El lunes 12 de noviembre en el restaurante El Chante, Héctor Magaña, director del Registro Público de la Propiedad de Baja California, dejó chamba y compromiso para a las tres de la tarde organizar una comida con puerco, para Alejandro Monraz. No fue de gratis aunque el funcionario pagó todo. Su objetivo era “mostrar fuerza electoral” al aspirante para que no se olvide de su hija Yahir Magaña en la planilla de regidores. El problema es que el registrador del estado se llevó a todos sus colaboradores en horas de oficina a la proselitista comida. A Fernando Quezada, administrador del Registro Público, a Martín Castillo jefe del Jurídico, Arturo Berrelleza, asesor, Alejandro Mendoza, registrador en Tijuana, Diana Suárez, funcionaria y nuera. Entre todos los funcionarios del Registro público que día y horario hábil hicieron proselitismo a favor de Monraz, y que dejaron de hacer por lo que se les paga, se llevan al mes 175 mil 512 pesos. Eso sin contar que Magaña es otro funcionario que en desacato a la consigna del Gobernador de que ninguno de sus funcionarios podía dar línea o espaldarazos a los aspirantes del PAN, se sale con la suya. Después de todo, piensa Magaña, si el Gobernador defendió a Raúl Ruiz, que no lo defienda y le deje su hueso a él. Ah, pa’ PANGobierno.