En el Ayuntamiento de Tijuana no paran. Esté o no esté presente el Alcalde Carlos Bustamante, situación que suele ser recurrente –lo de la ausencia–, los trabajadores de confianza siguen recibiendo por áreas y ahora por delegaciones las cartas de renuncia sin fecha, para que sean firmadas. Tocó el turno a otras direcciones en las oficinas centrales. Pero donde ya comenzaron a hacer efectivas dichas dimisiones forzadas fue en la Delegación de Otay; los primeros en caer fueron empleados de obras públicas, tan sólo una semana después de firmar las cartas de despedida. Ya se había informado cómo se obliga a todos los empleados a signar su separación del cargo; de hecho a quienes se niegan a hacerlo, se les hostiga laboralmente con trabajo extra, cero días de descanso y discursos persuasivos todo el día. La cuestión es que ya les dijeron a los administradores de área del Ayuntamiento que tienen hasta diciembre para recortar el 10 por ciento del personal, y andan gruesos con la tijera sin ton ni son. Por supuesto los recomendados del tercer piso y las recomendadas de presidencia, están a salvo.
Publicidad
