen que ajustarse a lo que dice el estatuto”, explica el abogado laboral, mencionando que en este caso sí se trata de un gremio nacional y habría que ver en los documentos quién puede disponer del patrimonio sindical. “Si el estatuto se lo autoriza sí puede vender los bienes del sindicato”, refiere el abogado laboral aunque aclara que en caso de venta ese dinero es del sindicato, no del dirigente. “Lo legal es que si se vendió que se reparta, que haya reparto de utilidades. Los trabajadores fueron los que hicieron el edificio”, sostiene por su parte el ex dirigente de la CTM en Mexicali Ramón Aguilera Reyes, quien asegura que el STIC fue uno de los sindicatos más fuertes a nivel estatal. “Siendo decente, Benigno tiene que convocar a los viejitos que queden para dar cuentas de lo que se vendió, y les tocan de a tantos…”, expone Aguilera. Cauteloso Benigno Cázarez se muestra cauteloso, titubea para dar el nombre de la empresa a la que le vendieron el inmueble del sindicato, asegura que fue un trato por 6 millones 345 mil pesos pagaderos en seis meses y refiere que ha entregado dinero a algunos de los ex trabajadores. Lo que sí asegura es que durante años ha tenido muchísimos problemas relacionados con la administración y renta del edificio. “El edificio ya no servía, después del terremoto las estructuras se dañaron bastante. Era un edificio de casi 50 años”, sostiene el líder de un sindicato inexistente, quien asegura que el comprador solo adquirió el terreno, no el edificio. Benigno titubea para dar el nombre del comprador, pero finalmente refiere que se trata “de una inmobiliaria”, en alusión a Inmobiliaria Cadena, propiedad del actual presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción en Mexicali, Efrén Cadena. “Todo se hizo por medio del Comité Nacional, yo no tenía facultades para hacerlo”, explica Benigno en relación a la compraventa y añade “hay gente que ya se le dio su parte, yo tengo todos esos documentos. En su momento, ya con el abogado se va a hacer todo eso…Hay muchos que recibieron”. Dice además que a una treintena de los ex trabajadores se les ha entregado dinero. “Cada pago yo le estoy dando a la gente, a la más vieja”. Pero al preguntarle sobre la cantidad que se les ha entregado a cada uno y los criterios para la repartición refiere “No tengo ahorita una cantidad exacta de darles…”. Según datos de catastro municipal el terreno esta regularizado con el pago de predial –lo tasan a 32 mil 997 pesos anuales– y tiene un valor catastral de 3 millones 283 mil pesos, aunque el valor real es mucho mayor. Otros datos extraoficiales anotan que Impulsora Cadena rentará a su vez el terreno a una franquicia de restaurantes y que la transacción fue muy por arriba de los 6.5 millones de pesos, sobre todo por la magnífica ubicación de la propiedad. El Fórum y los Arellano Félix A mediados del 2002 y tras un pleito legal el edificio del Fórum fue devuelto al Stic después de un largo y ríspido enfrentamiento entre Benigno Cázarez y el posesionario, Carlos Ernesto Báez Félix, quien lo había rentado desde 1992 para poner en acción la Discoteca Fórum. Pero en 1995 dejó de pagar los 10 mil pesos mensuales, aparte de que Báez Félix se portaba déspota y grosero con el líder del sindicato ya en extinción. Pero de acuerdo a una versión aportada por un testigo protegido de la PGR –detenido en noviembre del 2001, era el escolta de Gilberto Higuera, ahora extraditado en Estados Unidos– Báez tenía trato con el Cártel Arellano Félix y un grupo de colombianos lo señalaba por deberles cerca de 3 millones de dólares de droga y el Gil y su gente lo secuestraron durante varias semanas. Le llamaban “el licenciado de la corbata” y tenía residencia en el fraccionamiento Villa fontana de Mexicali. También mencionan cómo en varias ocasiones utilizaban el edificio de El Fórum para reuniones y acuerdos. Después del secuestro-retención de Báez éste le insistió que así no les podía pagar, por lo que propuso intercambiar su detención por su hermano, cambio que realizaron precisamente en las instalaciones del Fórum. La renta del inmueble la habían concretado a través de una empresa denominada Operadora de Discotecas S.A. de C.V., la cual Báez la adquirió de la familia Eguía Tonella. El 11 de diciembre de 1992 se registró un aumento de capital con socios –aparte de Báez Félix– integrándose Magdalena Juvera Herrera y María de los Ángeles Cerecer. Pero el 22 de enero de 1998 crearon otra sociedad, Promotora Fórum S. de R.L., en la cual figuraban solamente Juvera y Cerecer y se convirtieron en subarrendadoras, aunque al STIC nada le pagaban aparte que existía un juicio legal por desalojo. Finalmente Báez Feliz desapareció del mapa y el STIC pudo recuperar el inmueble. Pero en 1997 nuevamente tuvieron que interponer una querella contra Adolfo Peña Espinoza –el nuevo arrendador–, quien también se negaba a pagar. La situación hizo crisis cuando gente de Benigno se dio cuenta de que en una de las paredes del edificio trabajadores abrían un boquete para implementar un estacionamiento. La demanda fue interpuesta el 26 de enero del 2007 contra Adolfo Pérez Espinoza, quien finalmente tuvo que desocupar el edificio.