Quien tuvo la oportunidad de despedirse plenamente del Presidente Felipe Calderón Hinojosa, fue el General de División y Comandante de la II Región Militar, Alfonso Duarte Mújica. Sucedió en la cena que el 20 de noviembre Calderón tuvo en las instalaciones militares de Campo Marte en la Ciudad de México, con todos los Generales que le apoyaron en su plan de seguridad. El Presidente ha reconocido en muchas ocasiones la labor del General Duarte, y ese día lo reiteró. Es de recordar que Duarte Mújica es el único militar que ha sido condecorado con un ascenso -General de División en 2011- el día del Aniversario del Ejército Mexicano, el 19 de febrero, y no durante la conmemoración de la Revolución, como tradicionalmente ocurre. Además, ha estado muy ligado al equipo de la Secretaría de la Defensa Nacional para la etapa de transición en la Presidencia de la República; eso sin contar que el proyecto de las Gendarmerías para depurar las policías y combatir el crimen, él lo expuso en Baja California desde hace dos años. A ver cómo le va en el sexenio que viene. Estola por bufanda El Arzobispo Rafael Romo Muñoz, a quien en la Grey Católica apodan “El Rallado”, cambió los hábitos litúrgicos -incluida la estola- por la parafernalia hankista. Se colgó la bufanda del equipo de futbol Xoloitzcuintles para apoyar con sus rezos el beneficio del marcaje final para su amigo y protegido, el ex presidiario Jorge Hank Rhon, quien ya aclaró que la fanaticada de los “Xolos” son votos para el PRI, lo cual, vaya, incluye al Arzobispo… ni hablar. Dios nos agarre confesados.
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