Pablo Escobar a través de Andrés Parra

Durante la última década, a través de sus teleseries que recorren el mundo, Colombia había narrado las historias de traquetos y cocineros, políticos o sapos, prepagos y sicarios, mulas y otros tipos de “correos humanos”; pero hasta 2012 no se había personificado al narcotraficante más poderoso, el “más duro” de su mafia: Pablo Escobar, mejor conocido como “El Patrón del Mal”. En una adaptación libre de la novela “La Parábola de Pablo” (Planeta Colombia, 2001; México, 2012), de Alonso Salazar J., la serie televisiva es protagonizada por el reconocido actor Andrés Parra, y desde el martes 5 de noviembre se transmite en México por Unicable. Recordado principalmente por otros roles donde también interpretó a narcotraficantes como “Anestesia” en “El Cártel” 1 y 2; y Jaime Cruz en “La Bruja”, Parra ahora se refiere al complejo rol que le ha tocado desempeñar. “Yo venía de hacer a ‘Anestesia’ en ‘El Cártel’ y Jaime Cruz en ‘La Bruja’, y empezó a haber como el run-run de que (la televisora) Caracol se iba a lanzar a contar la historia de Escobar. Yo no estaba muy entusiasmado por lo que significa el tercer narco”, explica el histrión a ZETA. El popular actor confiesa a este Semanario que “no quería, pero me invitaron al casting, me presenté como cualquier actor, fui con muy pocas expectativas. Al mes me llamaron y me dijeron que definitivamente era yo, y arrancó ese profundo proceso de trabajo, terminamos hace como dos o tres semanas de rodar la serie (finales de octubre de 2012)”. 20 años después La serie “Escobar. El Patrón del Mal” narra desde los años mozos de Pablo Escobar. De cómo en su adolescencia, en la década de los 60, incursiona en el negocio de contrabando de cigarro, licor y enseres domésticos. En 1976, Escobar y su primo Gonzalo Gaviria decidieron probar suerte en el tráfico de “oro blanco”. Para lograr sus propósitos criminales, viajaron por la carretera montañosa hacia la frontera con Ecuador, donde por primera vez consiguieron la “pasta”, derivada de hojas de coca. En alguna parte del inicio de la serie, hay un diálogo que es clave: – ¿Y cómo cuántos kilos es que necesitan los señores?, pregunta un vendedor de “pasta” ecuatoriano. “Pues ahí sí, depende del precio”, contesta Pablo Escobar. – A 300 dólares el kilo. “Deme quince”. Lo demás es historia. Poco tardó Escobar en fundar el Cártel de Medellín, responsable de 10 mil ejecuciones y de sembrar el terror en Colombia en la década de los 80s, hasta el 2 de diciembre de 1993, cuando el capo fue abatido por las autoridades, luego de pasar meses encerrado en una pocilga. Desde entonces, durante dos décadas no hubo serie televisiva que abordara al infausto personaje. “Sí, se tardaron veinte años en atreverse, yo creo que por muchas razones: Yo pienso que, por supuesto, por razones de seguridad, yo creo que antes no se hubiera podido, creo que también por respeto a las víctimas, el país necesitaba cicatrizar ciertas heridas, olvidar y superar ciertas cosas, porque fue una época realmente terrible; pero la televisión tampoco podía permitir que se olvidara todo del todo”, refiere a ZETA Andrés Parra. En todo caso, las series previas a “El Patrón del Mal”, que versan sobre el narcotráfico colombiano, prepararon el camino para ahora narrar el horror sin tapujos propio de la época de Escobar: “Creo que se dieron las condiciones, y a mí me parece -te lo te digo a título personal- muy importante que en un país como Colombia ya se pueda hablar de estas cosas, de frente, con nombres propios, sin escudarnos en el humor y la burla, como tal vez lo hicimos cuando hicimos ‘El Cártel de los Sapos’”. A diferencia de las series antecesoras, el tono de “El Patrón del Mal” es realista, crudo: “Digamos que la primera vez que se abordó el tema (del narcotráfico) fue con mucho humor, creo que uno para empezar a superar los traumas, uno tiene que empezar por burlarse de ellos mismos. Y ya llegamos con una serie totalmente seria, que es en un 90 por ciento realista”. Personificando a un traqueto Andrés Parra es fácilmente reconocible por su papel del folclórico y vivaracho de “Anestesia” en “El Cártel”. A diferencia de tal personaje y el de “Jaime Cruz” (en “La Bruja”), el actor confiesa a este Semanario la dificultad de personificar a Pablo Escobar Gaviria: “Escobar es sin duda -no solamente de ese perfil (de narcotraficante), sino yo me atrevería a decir de todos los que he hecho tanto en cine, teatro como en televisión-, pues el personaje más complejo y por lo mismo el más entretenido desde el punto de vista actoral”. Revela que en el proceso “llegó un momento en el que tuve que acudir a ayuda de profesionales en el área de la sicología para que me explicaran un poco cómo funciona esa mentalidad de Escobar tan particular, porque  me costaba mucho trabajo entender cómo una misma persona podía llegar a ser tan bondadosa y al mismo tiempo tan malvada. Esa es la parte más difícil y esa es la médula espinal sobre lo que pasó después, porque a partir de ahí hubo una absoluta comprensión de ese universo tan contradictorio que significa Pablo Escobar”. — Luego de “El Cártel”, tu público en Latinoamérica y Estados Unidos te identifica claramente como “Anestesia”. ¿Qué tan difícil es deshacerse de ese personaje, no confundirte con él en “El Patrón del Mal” y parecerte más a Pablo Escobar? “En lo personal realmente no significó algo muy traumático, porque entre uno y otro pasaron por lo menos tres años; a ‘Anestesia’ yo ya lo tenía completamente enterrado. “Escobar y ‘Anestesia’, ambos personajes reales, los dos existieron, son tan distintos: En época, tiempo, momento, poder, importancia. ‘Anestesia’ yo creo que no mató nunca a nadie; en Escobar se dice que fueron 10 mil los muertos, ya desde ahí hay unas diferencias que a la hora de interpretarlo saltan a la vista. “`Anestesia’ es mucho más gordo que Escobar. ‘Anestesia’ habla muchísimo, habla muy rápido; Escobar es de muy pocas palabras, habla más pausado, es un hombre que tiene mucho más estilo que ‘Anestesia’. “Y obviamente la profundidad, la mirada; Escobar es ojioscuro, mientras que ‘Anestesia’ era ojiazul. Hay muchísimas diferencias. No creo que al espectador se le vaya a pasar eso, y si le pasa, pues es mi culpa, algo habré hecho mal”. Parra admite que al principio del proyecto no fue consciente de lo que significaba la encarnación de tan oscuro personaje: “El miedo mío afortunadamente siempre fue no repetirme: cómo hago este personaje sin parecerme a ‘Anestesia’ y a ‘Jaime’; nunca fui consciente del problema en que me estaba metiendo, porque si hubiera sido consciente de la importancia del proyecto, de cómo se iba a vender afuera, de que se iba a convertir en tema nacional, a lo mejor yo hubiera entrado en pánico”. El argot del bajo mundo Sin duda, otro de los retos actorales que enfrentó Andrés Parra fue el lenguaje propio del narco que el público del país exportador debe entender. En el léxico de las series colombianas que abordan el fenómeno del bajo mundo, abundan palabras como traqueto, traquetear, caleta, camellar, tomba, chupar cana, encanao, sapo, faltón, sicario, dar piso, pasta, perico, cocina, tartamuda, bolear, merca, coronar, chimbita; en fin. “Claramente el narcotráfico creó un lenguaje en ciertos barrios del país, es el lenguaje que yo conozco desde hace mucho tiempo”, dice Parra, y aclara a propósito del vocabulario expresado en “El Patrón del Mal”: “Aquí había que tener mucho cuidado por la época. Hay muchas palabras que se utilizaron en ‘El Cártel’ que no se podían utilizar aquí, porque eran de la década de los años 90 o de la década de los 2000, no se usaban en esa época (década de los 70 u 80). “Entonces, nuestra directora Laura Mora, que vivió un poco la época y sí tenía muy claras las palabras, era un filtro muy importante, nos recomendaba tener mucha atención en el lenguaje y cuando íbamos a rodar, ella de repente cortaba y nos decía ‘Mira, estas palabras no las puedes usar, cámbiala por ésta’. Ejemplifica: “El término ‘cara de chimba’ que hay mucho en ‘El Cártel’, no es un término de la época de Escobar; parcero tampoco es de la época de Escobar, esas son palabras recientes. Hay muchas palabras que no se utilizaban en ese momento. Hay un extremo cuidado con el lenguaje también”. El debate Por supuesto, un personaje lioso como Pablo Escobar sigue siendo polémico incluso después de su muerte. Andrés Parra refiere que la serie televisiva “ha despertado en Colombia todo tipo de debates”. De hecho, asegura, “llegó a convertirse en tema nacional; eso me parece a mí que es muy importante. La serie llegó a ocupar portadas de revistas netamente políticas, netamente económicas, que nada tienen que ver con el entretenimiento, y eso dice mucho de la serie. “Pasa el mismo fenómeno que pasó con Escobar hace 20 años. Odio y amor, rechazo y aprobación, voces de aliento y rechazo. Las voces están totalmente divididas, es el mismo fenómeno de Pablo Escobar hace 20 años, hoy se da en el 2012, igual. El público ha estado dividido”. Sobre las posturas de quienes argumentan una apología al narco, el actor es bastante claro: “Me parece que si nosotros hiciéramos una serie donde el villano termina viviendo en Las Bahamas rodeado de mujeres y de lujos, pues estaríamos haciendo una apología. Nosotros no le salvamos la vida a Escobar en la serie”. Lapida de una vez: “Yo pienso que si estamos haciendo apología, entonces esa época fue una apología al narcotráfico, porque de verdad estamos contando lo que pasó”. Finalmente, en tanto Unicable transmite la serie, Andrés Parra adelantó que en 2013 se estrenará la película “El Cártel de los Sapos”: “Sí, Manolo Cardona me invitó, es uno de los productores de la película, cosa que yo le agradezco mucho. Ahí estuvo presente ‘Anestesia’, con una participación muy corta pero muy bonita, es un proyecto que yo quiero mucho”. Mientras tanto, habrá que ver cómo Colombia recrea una cruenta realidad como la que se generó hace 20 años a partir del principio del fin que marcó Pablo Escobar en el crimen organizado en América Latina, con el instrumento de su perverso Cártel de Medellín.