Todo parece pintar que nos vamos nuevamente a otro vertiginoso y fallido sexenio, que se está viendo desde su arranque de este feble gobierno de EPN. Solo y sencillamente, basta para darnos cuenta en el aumento de elementos contratados para salvaguardar la seguridad de este país no es más que un indicativo de que la logística (porque tiene que existir una) y prácticas que se están utilizando, no han sido las propicias, que nos muestren que las cifras de la delincuencia den luces de amortiguamiento. Este mal cancerígeno que nos viene azotando ya por varias décadas, nos ha hecho que nos auto-etiquetemos internacionalmente como un icono de país, donde los poderosos cárteles de las drogas continúan igual de fuertes y organizados, así nos lo hacen ver sus profusas estelas de muerte que van dejando a lo largo y ancho de este país. Los que votaron y los que no votamos por este presidente, deseamos ver, que nos demuestre su buena voluntad y amor por este gran país. País donde aquí viven nuestros hijos y los hijos de él. Deseamos que no solo sea otra figura más de otro presidente que la historia lo recuerde como “ni pena ni gloria.” Que no siga el patrón de los últimos cinco presidentes, que los recordamos como unos inútiles y otros nefastos y perversos, que se dedicaron más que nada a ver por sus propios intereses. Un presidente que rompa con todo lazo de compromiso contraído, con sus ahora acreedores que de seguro han de estar ludiéndose las manos por la inversión que hicieron y que ahora esperan sentados con hartas ganas sus frutos. Que les dé un “pinochetazo light”. Queremos un presidente que tenga las agallas, para que ni siquiera una semilla de marihuana se comercialice si así lo ordena. Le recordamos y que se acuerde, de solo uno de los tres compromisos que firmó ante un Notario Público, dizque para lograr un “gobierno honesto” al crear una Comisión Nacional Anticorrupción, una comisión autónoma de denuncias ciudadanas. Que de antemano sabemos que no está descubriendo el hilo negro, ya que las denuncias ciudadanas se han venido dando en aumento gracias en parte a las campañas publicitarias existentes del sexenio pasado del becado no querido en Harvard, donde se exhorta a la delación y que gracias a estas llamadas, se han asestado buenos y grandes decomisos y más por la SEDENA. Empezamos pues, viendo un gobierno levísimo en este delicado tema que es la inseguridad, cuando en realidad a falta de nuevas estrategias que verdaderamente impacten en los resultados estimados, debería esta nueva administración por empezar a limpiar nuestra propia casa, infectada hasta el tuétano por la corrupción en lugar de andar saturándonos día y noche con sus campañas publicitarias como esta última que en lo personal la encuentro indignante, burlesca y ofensiva, que la bautizaron “Cruzada Contra el Hambre”. ¡Ja!, como si los tarahumaras desayunaran, comieran y cenaran, solo por temporadas, cuando es sabido que esta pobre y fregada etnia (amén de las otras muchas más) tienen toda su vida padeciendo las más infames inopia, sin conocer aun de las más básicas necesidades; estandarizar permanentemente esta campaña de asistencia humanitaria sin tener que estar recurriendo al pueblo mexicano para que cooperemos en ayudarlos. Para la gran mayoría de los mexicanos pensantes (cosa que no les agrada a los gobiernos) les exigimos que lo que están haciendo y han hecho, no haya servido de nada, con sus leyes y reformas. Agarren de ejemplo otros países donde sí han sabido no tanto erradicar este mal, pero sí bajarlo a estadísticas grafícales en lugar de darnos resultados efímeros y dejar de seguir haciendo esos viajes dizque para traer nuevas inversiones y que le cuestan millones al erario público. Dejen de seguir siendo candil de la calle y obscuridad de la casa. Jorge Rosas Correo: jorgerosas57@live.com.mx
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