Sucedió que en la Sala de Cuidados Intensivos de un muy conocido Hospital, cuyo nombre nos reservamos por obvias razones, los pacientes internados en una determinada cama siempre morían los domingos a las 11:00 am, sin importar su condición médica. Tal hecho sorprendió y alarmó al personal médico y de enfermería. Al punto que algunos de ellos comenzaron a sospechar que fuerzas sobrenaturales intervenían de alguna forma. Sin embargo, nadie pudo resolver el misterio de las muertes de los domingos a las once de la mañana. Así que se constituyó un grupo internacional de expertos en varias disciplinas que, luego de múltiples investigaciones, análisis y conjeturas, tomó la decisión de montar una discreta guardia en la sala para llegar al fondo del asunto, por lo que el domingo siguiente, pocos minutos antes de las 11:00 am, doctores, personal de enfermería, investigadores especiales de fenómenos paranormales y hasta la Policía, esperaban nerviosa y cuidadosamente ocultos para ver con sus propios ojos el terrible fenómeno. Algunos hasta llevaban cruces de madera, libros de oración y otros objetos sagrados para protegerse de lo que fuera necesario. Entonces, justo cuando el reloj marcó las once de la mañana, Manolo, el gallego de la limpieza, entró a la sala, se acercó a la cama, desenchufó los sistemas de soporte de vida y enchufó la aspiradora. Autor: Venancio.