Un día un viejito muere y Jesús lo recibe en el Cielo. Jesús: A ver, abuelo, dígame su nombre para poder ingresarlo al libro de los muertos. Viejito: Mmm… no, pues… no me acuerdo. Jesús: Bueno, pues dígame dónde vivía para saber quién es usted. Viejito: Mmm… no, pues… no me acuerdo. Jesús: Está bien, pero dígame de alguien que lo conozca, para triangular y poder identificarlo. Viejito: Mmm… no, pues… no me acuerdo. Jesús: ¡Pero dígame algo que recuerde! Viejito: Mmm… pues sí hay algo, sí, sí… Yo era carpintero y mi hijo fue muy famoso. Jesús: (Con lágrimas en los ojos) ¡Papá! Viejito: ¡¿Pinocho?! Autor: Gepetto.