“Rescatarnos a través del arte”, es la postura de la actriz mexicana Edith González, quien personifica el papel de Isabel en la puesta en escena basada en la obra literaria “Los Árboles Mueren de Pie”, del escritor español Alejandro Casona, adaptada actualmente por el actor, director y productor Roberto D’Amico, que de inmediato nos remite al trabajo de Ofelia Guilmáin, a quien homenajean en cada presentación. “La obra tiene una magia, y algo que la gente en particular ama, es que llega directo al corazón. La gente lo goza, y el aplauso es hermoso. Es un clásico, de gran dramaturgia, de Alejandro Casona, quien entiende cómo llegarle al público”, explicó González luego de su presentación en la Sala de Espectáculos del Centro Cultural Tijuana (CECUT) el sábado 3 de noviembre, donde enfatizó cómo es necesario interponer el arte y la cultura contra la barbarie: “Participamos todos, o participamos todos. No es una opción, es un hecho. Todos tenemos que darle amor a este país”. En la puesta en escena actúan también Sergio Mayer, Mauricio Islas, Susana Alexander, Norma Lazareno, Roberto D’Amico y Alejandro Tanús, quienes completan la historia. “Lo que hice fue acortarla porque había que darle el ritmo vibrante que requieren en estas épocas, la corté mucho, le di un ritmo de comedia vibrante, la obra se sostiene de por sí porque los personajes y las situaciones son muy interesantes. Esto de beneficiar públicamente al alma, y con una mentira embellecer la vida de la gente, es un argumento sumamente poderoso de Alejandro Casona”, apuntó D’Amico en entrevista con ZETA. “Todo mundo le miente a la abuela, y ella decide mentirle a todos para seguir adelante con la vida, porque ‘Los Árboles Mueren de Pie’, y nosotros como mexicanos estamos muertos por dentro, hemos encontrado el corazón herido de la gente, en Morelia hay tantos testimonios conmovedores”, complementó el actor. Adaptación para nuevos públicos Respecto a los ajustes de la obra, D’Amico mencionó que se hicieron pensando en el público, porque hoy en día el ritmo de la comunicación visual y artística es muy distinto: “La gente está acostumbrada al ritmo de la televisión y el cine; y el teatro debe tener la misma vigencia, misma energía, posibilidad de encuentro directo con el corazón del público, y entonces estas obras clásicas que son maravillosas, si las hicieras de corrido los tres actos, duraría tres horas, es imposible. Hoy en día es imposible. Las adaptaciones modernas tienen que tender a dar esa dinámica muy vibrante que necesita el público de hoy. Definitivamente no podemos dar dos funciones de más de dos horas, y eso el público te lo agradece”, explicó quien hace el personaje del “Señor Balboa”. A decir por el propio adaptador, la puesta en escena conserva la esencia de Casona, pues ésta deja al espectador colgado de un suspiro: “Lo que he quitado es mucho parlamento, paja, pero la esencia ahí está, los personajes provocando risas, llanto, enojos colectivos y silencios ensordecedores, además es un homenaje a Ofelia Guilmáin, porque ella hizo una actuación memorable de lo que ahora hace Susana Alexander. Es cierto que la puesta de hace 12 años estaba más apegada, pero en doce años la dinámica cambia enormemente. Aquella puesta era maravillosa, pero más solemne”, dijo. Recorren la República antes de presentarse en DF El productor Pedro Tanús siguió su propuesta de presentar la obra primero en el interior de la República antes que en la Ciudad de México, cómo él lo hiciera con “Lobos”, al lado de Pedro Armendáriz y Jesús Ochoa, ya que sacar a los actores de su confort, les permite recoger una fuerza extraordinaria al enfrentar públicos tan diversos. “Hasta ahora ha sido como si visitáramos diferentes países. Hace unos días estuvimos en Morelia, hoy en Tijuana, y la siguiente semana en Mérida, imagínate. Sacas a los actores del confort, de las funciones que tienen éxito, del público numeroso de la capital, y el desafío se vuelve cuádruple, aparte de que nos enriquecemos de los públicos tan diversos, tú no sabes hasta qué grado, la reacción de Tijuana es maravillosa, y no te estoy engañando, esa especie de euforia, de sonrisas, de aplausos alargados, nos llena el corazón y nos obliga como actores”, expresó el también actor. “Hay hambre de teatro que sea trascendente. Cuando haces una obra basada en textos clásicos puedes estar menos talentoso, más talentoso, pero te da la certeza de que estás entregando un texto valioso, con personajes muy bien estructurados, y ese es el teatro importante”, agregó Tanús. Con un mensaje de valores, de concordia, de cómo las fantasías pueden volverse realidad y llenarse con argumentos trascendentes, además de llenar al público de energía, “Los Árboles Mueren de Pie”, logró su acometido en Tijuana, donde hace algunos años fue presentada con gran maestría por la actriz Ofelia Guilmáin. “La razón del por qué tiene ese peso tan fuerte Ofelia, es porque ella fue un ícono que adoptó México. Por qué elegimos a la señora Susana Alexander, porque es una de las actrices más grandes que tenemos, aquí no se trata de cubrir el hueco, Ofelia Guilmáin dejó una huella plasmada que habíamos platicado en trabajos de mesa, Susana es una actriz que tiene esa energía para interpretar a la abuela con toques distintos, eso es interesante, no se trata de hacer una comparación ni mucho menos. Lo que hacemos es hacerle un homenaje a Doña Ofelia, de todas esas emociones que se sienten en el público, y desde que vivimos la etapa de ensayos”, enfatizó el co-productor. Teatro de verdad “No queremos demeritar el trabajo de nadie, pero éste es teatro de a de veras. Tenemos un texto, argumento y una escenografía, un cartel de gente fiable, y el poder llegar al alma lo hace una persona como Susana Alexander, Edith González, Mauricio Islas, eso nos da mucha satisfacción, además de que contamos con Mauricio y Edith, que vienen de hacer una telenovela exitosa como ‘Cielo Rojo’ en TV Azteca y la gente los quiere ver muy de cerca”, explicó Tanús. Por un lado, la actriz Norma Lazareno, quien interpreta dos personajes, calificó la presentación de especial por el contacto que tuvieron los tijuanenses, ya que la obra resalta lo valores humanos, y ella se enamoró de la puesta desde que tuvo oportunidad de apreciarla con Ofelia Guilmáin. Por otro lado, el actor Mauricio resumió a ZETA que esta obra le ha ido tocando el corazón al público de cada ciudad, uno por uno: “Cada ciudad nos deja más contentos, con mucha emoción. Nuestro trabajo es entretener, y ver al público al final desconectado de lo que pasa allá afuera, y conectado con una obra que te habla del alma, de la vida, de las ilusiones, que los oímos reír, que los vemos llorar, luego otra vez reír, y de repente los ves así. Claro que te vas con el corazón lleno”.