En la capital bajacaliforniana, el peligro bajo el subsuelo sigue latente, sobre todo con la temporada de lluvias que se avecina. De hecho el jueves 13 de diciembre de 2012, la Secretaría de Infraestructura y Desarrollo Urbano emitió una alerta para que los vecinos del Dren 134 “desocupen todo el derecho de vía”. Esa misma noche, ante la llegada de las primeras lluvias invernales, se ordenó el cierre de varias calles aledañas, primordialmente en la parte sur de la colonia Cuauhtémoc. El Dren 134 es un colector pluvial –originalmente un dren agrícola- embovedado en los años setenta, el cual atraviesa medio Mexicali, desde el Periférico Oriente, cerca del CETYS, hacia la colonia Alamitos; siguiendo por la Cuauhtémoc Sur, pasando por la Justo Sierra hacia la Burócrata, bordeando la Plaza Cachanilla y bajo la vialidad W Stone, hasta llegar al Río Nuevo. Mide cerca de ocho kilómetros de largo. El problema no es solo el evidente deterioro de gran parte de la bóveda, sino que sobre el lomo del colector, los vecinos se “apropiaron” de toda esa área que necesariamente tiene derecho de vía. Ahora, 40 años después del embovedado, por encima del Dren 134 han construido escuelas, oficinas, negocios y, en los casos domésticos, han ampliado su patio trasero de 5 a 6 metros en ambos lados. El aviso más fuerte tuvo lugar en julio de 2012, con las lluvias que azotaron Mexicali -cerca de 18 milímetros por metro cuadrado, mucho menos de los 50 milímetros esperados-, y que la noche del día 31 de ese mes, provocaron el ruidoso desplome de parte de la bóveda del colector, abriendo un socavón de más de 20 metros de largo en la colonia Cuauhtémoc, entre Río Culiacán y Río Mocorito. A una cuadra de distancia, en octubre de 2012 se abrió otro gran hoyo en la tierra, esta vez a una cuadra de distancia del anterior, hacia la Río San Lorenzo. Antes, en enero de ese año, en la colonia Burócratas -Plateros y J-, se abrió otro hueco sobre el pavimento, quedando atrapado un trascabo de la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Mexicali (CESPM). Lo repararon y, nuevamente, en julio se abrió la tierra. De acuerdo a datos de la Secretaría de Infraestructura y Desarrollo Urbano del Estado (SIDUE), 266 predios están asentados sobre el derecho de vía, y cientos de vecinos están en peligro inminente ante un posible incidente mayor. De primera instancia, desde la esfera estatal, han insistido en que esos “invasores” reconsideren y regresen sus lotes al límite original, fundamentalmente por cuestión de seguridad. Sin embargo, de manera extraoficial no se descartan acciones más severas de parte de la esfera gubernamental, es decir, podrían ser obligados a dejar el predio de manera forzada. Ante la delicada situación, recientemente se integró un grupo de trabajo coordinado por SIDUE, con la participación de la CESPM, Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), Protección Civil estatal y municipal; así como Obras y Servicios Públicos, Sistema Educativo estatal y Secretaría de Finanzas. Trabajan en varios frentes, desde un protocolo de seguridad, hasta un proyecto ejecutivo para reemplazar los ocho kilómetros del colector, que implicarían un costo de 250 millones de pesos. Por lo pronto y de acuerdo a Carlos Flores, titular de SIDUE, buscan presupuestar al menos 100 millones de pesos para arrancar con los trabajos en 2013. “Tomamos la iniciativa de convocar a un grupo de trabajo para efecto de ponerle orden a la situación, al problema (bajo el suelo)”, dice Flores en entrevista con ZETA. Asimismo, revela algunos datos, entre éstos que el Dren 134 atiende aproximadamente a la cuarta parte de la población de Mexicali -2 mil hectáreas- en cuanto a escurrimientos pluviales. Muestra el trazo que sigue el dren y sobre todo, la populosa zona que recorre, desde el CETYS hasta Río Nuevo, cruzando Alamitos, Cuauhtémoc, Colonia Nueva, Burócrata, Primer Cuadro (segunda sección) hasta Río Nuevo, rodeando la Plaza Cachanilla. Pero en el camino, el dren no solo lleva agua de pluvial, sino que con el tiempo se le han sumado depósitos domésticos comerciales e industriales de aguas negras, algunos utilizando la vía directa a través de las alcantarillas de pluvial. En la apreciación del funcionario, el Dren 134 es un cajón de concreto de 2×2 metros, y al centro de esta bóveda debería estar corriendo un espacio de 10 metros de ancho a ambos costados por derecho de vía. “Debería estar descubierta, pero al paso del tiempo se ha venido invadiendo, debería estar libre simplemente para efectos de desazolve, de mantenimiento, tenemos el espacio ocupado”, asevera Flores.