Un verdadero regalo fue “Queretano”, de Campo Real, que alzó hasta las nubes su divisa naranja, blanco y rey. Un bellísimo ejemplar negro bragado, meano, nevado, coleto, caribello, paliabierto, acercándose a la media tonelada y muy alto. Proveniente del rancho Ojo de Agua de San Juan del Río, Querétaro, ganadería fundada en 1988, propiedad de Juan Ignacio García Gómez. Es difícil que salga un toro de “bandera”, sueño de muchos y privilegio de pocos. El astado fue perfecto en presentación. Bravura, nobleza, calidad, emotividad, codicia, fijeza, recorrido, obediencia, alegría y transmisión, que aguantó infinidad de lances y trazos, yéndose al destazadero con muchos muletazos y sin una oreja. Y con el alto honor del arrastre lento, despidiéndolo el respetable con cerradísima ovación y con el grito que consagra a un ganadero: “¡Toro, toro, toro!”. Campo Real tiene sangre de Tequisquiapan, La Venta del Refugio, Fernando de la Mora y Teófilo Gómez. En el ritual destacaron las actuaciones del picador Ignacio “Nacho” Meléndez (triunfador de Madrid 2012), además de Cristián Sánchez, Luis Castañeda y Gustavo Campos. El cartel se compartió con Eulalio López “Zotoluco”, Juan Pablo Sánchez (una oreja con un regalo de Los Ébanos) y Sebastián Castella. Fue el séptimo de la tarde en la tercera de la temporada grande en la Plaza México 2012-2013, un obsequio de Sebastián Castella que permitió ver a “Queretano”, que prácticamente “embestía sólo, hasta parecía de cuerda”, era para cortarle el rabo. Cierto es que “Queretano” se llevó la tarde, tomando en cuenta que el toro es el centro de todo, pero no puede dejar de reconocerse la faena de la primera figura “Zotoluco”, al que abrió plaza, de Bernaldo de Quirós, quien dicho sea de paso, hizo lo más torero del festejo, tal como le obliga su alta investidura, aunque le hurtaron la oreja de su segundo tras certera estocada. “Queretano” tuvo prontitud, Castella empezó con un péndulo, luego deletreó con la izquierda y hubo derechazos de mucho temple que permitieron al diestro hilvanar con relajamiento y someter a un bovino de lujo. Con inmejorable toro, cualquier acción queda chica. Es patente que un extraordinario ejemplar descubre a un torero, ya sea para bien o para mal. La tercera corrida fue de contrastes, sobresaliendo la cátedra impartida por Eulalio López en sus dos comparecencias, quien no recurrió al toro de regalo, dado que tiene firmada otra fecha ahí mismo, en diciembre. El ganadero Javier Bernardo, reconoció su culpa y verdaderamente se le veía abatido, nadie quiere ir al escenario más grande del país a fracasar. Bernaldo de Quirós es una dehesa muy peleada por las figuras, debido a su puntual acometividad, que raya en lo pastueño, sin embargo, sus pupilos mostraron otra cara. Dicen que los toros no tienen palabra de honor, pero los ganaderos sí, además de contar con sus libros de crianza. arruzina@gmail.com