El arquitecto David Navarro Herrera ya no es el Secretario de Desarrollo Urbano de Carlos Bustamante. El priista cayó en los encantos de Roberto Díaz García, quien aprovechando las ausencias médicas de Navarro, embelesó al alcalde y se quedó con la chamba del primero. Como dicen en el Ayuntamiento de Tijuana, “lo grilló hasta que lo sacó”. Y aun cuando el nombramiento de Díaz no se oficializa, éste ya ocupa las oficinas del convaleciente. El ahora Secretario de 75 años, llegó al municipio hace un año. Poco a poco fue escalando peldaños en el gobierno de Bustamante; hasta hace unos días era el titular del Sistema de Infraestructura Vial y Transporte Metropolitano (SIVITRAN). Pero el puesto lo vio chico. Durante el fin de semana pasado se dijo que Navarro Herrera dejaba la Secretaría por su enfermedad; pero no fue así, Bustamante lo ratificó en el puesto el lunes 14 de enero; y a Díaz García lo nombró como encargado adjunto de la misma dependencia. Sin embargo, al día siguiente “la grilla palaciega” se desató y se cruzaron intereses entre el Alcalde y Díaz, hasta que este último logró el objetivo: ser el titular de la dependencia. Rápido ordenó sacar las pertenencias de Navarro, sin dejar que el funcionario hiciera una entrega-recepción del puesto. Los colaboradores de Navarro le informaron de las acciones que estaba tomando Díaz, formas que molestaron a los empleados de la dependencia, pero no hubo recapacitación. Bustamante y como consolación, nombró al ex secretario “asesor de presidencia en el área de Desarrollo Urbano”. Un puesto improvisado, pero que le permite al de las Torres seguir contando con la sapiencia de Navarro. Quienes ahora laboran con Díaz García, aseguran que el advenedizo desconoce el área, incluso cuando reporteros lo buscaron para que se posicionara en relación al deslave sobre el bulevar Cuauhtémoc, se ocultó y no dio declaración alguna. Con todo, ahora García prepara las renuncias de Esteban Yee, director de Obras e Infraestructura Urbana, así como a Mirtha Valenzuela, Director de Administración Urbana. El problema, dicen, es que si el Alcalde dará la espalda a los funcionarios que tienen enfermedad crónica, se quedará solo.