El próximo 19 de febrero se conmemora el Día del Ejército. En estas fechas se conmemoran 100 años de la traición del Ejército, página negra de la historia de la Patria, como es el inicio de “la decena trágica”. Ciudadanos: Es hora de poner las cosas en orden, de decir verdades aunque nos duelan. Si bien el 9 de febrero de 1913 el Presidente Francisco I. Madero tuvo el apoyo de los cadetes del H. Colegio Militar, con aquella histórica marcha de la lealtad, días después la traición se manifestó por quienes tenían que obedecer, proteger, resguardar y respetar al C. Presidente de la República y al Vicepresidente D. José María Pino Suárez, misma que la legislatura de diputados y senadores (hubo una legislatura huertista al vapor), por miedo aceptaron la renuncia arrancada con ilegalidad y fuerza, salvo algunos valientes que se opusieron , como los héroes: Serapio Rendón, D. Belisario Domínguez (que fueron asesinados), el periodista Solón Arguellos, entre otros. Cuatro días después, se consumó el holocausto del rito azteca de “huichilobos”, nubarrón y sombra negra que aún pesa sobre la historia patria a 100 años de distancia. Mexicanos: Mis maestros de primaria (sindicalizados) me “ensenaron” falsedades respecto al Día del Ejército. Debe quedar en claro lo que ocurrió: El 25 Regimiento de Caballería, acantonado en Saltillo, Coahuila, comandado por el Teniente Coronel Luis G. Garfias y auxiliado por el Capitán Primero de Artillería Jacinto B Treviño, fue notificado por el traidor General Victoriano Huerta que había desconocido la autoridad del Señor Madero. El pundonoroso militar respondió que no reconocía más autoridad que la del señor Madero (esta fue la única corporación militar que no reconoció al cuartelazo del traidor), uniéndose al Plan de Guadalupe del Gobernador de Coahuila D. Venustiano Carranza, siendo el nacimiento del Ejército Constitucionalista. Conciudadanos: Esto merece que se publique, que se diga lo que se nos había ocultado por tanto tiempo. Antes se nos llevaba al cuartel el 19 de febrero y se nos decía que era el Día del Ejército, porque un soldada llamado Damián Carmona, estando de centinela cuando cayó una granada gritó “cabo de cuartos, estoy desarmado”, ocultándonos por mala fe o ignorancia el verdadero motivo del Día del Ejército. Lo que sí sé es que la verdad fue ocultada. Hoy nuestro Ejército cumple cabalmente, alfabetiza, es más, hace labores de ayuda a la población, nos protege contra los malandros, ya no se roba las ánforas electorales como en Baja California en los años 1959 y 1968 y en Yucatán en 1969, ya no hay más tlatelolcos. Hoy sentimos un reflejo de seguridad y orgullo cuando los vemos desfilar o patrullar las calles, cambió su actuación para el bien de la Patria. México salió ganando. Decía el Maestro José Vasconcelos… “¡y todavía cuando México se decida a corregir sus pavoroso yerros, tendrá que tomar el hilo de la Patria-regeneración en el punto en que lo dejó Madero!” Miguel Fernández Ortega Correo:mfernandezorteg@hotmail.com
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