El capitán irlandés Charles Cunningham Boycott (1832-97) se rehusó a recibir rentas que le fueron congeladas, y desde entonces este término se utiliza para planear, llevar a cabo un combate a las actividades sociales y comerciales ajenas, contrarias al interés público. Ahora que paso las horas en casa leyendo y viendo televisión por encontrarme convaleciente de un mal que no le deseo a nadie, me encuentro con que “Telecaca” se la pasa exhibiendo telenovelas que por supuesto están como en SNTE. No enseñan nada, puro circo y otras tonterías muy gustadas por la gente. Propongo que el bycott consista en que sigan viendo esas cosas enajenantes, ah, pero que al llegar el tiempo de pasar los anuncios, simplemente le pongan silencio, mute al televisor en un acto de protesta silenciosa, pero muy efectiva, porque los zánganos que están detrás de este multimillonario negocio viven y muy bien de quien paga los anuncios comerciales. Ojalá que esta propuesta sea de su agrado y que sigan gozando de sus telenovelas favoritas, pero sin favorecer a esas personas que viven de darnos circo, entretenimiento y tragicomedias… Ojalá. Sergio Lisizin Correo: sergiolisizin@hotmail.com
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