Abusos en El Hongo II

Custodios de El Hongo II denuncian abusos y arbitrariedades de parte del director y del comandante del penal de mediana seguridad. Los afectados consideran que no solo violentan sus garantías como trabajadores, sino que también se pone en riesgo su salud y su integridad física. Cambios repentinos de centros de trabajo y de horarios laborales, arrestos disciplinarios arbitrarios y negligencias administrativas en el manejo de mujeres embarazadas fueron denunciados a ZETA. En respuesta a las acusaciones, el subsecretario del Sistema Estatal Penitenciario, Jesús Héctor Grijalva Tapia, aseguró que todas las decisiones de los mandos a su cargo son procedentes y plenamente justificadas, y expuso que los custodios “son policías y se manejan en atención a las necesidades del servicio”.   La muerte de Tamico Meléndez Tamico Meléndez Vargas trabajaba como custodio en el penal El Hongo II. Originario y residente de Ensenada se trasladaba en auto hasta su empleo en las afueras del municipio de Tecate junto con dos de sus colegas para ahorrar en transporte. Cuando recién fueron contratados hacían el viaje dos veces por semana, ya que trabajaban 24 horas seguidas y descansaban 48, pero sus horarios fueron cambiados por órdenes de sus superiores y les asignaron ocho horas diarias seis días por semana. Era raro que trabajaran solo lo establecido en su jornada, pero no recibían pago adicional por las horas extra. Todos los días salían exhaustos, aun así tenían que presentarse al día siguiente dispuestos y disciplinados. Órdenes son órdenes. Pero la mañana del 10 de enero perdieron el control del auto en el que viajaban y Tamico, quien dormía en el asiento trasero del vehículo sin su cinturón de seguridad abrochado, estrelló el vidrio trasero y salió volando, cayó sobre la carretera y murió del impacto. Faltaba un día para que Tamico Meléndez Vargas cumpliera los 27 años de edad cuando perdió la vida. Era padre de dos hijos: una niña de cinco años y un niño de siete. Le sobrevive también su esposa y su mamá Alejandra Vargas. El día del funeral la Madre de Tamico recibió las condolencias de parte del director del penal, José Armando López Rosas, en ese momento aprovechó para pedir que regresaran los turnos laborales que habían acordado cuando fueron contratados. “No solo es mi hijo, son varios a los que les cambiaron sus horarios y son varios los accidentes que han tenido por el cansancio por lo que conlleva ir y venir diario”. Doña Alejandra tiene razón, en agosto de 2011 una mujer custodia de El Hongo falleció en un accidente automovilístico en la carretera Ensenada-Tecate. Medios locales documentaron tres choques fatales de custodios del mismo penal durante ese año. En 2010 falleció otro custodio y siete personas más resultaron heridas en un accidente a la altura del kilómetro 68 de la carretera La Rumorosa-El Hongo. La muerte de Tamico impactó a sus compañeros de trabajo y desencadenó una serie de denuncias exigiendo que regresen los antiguos turnos de “24 por 48”, pero también reclamando el cese de lo que consideran “abusos” de los directivos del Penal. Custodios de El Hongo II acudieron a ZETA, denunciaron lo que ellos consideran una actuación anticonstitucional de sus superiores comenzando con José Armando López Rosas, director del penal, así como de Rafael Castro López y Anselmo Cárdenas Torres, comandante y subcomandante del centro penitenciario. La inconformidad de los celadores comienza con los cambios en sus horarios de trabajo, ya que fueron contratados bajo el esquema de trabajo de “24 por 48” y no de ocho horas seis días a la semana, además que incrementa el riesgo de accidentes durante su traslado al penal y sus costos de traslado, da pie a que los obliguen a trabajar hasta cuatro horas extra sin contraprestación alguna. Los empleados penitenciarios pidieron que se les notifiquen por escrito los cambios de turno, explicando el motivo de la decisión y fundamentándola de acuerdo a lo establecido en la Ley Federal del Trabajo, en suplencia de la Ley de Servicio Civil, la cual no establece los lineamientos de este tipo de procedimientos administrativos. ZETA obtuvo copias de los documentos internos mediante los cuales los custodios son notificados de su cambio de turno, en ellos se les expone que sus cambios de horario se derivan de las “necesidades del servicio”. La mayoría de los custodios no había manifestado su inconformidad ante sus superiores por miedo a las represalias, explicaron los celadores denunciantes, y el incumplimiento de dicha orden resulta en la recesión de su contrato, algo que la mayoría de sus compañeros evita a toda costa. También exigieron que se respete su derecho a las vacaciones, uno de ellos ha intentado interponer su solicitud desde hace varios meses y le ha sido constantemente denegada. “Somos el único Hongo que no tiene vacaciones”, exclamó enfadado. El miedo a manifestar su inconformidad ante sus superiores jerárquicos impera en la mayoría de los compañeros, expusieron los custodios a ZETA, ya que frecuentemente son castigados con arrestos disciplinarios, los privan de su libertad una vez concluido su turno de trabajo. Los arrestos duran de cuatro hasta doce horas y no se les entregan documentos escritos que justifiquen la causa de dicha medida punitiva, lo cual consideran una práctica violatoria a sus derechos como trabajadores.   Más custodios denuncian Días después de la visita de los custodios inconformes, otros decidieron llamar a ZETA para manifestar su descontento ante la actuación de sus superiores jerárquicos. Un custodio que solicitó anonimato por miedo a represalias manifestó su inconformidad ante la reiterada negativa de sus jefes inmediatos a su solicitud de cambio de centro de trabajo, ya que reside en Tijuana, lugar donde laboró sus primeros siete años de servicio, pero hace dos años fue transferido al centro de readaptación social de Ensenada. Lo que quiere es que se le regrese a Tijuana, porque cuando firmó su cambio de comisión se le notificó que no se le apoyaría con los gastos de traslado a sus puestos de trabajo.