Tal cantidad es el número de personas que el jueves por la tarde habían respaldado la petición enviada a Drew Gilpin Faust, Presidente de la Universidad Harvard, y a David T. Ellwood, Rector de la Escuela de Gobierno John F. Kennedy en la Universidad Harvard, para que rescindan al ex Presidente Felipe Calderón la beca Angelopoulos para líderes globales que le fue entregada en dicha universidad. La petición a la que cualquier ciudadano del mundo se puede sumar, está en la página electrónica www.change.org, un sitio que recibe en su plataforma peticiones de 196 países para movimientos y denuncias diversas y que está a disposición de los ciudadanos para adherirse a cualquier propuesta social. De acuerdo al número de firmas electrónicas de respaldo a una propuesta o petición, de hecho el firmante debe dejar sus generales como muestra de apoyo a los preceptos, las peticiones logran salir de la Ley y convertirse en instrumentos sociales para el análisis, la iniciativa ciudadana o la iniciativa oficial y contribuir así a un cambio en el contexto social y las relaciones humanas. La petición para que los titulares de Harvard dejen sin el trabajo académico al ex presidente mexicano fue iniciada hace 29 días, lo que significa que diariamente más de mil personas han firmado para que a Calderón le sea retirada la beca. El llamado no fue hecho por razones personales, justifican en la petición digital: “Cien mil firmas: una por cada persona sacrificada durante la guerra insensata de Felipe Calderón”. La idea pues, es recabar ese número de apoyos para realizar una manifestación mayor. Los iniciadores del movimiento no entienden cómo la comunidad de Harvard ignora los cientos de miles de ejecutados en el sexenio de Calderón y los más de 25 mil desaparecidos en el mismo lapso. Sustentan su información en lo que los mexicanos todos observamos y atestiguamos los últimos años. Que a partir de la declaración de guerra del Presidente Calderón al crimen organizado, éste creció, se desarrolló, nacieron cárteles, bandas y células del crimen organizado. Que la corrupción en las instituciones procuradoras y administradoras de justicia fue tal, que los más poderosos narcos salvaron el enjuiciamiento y la cárcel, y los detractores de éstos terminaron tras las rejas. No entienden cómo una persona que encabezó un gobierno que solamente destacó por la inseguridad, el narcotráfico y la violencia, puede tener algo que enseñar a los estudiantes de la Escuela Kennedy en Harvard. De ahí el movimiento para recabar las cien mil firmas y hacer una manifestación mayor, social. En Harvard no han cedido a las presiones, y todo indica que no lo harán. Han justificado a partir del vocero de la Escuela Kennedy, que el ex presidente no dará clases a los alumnos, y que la beca es sólo por un año y a partir del pasado lunes 28 de enero. Que Calderón se limitará a dar conferencias y escribir las experiencias que obtuvo como presidente. Para Harvard lo que parece importar es la vivencia de Felipe Calderón en Los Pinos, y es evidente que no tienen interés en que imparta clases o cursos, sino que se dedique a platicar, compartir lo que vivió, responder preguntas y escribir detalles. El ex presidente pues, se enfrentará quizá a un rudo contrincante: los jóvenes estudiantes de Harvard que lo tendrán a la mano para responder cualquier pregunta que realicen, pues en la Universidad la libertad es el primer principio y la beca Angelopoulos pone a Calderón a disposición del estudiantado, no como maestro, sino como conferencista. Sin embargo los 35 mil 146 solicitantes no están solos. Los intelectuales mexicanos Javier Sicilia y Sergio Aguayo enviaron a las autoridades de Harvard no una, sino dos cartas, primero exponiendo las razones por las cuales no deberían haber otorgado la beca al ex presidente mexicano, y después no satisfechos con la respuesta de la Universidad, justificaron: “Lo que se discute intensamente es la responsabilidad que tuvo en la tragedia humanitaria causada por esa guerra: más de 60 mil muertes, al menos 25 mil personas desaparecidas, 260 mil desplazados, 18 mil migrantes secuestrados cada año, etcétera. Las principales organizaciones de derechos humanos del mundo (Amnistía Internacional, Freedom House, Human Rights Watch, etcétera) coinciden en que México vive una crisis humanitaria sin precedentes debida, en parte, a decisiones tomadas por el ex presidente Calderón, quien, incluso, tiene dos denuncias ante la Corte Penal Internacional. Sería injusto acusar a Felipe Calderón de haber ordenado la barbarie. Sí podemos asegurar que no respetó la dignidad de las víctimas, se desentendió de las consecuencias de sus políticas y evadió la responsabilidad de sus actos…”. Después de ahondar en el caso de los desaparecidos, los mexicanos solicitaron: “…respetuosa y formalmente que nos informe por escrito las razones que llevaron a la Kennedy School a incorporar a Felipe Calderón como integrante del Programa Global Angelopoulos de Líderes Públicos del John F. Kennedy School of Government de la Universidad de Harvard. Con base en la información aquí presentada no cumple con los criterios éticos de esta institución”. A esta misiva la universidad no ha respondido, mientras Calderón ya está siendo beneficiario de la beca, y las firmas de protesta en www.change.org se acumulan. Al final del día, la comunidad de Harvard no sabe lo que es vivir el día a día en México, ni lo que fue sentir, padecer, el último sexenio de Presidente panista, como también ignoran lo que es atestiguar el regreso del PRI. Es lo bueno para ellos que están lejos de México, ahora que escuchen al ex Presidente, empezarán un poco quizá, a comprendernos.