No es el tipo de actor carismático y atractivo de rostro, lo sabe, acepta y explota a su favor. Sus facciones enérgicas, tez morena y capacidad de adaptarse a personajes poco convencionales, son su verdadero atrayente. Se trata de Gerardo Taracena, actor que se catapultara con mayor proyección desde su protagónico en “Apocalypto” (2006), al ser dirigido por Mel Gibson. La cultura maya y una producción norteamericana lo promocionaron a lo grande hace un par de años, con todo y que la crítica a la narrativa no fue la mejor. Sin embargo, el actor nacido en Ciudad de México ya traía consigo participaciones importantes como su rol en “El Violín” (2005), película de Francisco Vargas que tuvo espacio en el Festival de Cine de Cannes. Gerardo está forjado en trabajos de arte y el teatro, pero no se niega al cine o largometrajes alejados de la cultura. Es un actor ecléctico. De esa forma es como a finales de 2012 comenzó a rodar “Volando Bajo”, producción actual de Beto Gómez que tuvo escalas en Rosarito y Tijuana. En ésta, Taracena interpretará a Chuyín Venegas, un músico que desde pequeño hace mancuerna con Cornelio Barraza (Rodrigo Oviedo). En entrevista con ZETA, el actor de cintas como “El Infierno” detalló un poco más su participación: “Ambos son cómplices de toda su vida y terminan siendo muy exitosos en la música, hasta que, digamos que en algún momento, uno pierde el camino y toma otras metas. Ese distanciamiento finalmente se lleva a un nivel muy extremo en el que uno ya no tiene nada que ver con el otro”. Honrando su locación principal, el grupo compuesto por los protagonistas se conocerá en el cine como “Los Jilgueros de Rosarito”, para proseguir con la trama: el regreso de Chuyín al lugar que lo vio crecer. Será ese encuentro con él mismo, su gente, pasado y la pertenencia del dueto musical, el que permitirá al espectador hacer un recorrido por varias décadas. Sobre la recreación de diferentes tiempos y trabajo para interpretar bien cada momento, el actor añadió: “Es todo un viaje a través de la historia de ellos, lo demás es la magia del cine. Con todos los elementos que nos proporcionan departamentos como arte, escenografía y vestuario, nos ayudan a generar épocas. En ese sentido estamos muy bien apoyados. La gente se va a emocionar mucho de ver una época que probablemente recuerde. Los vestidos, la manera de caminar, el arte, todo tiene mucho que ver”. De cabello largo y lacio, colores llamativos y sin combinación alguna, la etapa adulta de Chuyín será un ejercicio por vivir su fama sin olvidar quién es. En ese proceso aferrarse a detalles como las chanclas que solía vestir en el Norte, serán sus pequeños recordatorios. Es importante resaltar que toda la música que presente al lado de Oviedo, como “Los Jilgueros de Rosarito”, serán composiciones originales. Hasta el momento la producción ha dado a conocer un estimado de quince canciones, todas ellas bajo la dirección musical de Herminio Gutiérrez. A decir de Taracena, lo escuchado en la película será un concepto de muy fácil acceso al oído, con la inocencia de aquellos años. Centrándose principalmente en los 70s, una de las locaciones que tuvo “Volando Bajo” en Tijuana fue en la discoteca Marko Disco, donde se recreó una convivencia del grupo con sus fans. Fue en ese lugar que, quien participara recientemente en “Get the Gringo” (2012), pudo sentir más la nostalgia de aquellos días: “Me trastocó desde que me recuerde a mí mismo en los mismos años, los 70s. Uno veía a los adultos vestidos de cierta manera, escuchabas su música, que era la más ingenua, directa y cursi, si quieres, en algún sentido, pero que a la fecha sigue permeando muchas generaciones. “De hecho los grupos de rock siguen usando esas canciones, las sacan del baúl y hacen versiones nuevas. Es una época que no se fue, ha seguido tanto en la música como incluso en la vestimenta, la onda retro está de vuelta. Hay épocas que nos dan hasta penita como los 80s, la manera de peinarse, esos copetes. Todo se ve en la película”. Escenas en París y Nueva York durante febrero, completarán la producción que en Tijuana reconoció a gente “amable, linda, atenta y directa, que ahora tiene un sentido de identidad muy padre y es digna de admirarse porque tiene que adaptarse a la manera de vivir en la frontera: con un pie allá y el otro acá, sin perder lo que son y quieren ser”, mismos temas que aborda la cinta. La actuación de Gerardo Taracena en “Volando Bajo” fue su primera oportunidad de grabar en Tijuana, sin embargo, continuamente visita la ciudad por sus muestras de teatro.