Para algunos críticos, los festivales de música son reflejo de la escena musical que los rodea, y no un acomodo de piezas del tablero de ajedrez en que se representa la industria discográfica. Al menos las más grandes reuniones musicales de la región, como el Coachella Valley Music and Arts Festival en Indio, California, o el Encuentro Iberoamericano de Cultura Musical “Vive Latino” en la Ciudad de México, sí han sabido reflejar las tendencias sonoras y las bandas emergentes. Por su pasado, presente y futuro, Coachella y Vive Latino han resultado una plataforma perfecta para algunas agrupaciones que hoy encabezan diversos movimientos de rock, hip-hop, alternativo, indie y música electrónica; y a su vez, ha sido enriquecedor para los públicos que han ganado mucho en materia de cultura musical, otorgando mayor acceso a las distintas vertientes musicales, creando así un patrimonio auditivo y valioso que alimenta el alma. “A mí me tocó presentarme en Coachella y Vive Latino desde sus y mis inicios. En Coachella estuvimos en 2001, y ya imponía. Había grandes escenarios, tenía varias bandas, pero ahorita se ha convertido en un monstruo. Tocan todos los grupos que te puedas imaginar. En Vive Latino también estuvimos desde el inicio, hemos tocado como siete u ocho veces en él. Nos tocó presentarnos en un tráiler con bocinas y como 600 personas bailando en nuestra área, pero compartimos cartel con Café Tacvba y otros grupos, de repente creció tanto que en marzo podrás ver bandas como Blur y Morrissey, y los más grandes grupos latinos”, precisó Pepe Mogt (Fussible), miembro del Colectivo Nortec. En entrevista con ZETA, el norteco explicó desde su percepción que la diferencia entre Coachella y Vive Latino va más allá de un terreno donde se haga camping y el otro en un estadio con campos de futbol, pues mientras en Coachella y en festivales estadounidenses y europeos, las bandas pequeñas son las latinas, en Vive Latino se ensalza el movimiento latinoamericano, pero también recoge carácter internacional al incluir en su cartel bandas de diferentes países. “Solo grandes nombres como Caifanes, Café Tacvba y Los Fabulosos Cadillacs, pueden ser bandas principales en Coachella”, apuntó Mogt, quien desde su orientación por la música electrónica considera que Coachella juega a lo grande al invitar y desarrollar bandas independientes y aquellas que resurgen. “Me impresiona la organización del Vive Latino, escenarios chicos y grandes con una súper logística, en ambos se presentan muchísimas bandas. Es un buffet musical, tú te sirves en el plato lo que quieres escuchar, lo único diferente entre Coachella y Vive Latino es el enfoque, por ejemplo el ‘Vive’ trabaja con las bandas emergentes de Latinoamérica. Se vuelve una carta de presentación porque después de tocar muchos promotores quieren contratarte, eso es seguro, por eso mucha gente del continente quiere tocar en él. Son dos festivales que pesan”, argumentó el impulsor del tema “Tijuana Makes Me Happy”. Por su parte, Enrique Von Borstel, director de Producciones Bulldog, relató que el festival Lollapalooza inició como un concierto de la radio que capitalizó el momento de los Red Hot Chili Peppers y Jane’s Addiction: “De alguna manera fue complementar un mercado que ellos mismos habían creado, la misma temática y música. El problema fue cuando quisieron hacerlo en una gira, perdían dinero en algunos tours, y ganaban en otros; de manera que tuvieron que visitar únicamente mercados comprobados”, precisó. “A mí tocó vivir de cerca el Lollapalooza, Warped Tour y Watcha Tour cuando vino Molotov, Aterciopelados, Café Tacvba y Enanitos Verdes. Se quiso copiar el formato de gira al Warped Tour, esos dos fueron catalizadores para crear en la región el Tía Juana Music Festival, con actividades deportivas, área de música electrónica, exposiciones y un cruce de oportunidades; lamentablemente cometimos errores que nos desmotivaron, pero está en la mente la idea de revivirlo”, comentó Von Borstel respecto a los festivales surgidos en la región, para agregar: “Lo que veo es una tendencia muy grande a desarrollar festivales como Coachella y Vive Latino. Estoy sorprendido del nivel de producción de ambos, sobre todo porque son punta de lanza para presentar proyectos nuevos, innovar con reuniones no esperadas, programación de espacios, y ser plataforma para que los grupos crezcan rápido”. CRECIMIENTO Y MADUREZ No cabe duda que el desarrollo de ambos festivales ha marcado pautas en el movimiento de la música, su crecimiento ha sido determinado por la demanda de la misma: “El que Vive Latino haya pasado de dos a tres, y luego a cuatro días; y que Coachella repita la alineación dos fines de semana seguidos, no es otra cosa más que el reflejo de que la gente quiere más música, quiere que éstos se conviertan en mega festivales muy parecidos a los festivales europeos, que es para donde apuntan, encuentros musicales gigantísimos</em>, de varios días, que la gente se va a acampar. Digamos que quieren convertirse en el Glastonbury de América”, precisó Pepe Mogt, músico tijuanense que ha sabido representar la avanzada sonora de Baja California, impulsar la tecnología en la música y crecer de la mano de los reconocidos festivales musicales. Por un lado, por segundo año consecutivo, Coachella abrirá sus puertas en Indio, California a dos fines de semana con la misma alineación. Según lo programado, será del 12 al 14 de abril, luego del 19 al 21 del mismo mes; mientras que Vive Latino se ofertará con cuatro días (14 al 17 de marzo) para disfrutar de la música, ambos abriendo un mundo de posibilidades sonoras, arte y cultura; como exposiciones plásticas y espacios para el séptimo arte en el caso del Vive Latino, a través del proyecto cinematográfico Ambulante, con el que se promueven documentales enfocados a la música. “Considero que Coachella ha crecido más que Vive Latino en el tema de diversidad de públicos, pero Vive Latino convoca más personas, sin embargo, yo que he tocado en varios festivales europeos, puedo decir que ambos apuntan hacia allá, a tener mayor capacidad y a madurar en grande”, destacó Mogt Cabe resaltar que la empresa de entretenimiento OCESA, organiza Vive Latino de forma integral, ya que a la par del festival ha desarrollado su propia industria discográfica por medio de la agencia artística Ocesa Seitrack (http://seitrack.com.mx/), con la que logra la distribución de música, promoción, venta de conciertos, management y mercancía de distintos grupos de la escena mexicana e internacional, logrando el negocio redondo al inyectar nuevas estrategias para promover la música independiente en el país. Por su parte, Coachella se ha dedicado plenamente a reintegrar agrupaciones como Siouxsie and the Banshees (2002), Iggy Pop (2003), The Pixies (2004), Bauhaus (2005), The Jesus and Mary Chain y Rage Against the Machine (2007), The Verve y Portishead (2008), My Bloody Valentine y Throbbing Gristle (2009); Faith No More y Pavement (2010), Big Audio Dynamite (2011), y At the Drive-In, y Pulp (2012). Además de presentar ediciones de Coachella en el mar, sobre un crucero en Bahamas y Jamaica, al mismo tiempo que Vive Latino pudo concebir dos ediciones en Chile y juntar bandas como Los Fabulosos Cadillacs y Caifanes, por mencionar algunas. EL ESCENARIO DE 2013 De acuerdo al portal del Vive Latino, en esta edición destaca la presentación del músico inglés Morrissey (quien logró la fama con el grupo The Smiths) el jueves 14 de marzo, acompañado por grupos como Enjambre; el viernes se subraya la presencia de agrupaciones como Bengala, Here Comes the Kraken, el bajacaliforniano Juan Cirerol, Los Amigos Invisibles, Los Auténticos Decadentes, la reintegración de Porter (banda jalisciense que creció en una y otra edición de dicho festival); además de la reunión de Radio Kaos y la presentación de Yeah Yeah Yeahs. El sábado 16 de marzo será especial para la bajacaliforniana Carla Morrison, quien se presentará por segundo año consecutivo, afianzando la proyección de su último disco y consagrando su novel carrera artística; a la par de Blur, División Minúscula, El Tri, Fobia, La Mala Rodríguez, Panteón Rococó y Sussie 4. Mientras que el domingo 17, el público se deleitará con Bomba Stereo de Colombia, Celso Piña, los uruguayos Cuarteto de Nos, el chileno Gepe, Los Fabulosos Cadillacs, Nortec Collective: Bostich + Fussible y los españoles Ska-P, entre muchos otros, como los más recientes agregados a la lista: Cultura Profética, Dildo, Los Ángeles Azules, Pato Machete, el español Xoel López, los estadounidenses Red Oblivion y la cantante mexicana Natalia Lafourcade con su proyecto más reciente, en el que rinde tributo al compositor mexicano Agustín Lara. Del lado de Coachella el cartel luce alentador si mencionamos la presencia de Red Hot Chili Peppers, Phoenix, Band of Horses, The Postal Service, Bat for Lashes, Allen Stone, Yeah Yeah Yeahs, Alt-J, Blur, Café Tacvba, Dead Can Dance, Descendents, Sigur Rós, Paul Oakenfold, DIIV, New Order, Dropkick Murphys, Franz Ferdinand, The Stone Roses, Grizzly Bear, Infected Mushroom, Vampire Weekend, James McCartney, Savages, Kids These Days, Kill the Noise, Knife Party, Metric, Mimosa, Modest Mouse, 3Ball MTY, Social Distortion, Tokyo Ska Paradise Orchestra, un DJ set de Moby, entre muchos otros que llenarán los escenarios de dos fines de semana de abril. RESUCITA LOLLAPALOOZA EN LATINOAMÉRICA Quien no se ha dormido en sus laureles es el festival Lollapalooza, que realiza sus ediciones en Chicago, Illinois, cuya edición 2013 se realizará del 2 al 4 de agosto, pero ya tiene todo listo para sus versiones chilena (www.lollapaloozacl.com) y brasileña (www.lollapaloozabr.com), que simultáneamente se llevará a cabo del 29 al 31 de marzo con la presentación de Pearl Jam, The Black Keys, A Perfect Circle, The Hives, Franz Ferdinand, Deadmau5, The Killers, Queens of the Stone Age, Two Door Cinema Club, Steve Aoki, el rapero Nas; Amadou & Mariam, Crystal Castles, Foals, Los Tres, Chancho en Piedra, Carla Morrison, Dread Mar I y los colombianos de Resina Lala, más 40 agrupaciones. Lollapalloza inició como una plataforma fija e itinerante en Estados Unidos y Canadá, ofreciendo performances de rock alternativo, grunge, rap, punk, rock, electrónica, actuaciones cómicas y de danza. Fue organizado en 1991 por el cantante Perry Farrell, de Jane’s Addiction, y se realizó de manera anual hasta 1997. Revivió en 2005 para consagrarse en Chicago, con 70 actos en cinco escenarios, para extenderse a Latinoamérica e Israel (Tel Aviv) como un vehículo estacionado para difundir la música alternativa, no como en la época de los 90s, cuando las presentaciones de Nine Inch Nails, Jim Rose Circus, Smashing Pumpkins, The Prodigy, Red Hot Chili Peppers, Cypress Hill, Rage Against the Machine, Moby y The Mighty Mighty Bosstones, por citar algunos. Para el periodista musical Rafael Tablado, quien trabajó como representante de artistas internacionales, organizó eventos y actualmente es desarrollador de contenidos y director del portal www.cantorpistola.com, los esfuerzos que se han hecho en los tres festivales en mención son muy buenos y diferentes. Por un lado, cree que por su calidad, Coachella rebasó el nombre de los artistas (se vende sin anunciar el cartel), Lollapalooza supo resucitar y consagrarse fuera de su territorio, mientras que Vive Latino representa un llamado a la integración de las culturas emergentes en Latinoamérica. Coachella y Vive Latino han hecho alianzas para traer grupos europeos, realizar los proyectos en épocas en las que no hay lluvias en la capital mexicana y el calor es soportable en California. “Coachella se hace en un oasis en el desierto, es el más famoso y se vende por completo sin anunciar grupos. Lollapalooza fue itinerante, pero lo resucitaron con la visión de empujarlo internacionalmente. Es gracias a este tipo de festivales que hoy podemos hablar de la quinta gira de Morrissey por Latinoamérica, y ya bostezamos, pero hace veinte o quince años que fue el primer Vive Latino, no sucedía. Lo que me parece relevante es que están haciendo universalidad de la música; Café Tacvba van al Coachella, y Morrissey al Vive Latino por ejemplo”, señaló. “Se trata de una evolución, de ejercicios de error y corrección. Vive Latino evoluciona conforme a los gustos del público, la capacidad de viajar de los mexicanos y cómo se ‘metamorfean’ los gustos. Independientemente del negocio, con estos tres festivales importantes se enriquece la experiencia humana y la oferta año con año. El rock es la actitud de los festivales, creo que no es factible llevar Vive Latino de gira, no es rentable en México, y para ejemplo el Lollapalooza, de itinerante quedó fijo en Chicago, y ahora tiene nuevas sedes en otros países”, concluyó Tablado. Sea la oferta que a Usted le parezca la mejor, opciones hay para disfrutar lo que jamás será reemplazado por la tecnología, la ejecución e interpretación de música en vivo.