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martes, octubre 1, 2024
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Los cacos y la inseguridad

El Estado asume el cuidado y seguridad del gobernado implícitamente en el artículo 17 de la Constitución Federal cuando establece que: “Ninguna persona podrá hacerse justicia por sí misma, ni ejercer violencia para reclamar su derecho”. Recuerdo que en un periodo de semana santa, en el edificio en el que tenía mi oficina, también tenían sus oficinas mis grandes compañeros y amigos Francisco Javier Ortiz Franco y Óscar Hernández Espinoza, aparte de ellos también estaban varios doctores dentistas y un médico; en esa ocasión llegué temprano y me encontré con todas las puertas de las oficinas forzadas, ventanas abiertas y desorden, por suerte la única oficina que quedó intacta fue la mía, tal vez porque estaba en la esquinita, y en la puerta tenía un letrero amenazante que decía “Abogado”. El desenlace de estos hechos fue la elaboración y presentación de la denuncia correspondiente con el relato de hechos y la consabida inspección con la toma de huellas y demás datos proporcionados por los afectados, y esa fue toda la actuación de la autoridad; el dinero, el fax, computadoras, impresoras, instrumental médico, fue clasificado implícitamente por la autoridad como pérdida. Hace unos meses leía que el compañero Óscar Hernández fue objeto de la acción de los cacos quienes le sustrajeron de su vehículo su computadora portátil y otras pertenencias, también aplicado a pérdidas. Tres meses atrás el edificio en el que tengo mi oficina, también fue objeto de la delincuencia y en esta ocasión robaron a varios profesionistas en los que estuve incluido habiendo sido víctima del robo de la computadora y demás herramienta de trabajo, al igual que mi querida guitarra eléctrica y su amplificador. El martes 22 de este mes y año, arbitrariamente fui convertido en peatón al sufrir el robo de mi vehículo el cual es viejo pero me ha sido muy útil y sus características son: Modelo 1990, Toyota Land Cruiser, crema, con placas fronterizas BGW4473 del 2012, serie JT3FJ62G7L1120546. Los datos los proporciono por si algún lector lo localiza me informe a mi correo electrónico ya que dicho vehículo tiene conmigo más de siete años y es resistente como un burro, y además ya quedan pocos de ésos, he visto uno igual en la Ministerial y unos dos circulando en la ciudad; tiene un tumbaburros muy consistente. De la inseguridad les estoy escribiendo, ahora sí, no de oídas y seguramente mi caso es uno entre muchos, por lo que de la manera más respetuosa pero enérgica, como gobernado que pago mis impuestos requiero al Secretario de Seguridad Pública de 

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