En medio del desierto sudcaliforniano se encuentra el oasis de Los Comondú, San José y San Miguel, pueblos que se mantienen gracias a las artesanías y la elaboración de vino regional. Este sitio fue el propicio para que alrededor de 14 vinos de manufactura artesanal fueran catados por sommeliers internacionales en el 2do festival del vino misional. “Hoy en el concurso me veo complacido, son vinos que en cualquier del mexicano serían perfectos en acompañamiento de postres, de calificación del 1 al 10 lo veo en un 8 ó 9 perfectamente, algunos pequeños detallitos pero son vinos excelentes para tomar y guardar”, señaló Iván Guevara Patiño, reconocido catador. Por su ubicación geográfica las comunidades de Los Comondú son favorecidas por oasis que propician las condiciones necesarias para el cultivo de distintos tipos de uva. Desde el siglo XVII los misioneros decidieron establecerse en la zona, fundando la misión de San José de Comondú, que daría nombre al pueblo y al municipio. Julio Cayuela, presidente de la escuela europea de sommeliers, comentó lo fascinante del lugar, su cultura e historia. “Yo creo que aquí hay que destacar la originalidad, lo que es original, aquí no hay ficticios, aquí no hay teatro montado, esto es recuperado de una cosa, lo que era y lo que puede ser, para mí ha sido un placer estar aquí y pensar que hubo un originario de mis antepasados ha estado aquí haciendo cosas”. Don Leoncio, originario de la comunidad de San Isidro, con tan solo una botella de vino tomada de sus reservas acudió al llamado de la competencia. “Ojalá se hiciera una ruta del vino aquí recordando las misiones de San Javier, Los Comondú, San Isidro, La Purísima y desde luego eso sería un detonante para el turismo”. El gobernador del estado, quien disfrutó del vino artesanal se refirió no solo a la cultura del vino, sino también al trabajo artesanal que realizan los pobladores. “No es el vino en sí, es la tradición, son tantos años, fueron los secretos que se fueron heredando de abuelo a hijo, a nietos y que todavía se conservan y que sirven para que estas comunidades que habían estado tan abandonadas durante tantos años puedan ser apreciadas”, dijo el gobernador al término del evento. Las pequeñas comunidades cuentan con un aproximado de 200 pobladores, debido a la falta de oportunidades económicas necesariamente emigran a otras ciudades, solo quedan los pobladores que de alguna forma subsisten realizando artesanías, como lo es el vino misional.