En Oldham, Inglaterra, tres niños se llevaron la sorpresa de su vida al llegar a casa y vaciaron sus bolsas de dulces recolectados durante la noche de Halloween. Resulta que entre las golosinas que la gente les dio, había varios paquetes de -¡EN ZERIO!- cocaína. Resulta que el responsable fue Donald Junior, un hombre de 23 años que al ser abordado por los tres muchachitos disfrazados, metió la mano al bolsillo de su pantalón donde creía traer dulces y repartió lo que ahí encontró. Después, según confiesa Junior, entró a su casa y buscó en sus bolsillos el polvo blanco que acababa de comprar -y por el que pagó unos 5 mil pesos-, pero solo encontró dulces. Para colmo de sus males, los niños que se llevaron el “premio” son hijos de un policía. Ahora el joven tendrá que pasar 12 meses bajo arresto domiciliario y prestar 130 horas de servicio comunitario por ser tan, digamos, distraído y adicto.